¿Saben esa goma elástica que al estirarla mucho acaba rompíendose y puede darles en la cara? Apliquemos esta teoría a la situación que se vive en Zubieta estas últimas semanas. La Real Sociedad, ha comenzado la liga de una manera desastrosa consiguiendo únicamente una victoria y dos empates. Cinco puntos que para nada cumplen las expectativas del club y menos de los fans. Los aficionados txuri urdines esperaban limpiar la pobre imagen que se dio la campaña pasada en Champions League, haciendo una buena faena en Europa League pero ni siquiera consiguió el equipo pasar de los play-off contra el Kransnodar ruso. Tras este tropiezo inesperado en la vuelta de la eliminatoria a doble choque, la hinchada debía conformarse en conseguir quedar en buena posición para volver a Europa la siguiente temporada, algo que por el momento está muy lejos. 

La culpa de este inicio nefasto recae en el entrenador, que por lo que se ha podido ver de la Real no consigue animar a los jugadores ni solucionar la mala situación en la que está envuelto el club. El técnico de una entidad como la Real Sociedad, debería de hacer valer su autoridad y hacer que los j​ugadores salgan a morir en cada partido, que pisen el césped con franqueza y piensen que ese partido será el que cambiará su racha. Pero no es así. Arrasate sigue actuando con pasividad y así no se arreglan las cosas. Muchos aficionados quieren que abandone el equipo y que entre alguien nuevo que haga despegar al equipo blanquiazul hasta los puestos altos de la clasificación. Otros en cambio, siguen dando su confianza al vizcaíno, que de ninguna manera le devuelve lo que recibe. 

La Real ha encajado en todos los partidos que ha jugado, y es más, siempre ha sido el primero en encajar. Los jugadores, al igual que su entrenador, salen al campo con una apariencia de obligación como si no tuvieran ganas de ganar. Esa actitud es la que está molestando y creando un sentimiento de descontento entre los aficionados ya que ellos animan hasta morir cada partido, y de momento con el rendimiento del equipo de lo único que se mueren es de vergüenza

Lo que no se debe consentir es que un entrenador no saque a sus jugadores motivados al campo, que los jugadores sean endebles en defensa y no den ni una en ataque. Los fallos defensivos y la falta de puntería, a parte de los planteamientos del míster, es lo que está condenando a este conjunto al fracaso colectivo. 

Cada vez la necesidad de ganar se hace más y más grande, los jugadores salen con muchas ganas en los primeros compases de algunos partidos, dominan la bola y crean ocasiones, pero al partido siguente se deshinchan como un balón de playa. No es comprensible que nadie dentro del club haga nada por remediar este entuerto en el que están metidos. Es más la Real ha perdido 16 puntos en lo que va de liga, 16 puntos que pueden hacerle mucha falta de cara al final de temporada. 

Por el contrario, mostrando su apoyo al dirigente de la plantilla donostiarra, salió en su defensa su presindente, Jokin Aperribay, diciendo que siempre la diana a dar es el entrenador. Tal fue su apoyo, que advirtió que si esta mala racha no cambia y se siguen cosechando malos resultados, Arrasate se verá obligado a abandonar el club. Así es el apoyo del presidente. Más fiel parecen las palabras de Ansotegi que dijo que se debía de hacer autocrítica y mejorar en vez de culpar al técnico. 

Lo cierto es, que más allá de críticas y alabanzas, Jagoba tiene que empezar a levantar la moral de sus jugadores o su final puede darse mucho antes de lo que se espera. La primera final se espera el lunes que viene contra el Getafe. Si la Real Sociedad no reacciona el próximo lunes, puede hundirse en un pozo del que será difícil salir y al señor Arrasate le esperará su finiquito a la vuelta de la esquina.