Tener una semana más de vacaciones. Esa es la cuestión. Ese era el objetivo en el partido que se disputaba en Anoeta y que cerraba la temporada para Real Sociedad y Villarreal. Con una plaza en competición europea asegurada, el picante en el partido era saber cuántas previas tendrían que jugar cada uno de estos dos equipos, ya que el Sevilla, flamante campeón, se las ahorra.

El partido arrancó con una Real muy activa, con un Canales y un Vela que buscaban la portería de Juan Carlos. Un error en defensa de Musacchio y unas ayudas tardías de Bruno hacían parecer que el Villarreal no estaba cómodo sobre el césped de Anoeta. Una vez que el equipo de Marcelino se sacó la coraza, empezó a circular el balón y a tener las primeras ocasiones. A través de posesiones largas, el Villarreal se metía en el partido. 

La Real es sabido que no tiene ningún inconveniente en dejar al rival tener el balón y luego matarle a la contra, pero el conjunto donostiarra era el que no estaba del todo asentaoa en el campo; Rubén Pardo no encontraba el equilibrio y en un saque de banda del Villarreal en su campo, Giovani hizo una pared con Uche, que se la puso larga a la espalda de la defensa, perfilado a la derecha como al mejicano le gusta para encarar y salir a la zurda, y cruzó el balón al palo largo de Bravo, que nada pudo hacer. 

Con el gol en contra, el partido seguía igual, cuando el balón llegaba a los organizadores, la zona atacante de la Real estaba inmóvil, sin ningún tipo de desmarque de ruptura ni nada con que sorprender al Villarreal. Griezmann y Vela se apagaban, Canales recibía muy lejos de donde suele hacer daño, y el Villarreal tenía el partido por su mano al final de los primeros 45 minutos. 

Arrasate decidió dar un giro al partido, colocando a Granero y Zurutuza ya de inicio en la segunda mitad por Pardo y Agirretxe, lo que significaba quitar la figura del "9", jugar con un rombo en el centro del campo formado por Markel como pivote, Granero y Zuru de volantes y Canales de enganche, dejando a Vela y Griezmann en punta de ataque, posición que no repetían juntos desde eliminatoria copera y partido de liga ante el FC Barcelona. 

Los primeros quince minutos de la segunda mitad, fueron un acoso y derribo por parte de los txuriurdines y parecía que la Real iba a empatar, pero Juan Carlos y sobre todo Musachio, que emergió como auténtico mariscal amarillo, impidieron que los donostiarras pusieran las tablas en el marcador. 

Jugar de ese modo tenía sus riesgos, ya que la defensa jugaba muy adelantada, con los laterales casi como extremos, ya que con los cambios las bandas quedaban vacías, de modo que Ansotegi e Iñigo se las tenían que ver en velocidad con Giovani y Uche con clara ventaja para la pareja atacante en las contras. El Villarreal le daba su propia medicina a la Real pero no conseguían la sentencia gracias a un Claudio Bravo que hizo una de las mejores paradas de la liga, aunque de nada sirvió ya que en la siguiente jugada, Giovani montó una contra ante Ansotegi que le fue en velociadad y le dejó a Uche en un mano a mano con Bravo, que el delantero nigeriano no iba a perdonar. Minuto 70, 0-2, brazos caídos y sexta plaza para Villarreal. 

La Real se desconectó del partido, y el Villarreal ya se daba por satisfecho con el 0-2, por lo que los minutos finales fueron descafeinados. Aún así, en el tiempo de descuento, Vela hizo el 1-2 para darle algo de emoción a un partido que tenía su final escrito desde el minuto 70.

Con este resultado, la Real como ya hiciera la temporada pasada, empezará antes para preparar las eliminatorias previas de la Europa League, y se verá si lo hace con jugadores como Griezmann, Vela, Granero, Pardo o Iñigo, o por el contrario, se verá un equipo completamente distinto.