Se podría decir que la Real Sociedad ha vuelto a tropezar con la misma piedra. Unos ilusionantes primeros minutos, con rápidas transiciones de balón, posesión, criterios en los pases pero ninguna profundidad. El equipo de Jagoba Arrasate ha salido con mucha ambición al terreno de juego, parecía incluso que dominaba el encuentro, sin embargo, al igual que ocurrió en la primera jornada de Champions, era un dominio ficticio. El Shakhtar sabía a lo que jugaba y dio no una, sino cuatro veces hasta hacer un siete en la costura defensiva de la Real Sociedad.

Los txuri-urdin son un equipo frágil y mientras no corrijan sus errores defensivos no podrán competir al máximo nivel. Lo hicieron el pasado sábado frente al Celta de Vigo pero entonces surgió Carlos Vela y corrigió con sus goles todos los errores de concentración de la línea defensiva. Hoy ni Carlos Vela, ni Griezmann ni Chory Castro, nadie ha sido capaz de llevar peligro a la meta de Pyatov y contrarrestar los goles que, uno tras otro, martilleaban sobre las esperanzas de los txuri-urdin por seguir adelante en alguna de las competiciones europeas.

Buenas noticias desde Leverkusen

La esperanza fue mayor cuando llegaron las primeras noticias desde Alemania. El Manchester United lograba un tempranero gol que incrementaba las posibilidades de la Real Sociedad de conseguir la victoria en Ucrania. Quizás por eso, todo el mundo esperaba que los blanquiazules pisaran el acelerador y pusieran cerco a la portería rival, pero ni por esas. La Real manejaba el balón en lugares en los que no inquietaba en absoluto al Shakhtar y cuando llegaban a zonas de peligro, la expeditiva defensa local marcaba muy bien su terreno. Ese mismo terreno que los donostiarras no han sabido defender.

Jagoba Arrasate ha sentado a Mikel González en el banquillo y ha dado entrada a Jon Ansotegi junto a Iñigo Martínez por cuestiones eminentemente técnicas pero ni por esas se han arreglado los problemas de su equipo. Iñigo Martínez es la sombra de lo que fue, fallón, sin contundencia y muchas veces mal colocado y lento y, al igual que ocurriera en el tercer gol del pasado sábado ante el Celta, volvió a fallar y conceder un gol al rival cuando su equipo se preparaba para acosar la portería del equipo rival. A partir de ahí la Real Sociedad fue una caricatura de sí misma.

Los errores defensivos de la Real

Si exceptuamos el cuarto gol logrado por el Shakhtar, los tres primeros han sido fruto de los graves errores defensivos que continuamente comete la Real. Lo que ocurre es que esta vez tenía enfrente a un conjunto hecho, habilidoso, rápido y, que sin desplegar un juego vistoso, no perdona este tipo de concesiones.

Cuando uno se está jugando la vida, el ser o no ser en una competición como la Champions League, no se pueden cometer tales errores de concentración y conceder al contrario una posibilidad de adelantarse en el marcador sacando una ocasión de la nada. Y es que ha sido de la nada de donde Luiz Adriano ha conseguido el primer tanto. Un corner botado con rapidez, unos defensas adormilados y un guardameta que no exige la máxima concentración a sus compañero, porque Bravo también tiene su parte de culpa, es la combinación perfecta para que te encuentres con un gol que rompe en pedazos las ilusiones de todos los aficionados. Si además, tras el tiempo de descanso te conjuras a dar la vuelta al marcador pero a los cinco minutos te encuentras con otro fallo garrafal del supuestamente mejor defensor de la Liga pasada, pues poco más hay que decir. Son losas demasiado pesadas para poder levantarlas a pesar de que la remontada ante el Celta hubiera hecho creer lo contrario.

Deambulando por el terreno de juego

La puntilla del segundo gol logrado por Teixeira ha dejado groguis a los jugadores donostiarras y al entrenador. Tanto ha sido así que para lo que todo el mundo era evidente, la lesión de Rubén Pardo, no lo ha sido para Jagoba Arrasate. Ha necesitado una eternidad para realizar el cambio y, justo antes de hacerlo, en una contra en la que Rubén Pardo imposibilitado por la lesión no ha podido defender, ha llegado el tercer gol de los locales de la mano de Douglas Costa, quien ha engatillado un balón desde fuera del área txuri-urdin y ha batido a Claudio Bravo.

A partir de ese momento, sabedores de que su aventura europea había concluido, Jagoba Arrasate ha sustituido a sus dos hombres más castigados esta temporada, Vela Y Griezmann, dejando su sitio a Seferovic y Agirretxe. Estos han corrido, han presionado los pocos minutos que han jugado pero el resto de sus compañeros estaban tan cabizbajos que, por momentos, han sido juguetes rotos en manos del Shakhtar Donetsk. Más de un aficionado seguro que ha enrojecido viendo la imagen que su equipo ha dado en Europa esta noche.

Las rotaciones de Jagoba

La línea defensiva es la que más ha evidenciado su mal estado de forma esta noche, ha sido la más castigada y, sin embargo, los errores puntuales o el mal estado de forma de ciertos jugadores no puede esconder la mala gestión que está realizando Jagoba Arrasate del banquillo. Desde la lesión de Rubén Pardo, incapaz de sustituirlo a tiempo, a la utilización de un jugador como Elustondo, recién salido de una lesión y que la semana pasada no estuvo ni convocado, ha cometido errores de bulto y no todo se explica con la mala suerte o la falta de inexperiencia.

El de Berriatua deberá asumir sus culpas, malos planteamientos tanto defensivos como ofensivos así como el bajo rendimiento de algunos de sus jugadores. Sus continuas rotaciones, la falta de un esquema de juego en el que ahora parece que no entran ninguno de los dos delanteros centros del equipo, la utilización de Cadamuro en un puesto en el que no es el suyo así como el dejar en casa a jugadores que demuestran un buen nivel de juego, tienen que pasarle factura. Y esa factura no es otra que la de reconocer que algo no se está haciendo bien y no empecinarse en continuar por senderos que le pueden llevar al precipicio, a él, y lo más grave, a la Real sociedad.