Jagoba Arrasate, tras tres encuentros en tan solo dos semanas, conocía al Barcelona a la perfección, incluso la variante que el 'Tata' Martino introdujo en el partido de Copa que desarboló el planteamiento de los txuri-urdin. Por eso, dispuso en la medular a tres centrocampistas defensivos como Zurutuza, Bergara y Elustondo y a Canales como más avanzado y de enganche con los dos puntas, Carlos Vela y Antoine Griezmann.

Y la jugada le salió a la perfección a Jagoba Arrasate. Como reconoció el 'Tata' Martino en la sala de prensa, Canales les hizo mucho daño. Cogía la espalda a los blaugranas continuamente y habilitaba a los dos puntas de la Real Sociedad para, en rápidos contragolpes, llegar con peligro a la meta defendida por Victor Valdes.

Una táctica que sirvió para que los donostiarras completaran un encuentro fabuloso, tal y como reconoció su entrenador, Arrasate. Un encuentro en el que consiguió tres goles que hicieron justicia al juego de la Real Sociedad y a los méritos y deméritos de uno y otro. Porque el Barcelona no fue ni la sombra de lo que es y eso fue solo mérito de la Real Sociedad, el planteamiento de su entrenador y el juego de sus futbolistas.

Primera parte de color blanquiazul

La Real Sociedad y el Barcelona cumplieron con los roles que a cada uno se les presuponía. La Real se mantenía agazapada en su campo y el Barcelona tocaba y tocaba, sobaba el balón en la búsqueda de algún resquicio por el que hacer peligro pero su juego era plano, horizontal y sin ninguna profundidad.

Fue por ello que poco a poco los donostiarras se estiraron y comenzaron a triangular, con posesiones extrañamente largas y que los catalanes no llegaban a interrumpir. Zaldua y José Ángel hacían de Adriano y Alves, y se imponían en las bandas; los tres centrocampistas con la ayuda de un Canales excelso, eran suficientes para romper las triangulaciones de los blaugranas en el centro del campo. Tanto, que una y otra vez tenían que ceder el balón a Piqué y Bartra para que jugaran en largo.

Tal fue el dominio de los donostiarras que incluso antes del primer gol logrado por Elustondo con la ayuda de Song, Carlos Vela ya había dispuesto de tres ocasiones para batir a Valdés y adelantar a la Real Sociedad en el marcador. El público estaba disfrutando de lo lindo, veía cómo su equipo se imponía a todo un Barcelona con Neymar y Messi en el once inicial y además iba por delante en el marcador.

Pero el Barcelona siempre cuenta con un as en la manga, y ese as se llama Messi. El argentino deambuló por el césped de Anoeta durante todo el partido pero le bastó una sola arrancada para tan solo cinco minutos después de adelantarse la Real, igualar el marcador.

El Barcelona, una caricatura de equipo

Pocas veces se ha visto a un Barcelona tan temeroso, errático, plano y sin peligro como el que se vio en Anoeta. Y el mérito de convertir a un equipo favorito para ganar la Champions en una oscura sombra de lo que se le supone es de la Real Sociedad, de su juego, de su entrega y de sus jugadores, unos futbolistas que salieron al campo enrabietados y que en la segunda mitad pasaron por encima de los blaugranas.

Vela, Girzmann y Canales fueron un tridente que trajo en jaque a la desangelada defensa barcelonista. Piqué y Bartra no daban a basto. Adriano y Montoya, sustituido en la segunda mitad, se encontraron con la horma de su zapato y tan preocupados y acostumbrados que suelen estar en atacar, se olvidaron de defender. Ahí comenzó la debacle blaugrana.

Pero el gol que desniveló el marcador llegó desde el centro, de un balón que Bartra no consiguió despejar con la cabeza y su peinada cayo a los pies de Vela. El mexicano, como en él es habitual, cogió dirección a portería y su centro fue rematado de forma espectacular por Antoine Griezmann. Valdés no pudo hacer nada ante la avalancha de los puntas de la Real y la superioridad en el juego se plasmó en el marcador.

A partir de ahí se vio a la Real más cómoda, contragolpeadora y letal. A la mejor Real Sociedad de los últimos tiempos, la del año pasado, la que se clasificó para Champions con un juego espectacular. Y claro, no tardó en llegar el tercer y definitivo gol en otro contragolpe al que le dio pausa Griezmann. Espero a que Zurutuza entrara de segunda línea para centrar y se encontrara absolutamente solo ante Valdes quien, otra vez impotente, vio cómo le perforaban la meta. La Real Sociedad había logrado un gol al más puro estilo Barcelona y se lo hizo al propio Barcelona.

A partir de ahí todo fue una fiesta en Anoeta. Cánticos, aplausos, homenajes a jugadores criticados las últimas semanas y una comunión público-jugadores que pocas veces se había visto en Anoeta. La última vez que esto ocurrió, la Real Sociedad también venció al Barcelona. Entonces era víspera de San Sebastián y lo celebraron tocando el tambor.