El planteamiento realizado por Jagoba Arrasate no era malo. Con Vela en punta y sin una sola referencia fija en ataque, buscaba que el Atlético de Madrid no jugara cómodo y, lo más importante, no pasara el balón por los mediocampistas colchoneros. La presión que Vela y Griezmann realizaron a la salida del balón en los primeros minutos del encuentro surtió tal efecto que ni el propio Simeone era capaz de buscar una alternativa al juego atascado que sus hombres estaban realizando.

Para jugar contra el Atlético de Madrid, es necesario tener una concentración espartana. Estar al cien por cien y no cometer el más mínimo error en defensa. La Real Sociedad, con dicho planteamiento, estaba obligada a adoptar la figura que los romanos adoptaban para aguantar y avanzar ante el rival, la de la tortuga. El riesgo, sin embargo, estaba en que alguno de la fila se descolocara y rompiera la formación.

Primer error, primer gol

Así ha ocurrido. Cuando mejor estaba presionando la Real, cuando mejor cortaba las acometidas del Atlético de Madrid, los donostiarras cometieron el único error de la primera parte. Un mal pase de Carlos Martínez sirvió para que los colchoneros montaran un contragolpe letal. El balón llegó a Diego Costa y el centro de este lo mandó al fondo de las mallas David Villa, quien un minuto más tarde caía lesionado y tenía que ser sustituido. Fue una pena ver como un jugador como el de Lodosa, casi al filo del descanso, hipotecaba todo el trabajo de sus compañeros, cuando habitualmente es él quien soluciona los problemas ocasionados por sus compañeros.

Era un premio demasiado gordo para los atléticos y un golpe muy duro para los donostiarras, pero quedaba mucho tiempo por delante y un paso por vestuarios que podría servir  a Jagoba Arrasate para recomponer el equipo y buscar el empate.

Un equipo más ambicioso

Los cambios realizados por Jagoba Arrasate sirvieron para que la Real Sociedad se hiciera con los mandos del partido. Un Atlético de Madrid muy arrugado, con una Real ambiciosa, que presionaba muy arriba, se hacía con el balón y comenzaba a triangular de forma mucho más fluida. Carlos Vela y Antoine Griezmann bajaban a recibir el balón y sus internadas así como las cabalgadas de Carlos Martínez y José Ángel, llevaban la presión a la meta defendida por Courtois. Pero a los txuri-urdin les faltó profundidad y, en consecuencia, poco peligro en la meta colchonera.

Tal presión duró hasta el minuto 72. La Real Sociedad volcada, en busca del empate, dejaba demasiado solo a Diego Costa quien en un contragolpe de dos pases se plantaba solo delante de Bravo y con un balón cruzado lograba el segundo gol para los rojiblancos, cerrando definitivamente el partido. Si bien, el Atlético de Madrid es un equipo ambicioso y en tan solo cinco minutos logró llevar el marcador hasta un sonrojante 4-0, que era demasiado castigo para un equipo que quiso jugar de tú a tú al Atlético de Madrid y que lo hizo hasta cometer unos errores que le salieron muy caros.

El único punto positivo que los blanquiazules traen de Madrid es el partido que Jon Gaztañaga cuajó en el Vicente Calderón. El joven canterano se movió en el césped como pez en el agua, cortó balones, presionó, bajó a buscar el pase de sus compañeros y mostró una veteranía impropia de su edad. Un jugador que apunta grandes cosas en los pocos partidos que ha jugado con los txuri-urdin.

Los de Arrasate deberán pasar página lo antes posible a este partido y preparar un encuentro que puede ser histórico para los txuri-urdin, el de ida de las semifinales de Copa del Rey frente al todopoderoso Barcelona.

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