Hacía tiempo que los aficionados que domingo a domingo pueblan las gradas de Anoeta no disfrutaban de un partido tan completo y vistoso de los blanquiazules. Y todo ello, a pesar de haberse jugado en lunes, a las diez de la noche y bajo un aguacero que ni el del diluvio universal. 10 mil héroes que aguantaron contra viento y marea para ver a su equipo mover el balón con criterio, por abajo, triangulando y haciendo un fútbol que hacía tiempo no se veía.

Pero el encuentro de la Real Sociedad y el Elche hubiera sido otro si el césped no hubiera aguantado los litros de agua que cayeron sobre su alfombra. Durante más de cuatro días el verde de Anoeta ha estado aguantando un aguacero tras otro e incluso durante el partido, mientras las botas de los jugadores lo maltrataban, el tiempo empeoró. Pero ni por esas, el césped ni pestañeó, ni hizo amago de levantarse, aguantó impertérrito las embestidas y acometidas de los jugadores que lo único que querían era jugar al balón. ¡Y vaya si lo hicieron!

La Real Sociedad, hoy en día, es un equipo lleno de virtuosos estilistas como Vela, Griezmann, Xabi Prieto o Rubén Pardo

La Real Sociedad ya no es aquel equipo en el que el barro era su mejor aliado, en el que la fuerza bruta y los rigores del invierno se aliaban con los blanquiazules ante la técnica de los visitantes. La Real Sociedad, hoy en día, es un equipo lleno de virtuosos estilistas como Griezmann, Vela, Xabi Prieto o Rubén Pardo, una larga lista de jugadores que tratan tan bien el balón que sería un sacrilegio obligarles a jugar al patadón. Frente al Elche no lo hicieron y la recompensa fueron tres puntos muy importantes que ayudarán a la Real Sociedad a engancharse al tren de cabeza.

Una primera parte con un único color

Tan solo 3 minutos bastaron para que la Real Sociedad tuviera ventaja en el marcador. Tres minutos para que se colocaran los jugadores locales, se hicieran con el primer balón en el centro del campo y Vela levantara la cabeza. Justo en ese momento vio a Griezmann tirar una diagonal perfecta, esperando justo lo necesario para no entrar en fuera de juego y poder cazar un balón en largo para superar con una vaselina perfecta la salida del portero y lograr el primer tanto del partido.

No se acomodó la Real Sociedad con este gol y siguió aprovechando sus bazas de robar y salir al contragolpe. Eso le valió algunas jugadas de mérito como el gol anulado a Agirretxe o varias oportunidades más que tuvieron Vela, Griezmann o el propio Xabi Prieto, pero el marcador no se movió hasta que, nuevamente, el jugador francés aprovechó un servicio perfecto del capitán para con un espectacular salto batir de cabezazo cruzado al guardameta visitante. Habían pasado tan solo once minutos y el Elche no se creía que fuera perdiendo por dos tantos a cero. Parecía mucho castigo para los franjiverdes pero lo cierto es que los jugadores blanquiazules estaban interpretando a la perfección su mejor partitura con los mejores instrumentos: la velocidad, la verticalidad y sobre todo la efectividad.

Para cuando quiso reaccionar el Elche ya tenía el partido perdido y la ventaja era casi insalvable aunque era inevitable que la parroquia local recordara el partido frente al Getafe en El Coliseo. Pero no era la misma Real Sociedad. El de la semana pasada era un equipo vulgar, que llegaba tarde a los balones y falto de personalidad. El de hoy era solidario, rápido, técnico, defensivo cuando la situación lo requería y ambicioso cuando el objetivo era buscar la portería contraria. 

Rematar el partido y buscar oxigeno 

No cambio la situación tras volver a saltar al terreno de juego. El Elche intentó tímidamente estirar sus líneas y acortar diferencias pero con lo que se encontró fue con otro gol encajado. Esta vez se unió a la fiesta el otro solista que tiene la Real Sociedad, el mexicano Carlos Vela, quien tras conducir un balón desde la derecha hacia el vértice del área, empalmó un balón que se coló en la portería defendida por Toño sin que este pudiera hacer absolutamente nada por detener el disparo.

Un gol que cayó como una losa en el frágil ánimo de los franjiverdes y que animó a Jagoba Arrasate a mover el banquillo y dar descanso a los hombres más castigados con la carga de minutos. Bergara, Vela y Rubén Pardo tomaron dirección a vestuarios y dejaron sus sitio a jugadores necesitados de minutos: Zurutuza, Ros y Gaztañaga.

Aún con este baile de cambios, la Real Sociedad no se descompuso y tuvo la posibilidad de hacer un cuarto gol para alegría de su parroquia fiel. Agirretxe, muy peleón toda la noche, sacó un centro de la nada que peleó Zurutuza ante Toño y el mal despeje del guardameta lo cazó Griezmann para con un disparo a media altura, marca de la casa, lograr el tercer gol de su cuenta particular y el cuarto de su equipo. Un hat trick que coloca al rubio de Maçon con 15 goles en la clasificación de la Liga BBVA.

En definitiva, un triunfo fácil para los de Arrasate que tienen que dar gracias al jardinero de Anoeta por cuidar tan bien el césped. Sin él, el terreno de juego no sería el mismo, sin él los jugadores no podrían explotar sus virtudes, sin él, la Real Sociedad no jugaría como los ángeles.

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