Mucho tendrá que mejorar la Real Sociedad ante su público para devolver a sus aficionados la deuda que mantiene con ellos desde hace muchos años en la Copa del Rey. Los donostiarras han vuelto a evidenciar en el Estadio Nuevo Mirador de Algeciras que cualquier equipo con tesón y presionando desde el primer minuto hasta el último es capaz de poner en aprietos a un conjunto de, teóricamente, mayor categoría.
 
La Real Sociedad ha vuelto a quedar en evidencia ante un conjunto que, empujadospor unos pocos miles de aficionados y en un terreno de juego al que no se le puede poner ningún pero, ha demostrado tener la fe suficiente para ir en busca de la victoria. Una victoria que ha podido caer del lado local si el colegiado da por válido el gol que han logrado los gaditanos en el minutos dos de partido. Un despeje desafortunado de Eñaut Zubikarai habilitaba a Melchor para que este a puerta vacía lograse un tanto que no subió al marcador. El árbitro, haciendo caso omiso a su linier, pitaba un fuera de juego inexistente que hubiera dejado a la Real Sociedad a remolque desde casi el pitido inicial.

Empate... y gracias

Con una gran agresividad y una tensión que se suponía iba a caer según transcurrieran los minutos, el Algeciras ha salido a intentar lograr la victoria y mantener las esperanzas en esta eliminatoria. También se suponía que la Real Sociedad, un conjunto de primera división, sexto en la Liga BBVA y compitiendo en la Champions League, tuviera los galones suficientes para dar pausa a un partido en el que poco a poco iban a ir imponiéndose.
 
Pero la teoría en el fútbol pocas veces se cumple, y más si Jagoba Arrasate saca un once inicial absolutamente irreconocible. Los donostiarras, en ningún momento han llegado a controlar y mandar en el terreno de juego. Los gaditanos, por contra, con su presión, su colocación y las ganas de agradar a su público se han bastado para presionar a los txuri-urdin, incapaces de sacar un balón jugado desde la zaga, robar el cuero en zonas muy peligrosas para llegar a inquietar a un Eñaut Zubikarai, al que nuevamente se ha visto muy nervioso y poco seguro.
 
Griezmann ha intentado poner la pausa necesaria para ordenar el juego e intentar superar a los locales. El galo, muy activo a lo largo de todo el partido, ha rozado el gol en el minuto 6 tras lanzar un libre directo que ha salido fuera por poco, pero no ha sido más que un espejismo, porque el Algeciras no se ha dejado amedrentar y, ha vuelto a recuperar la iniciativa del juego maniatando a los txuri-urdin. Ayala y Alfaro han cogido continuamente la espalda a Zaldúa y De la Bella y han llegado con mucho peligro a la meta de Zubikarai. 
 
Los hombres de Arrasate, se han olvidado que jugaban ante un segunda división B y que los balones largos no han hecho más que dar facilidades a los gaditanos, acostumbrados en su categoría a un fútbol mucho más físico que técnico . Han abusado continuamente de lo que un equipo de primera división y, más la Real Sociedad, debe tener como un recurso y no como una forma de jugar. Los hombres del centro del campo han visto pasar continuamente balones por encima de sus cabezas, siendo incapaces de bajarlos y jugar con las armas que un equipo de primera división debe utilizar para imponerse a unos jugadores menos dotados técnicamente. 
 
Elustondo y Ros no han podido con la presión rival y los atacantes, en esos balones largos que han intentado buscar la espalda de los gaditanos, han caído continuamente en posición de fuera de juego. Como ejemplo, los siete fueras de juego señalados a los donostiarras cuando apenas han transcurrido los primeros 30 minutos de partido. 
 

Cinco minutos de ilusión

En los primeros minutos de la reanudación la Real Sociedad ya ha sido otro equipo. La charla de Jagoba Arrasate habrá surtido efecto y los donostiarras han saltado al terreno de juego con otro talante. Pero no ha sido más que flor de un día, hasta que Griezmann, en un contragolpe perfectamente ejecutado llevado por Xabi Prieto y mejor finalizado por él mismo ha puesto el 0 a 1 en el marcador. Partido encarrilado, abierto y con un Algeciras necesitado de ir a por algún gol. Situación perfecta, habrá pensado más de un aficionado.
 
La Real Sociedad no ha sido capaz de rematar a un equipo de segunda
Pero la Real Sociedad es así, capaz de lograr cuatro goles en diez minutos pero incapaz de utilizar las armas de un equipo de primera división para superar y rematar a un conjunto de segunda. Seis minutos han sido suficientes para que el Algeciras, ese equipo menor táctica y técnicamente, en una buena jugada colectiva llevada por la banda izquierda haya marcado el gol del empate. Alfaro ha aprovechado un centro desde la derecha de Parada para cabecear en plancha y establecer la igualdad superando a Eñaut Zubikarai.
 
Jagoba Arrasate se ha visto en la necesidad de recomponer un equipo que, para estupor de los aficionados txuri-urdin, no ha sido capaz de imponer su pegada en ningún momento. Ha dado entrada a Vela y Agirretxe por Griezmann y Sangalli, y tras lesión de De La Bella, a Mikel González; y los aficionados miraban hacia el de Cancún con la esperanza que con su desborde y su estado anímico actual pudiera hacer alguna genialidad para desatascar el juego de la Real sociedad. Tales genialidades no han llegado, es más, cuanto más lo ha intentado más ha caído en la maraña defensiva de los gaditanos.
 
En contra de toda lógica han sido los locales quienes se han podido llevar el encuentro en los minutos de prolongación. Un balón que los albirrojos han llevado, como no, por la banda izquierda, ha llegado a las botas de Alfaro que ha rematado en la misma área pequeña y que, por suerte para la Real sociedad, ha salido desviado a corner.
 
En resumen, buen partido del Algeciras ante un conjunto blanquiazul muy pobre que nuevamente se tendrá que encomendar a su categoría y a su estadio para resolver una eliminatoria que tenía que haber dejado sentenciada hoy.