La derrota ante el Getafe no ha encendido más alarmas que las que ya había en marcha en Anoeta, pero la pérdida de los tres puntos ante los madrileños y la consiguiente situación clasificatoria sí ha dado cuerpo, sí ha logrado hacer cuajar el clamor popular de que la situación es insostenible. Esta Real Sociedad no es la que heredó el actual inquilino del banquillo, no es la Real que hizo soñar y engrandecer este club haciéndolo viajar a Europa; es una sombra de sí misma, una caricatura que, de tanto deambular por los campos de Primera División, se ha convertido en lo que en su día Jagoba Arrasate calificó como “un quiero y no puedo”.

Los aficionados están hartos con esta situación. Las peticiones de dimisión son cada día más generalizadas, corren como la pólvora hasta ser parte de la mayoría de la masa social, pero la directiva se empeña en dar una indisimulada sensación de sosiego, de tranquilidad, pensando que una victoria puede ser el bálsamo para que las aguas vuelvan a su cauce y se corrija una trayectoria de una nave que va tan a la deriva, que está a punto de ser ingobernable.

Declaraciones impropias de un hombre de club

Tras la finalización del encuentro ante el Getafe, Jagoba Arrasate compareció cariacontecido en rueda de prensa para describir el partido con una frase tan recurrente como manida por el entrenador de Berriatua: “Ha sido un mazazo”. Un eufemismo que ha utilizado en incontables ocasiones para describir el mal juego, la desorientación y la falta de respuestas al desesperante fútbol de los suyos. “No hemos hecho un buen partido, ha sido uno de los peores de Anoeta pero con el 1-0 teníamos el partido controlado”, decía Arrasate. Tan controlado como que el Getafe, en tan solo cinco minutos y tras una preocupante falta de actitud, mala defensa, pasividad y desorden, le dio la vuelta al marcador sin apenas esfuerzo.

Hablar de racha cuando la Real Sociedad lleva inmersa en una crisis sin precedentes es no querer ver la realidad

La mejor de las perlas de dicha rueda de prensa estaba por llegar. Jagoba Arrasate, cuestionado sobre su continuidad, decía lo siguiente: “Sé cuál es la ley del fútbol. Si la racha sigue, esto se acabará algún día”. Hablar de rachas cuando la Real Sociedad ha logrado tan solo cinco puntos de 24 posibles es, como poco, no ser consciente de lo que está ocurriendo. Hablar de racha cuando, desde que cogió al equipo, este no es ni de lejos la sombra de lo que fue es no saber cuales son sus propias limitaciones. Hablar de que si sigue la racha le pueden destituir es no querer ver la realidad, engañarse a sí mismo y seguir aferrándose de forma desesperada al sillón que ocupa. Y, por encima de todo, es insultar la inteligencia de los aficionados que son los que, al fin y a la postre, mantienen las raíces y esencia de este club.

Si Jagoba Arrasate es hombre de club, si es entrenador de cantera, siente los colores que defiende y busca lo mejor para la Real Sociedad, lo mejor que puede hacer es dejar paso, ser franco consigo mismo y darse cuenta de una vez por todas que ni la mala suerte, ni los árbitros, ni los postes, ni las circunstancias puntuales de un partido son los culpables de la situación actual de la Real Sociedad. Fue bonito mientras duró su sueño. No obstante, debe despertar de una vez, debe reconocer que lo mejor para la Real Sociedad es que llegue alguien que ponga orden en el vestuario, recupere la actitud y la tensión de sus jugadores. Su letanía “trabajo, trabajo, trabajo” ya no sirve, no es la receta adecuada para esta Real Sociedad, más cuando, a tenor de los resultados obtenidos y el juego desplegado, el trabajo se está haciendo en la dirección errónea.

Los males que ahora mismo son evidentes en la Real Sociedad ya afloraron la pasada temporada

No son nuevos los males de este enfermo. Desde que Jagoba Arrasate se hiciera cargo del primer equipo, éste se ha ido desmadejando y diluyendo poco a poco y, aunque a muchos les cueste reconocerlo, siempre ha padecido el mismo cuadro clínico. No hay más que tirar de hemeroteca para reconocer de un vistazo que los males actuales como la mala preparación física, el decaimiento de algunos jugadores, la mala defensa, la falta de tensión en los partidos, el poco rigor táctico y, en definitiva, la mala imagen que ofrece la Real Sociedad ya se daban en los primeros días en los que Jagoba Arrasate se hizo cargo del equipo.

Una racha que se alarga desde que asumió el cargo

Jagoba Arrasate llegó a la Real afrontando el reto “con naturalidad y responsabilidad”, la naturalidad que le otorgaba el conocimiento del sistema y el juego que había heredado de Philippe Montanier. Pero a las primeras de cambio se topó con la realidad. Tras una brillante clasificación para la Champions League, la Real encadenó muy malos resultados, tanto en Europa como en la competición doméstica. Siete puntos en tan solo ocho partidos eran un muy pobre bagaje para un equipo que estaba compitiendo en lo más alto. La exigencia era máxima y Jagoba Arrasate siempre se acogía a ese "casi lo conseguimos" para justificar tal falta de resultados: "Hemos estado atenazados, pero hemos visto cerca el empate" (05/09/2013, derrota por uno a dos en Anoeta ante el Atlético de Madrid); "No hemos tenido claridad, nos ha faltado lo más difícil, chispa y desborde" (22/09/2013, Real Sociedad 0 Malaga 0).

Tanto en Champions como el Liga, la Real no supo mantener el nivel que le llevó a clasificarse para la máxima competición continental

En Europa, volvía a tirar del casi para justificar las derrotas que sufrió ante el Shakhtar Donetsk, el Bayer Leverkusen y el Manchester United: "La derrota ha sido excesiva, hemos sido mejores hasta el gol. Nos ha faltado eficacia” (17/09/2013 Donetsk); "Ha sido un mazazo recibir el gol en el último minuto" (04/10/2013 Leverkusen); "Ha sido un querer y no poder" (24/10/2013, Mánchester); "Estamos tristes, ha sido duro" (28/11/2013 Donetsk). El enfermo comenzaba a mostrar los primeros síntomas de su enfermedad.

Declaraciones de intenciones

Jagoba Arrasate estaba convencido de poder dar la vuelta a esta dinámica y achacaba los malos resultados al exigente comienzo de temporada de la Real Sociedad. El 11 de diciembre, el día que compareció en rueda de prensa previa al partido frente al Espanyol declaraba que había que "recuperar el rigor defensivo y la intensidad”. La Real ganó aquel partido, una cataplasma que aliviaba los síntomas de la enfermedad, aunque a poco que un equipo medio cualificado se enfrentaba a los txuriurdin volvía la recaída. El Villarreal se encargó de dar un severo correctivo el 15 de enero con un contundente goleada (5-1). Entonces, Arrasate volvió a tirar de lo obvio, de algo que los aficionados ya conocían porque habían sufrido en silencio el flojísimo encuentro de su equipo televisado para todo el mundo: "Nos han superado en todo, si bajamos un poco el listón no tenemos nada que hacer”.

Con un final de temporada muy flojo, la Real dejó escapar varias oportunidades para evitar una de las dos rondas previas de Europa League

Ante el Getafe, Osasuna y el Real Madrid más de lo mismo: "Debemos ser más consistentes, queríamos ganar, pero hemos ido de más a menos y el empate no es del todo injusto" (20/01/2014, Getafe); "Queríamos más, el objetivo era ganar los tres puntos y no nos vamos contentos" (31/03/2014, Pamplona); "El primer gol ha sido un mazazo" (07/04/2014 Madrid); aunque el que asestó la puntilla a la errática temporada de la Real Sociedad fue el Villarreal. A los txuriurdin les bastaba una victoria para hacerse con el sexto puesto y así evitar una de las dos rondas previas de Europa League, pero volvieron a perder ante los amarillos (1-2) y en Donostia. En vez de hablar de ocasión perdida, se celebraba otro año histórico en el que se había vuelto a lograr la clasificación europea. Todo eran parabienes y palmaditas en la espalda de Jagoba por lograr en su primera temporada llevar a la Real a competiciones internacionales. Él, por supuesto, se dejaba hacer. "Hoy estamos disgustados; a partir de mañana ya valoraremos lo conseguido", declaraba en rueda de prensa el propio Arrasate.

Un enfermo crónico

Antes incluso de superar la primera de las dos rondas de Europa League ante el Aberdeen escocés, la Real ya mostraba algún síntoma preocupante de no haber mejorado sus prestaciones. No era nada nuevo y las declaraciones de su entrenador comenzaban a entrar en un bucle. “Sin intensidad cualquiera te hace sufrir", declaraba Arrasate tras perder en un amistoso con el Alavés. Volvió a tirar de libreta tras el partido contra el Eibar: "No hemos podido encontrar nuestro estilo de juego". La Real, además de comenzar la Liga perdiendo, entraba en una dinámica muy preocupante puesto que en la siguiente ronda de Europa League cayó ante un desconocido equipo ruso, el Krasnodar. Su entrenador volvió a utilizar lo de “la eliminación es un mazazo”, pero esta vez varió la dirección al señalar al árbitro como el mayor culpable de la eliminación: "Teníamos el partido donde queríamos, pero el árbitro lo ha cambiado todo. La derrota ha supuesto un golpe muy duro y en este momento no siento más que dolor y rabia".

Dolor y rabia que se habrá prolongado hasta el encuentro ante el Getafe, puesto que desde entonces, la Real Sociedad, obviando algunos pocos minutos que no han hecho más que demostrar que este equipo necesita de otro director que le saque todo el partido, no ha levantado cabeza. El mismo Arrasate lo corroboraba con sus palabras: “Por una cosa o por otra, no hacemos lo suficiente, lo que hacemos no nos es suficiente. Necesitamos hacer un partido completo con 90 minutos buenos” (declaraciones previas al partido ante el Sevilla); cosa que hasta la fecha no ha sido posible.

Sin reacción en los despachos

La derrota ante el Getafe, la forma en la que se produjo, ha vuelto a llevar a cuidados intensivos al enfermo donde su máximo responsable, vuelve a sacar las declaraciones del “mazazo” para justificar una derrota que fue más que justa. Y los aficionados, cansados de las mismas declaraciones de hace más de un año comienzan a soliviantarse. Se preguntan por qué en más de un año este entrenador y su equipo técnico no han encontrado una solución a los problemas que aquejan tanto al equipo como a los jugadores; y, por consiguiente, se preguntan por qué siguen en sus actuales puestos.

A pesar de marcar en el descuento, la victoria del Getafe fue del todo justa

Es hora de mirar a los despachos, donde todavía no ha habido reacción alguna, y preguntarse si, aún no tomando una medida tan drástica como la destitución, no es hora de que el presidente realice alguna declaración institucional en la que repruebe la actitud de los suyos, ponga en evidencia un trabajo, que a la vista está, no está siendo bueno para el equipo y marque la línea que dé fecha de caducidad a un proyecto que a todas luces no funciona y está llevando a la ruina a la Real Sociedad. Todavía está a tiempo.

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