La situación que está atravesando la Real Sociedad no parece algo imaginaria. No hace falta más que mirar a la clasificación para ver que el equipo txuriurdin no carbura y que sus expectativas a principios de temporada eran mucho más optimistas y ambiciosas que la de intentar salir de la quema y quedarse en Primera División. Y actualmente ese es el objetivo que parece todo el mundo se está marcando. Ahora bien, si alguien sin demasiada información hubiera acudido a las instalaciones de Zubieta tras el partido de Córdoba, pocas conclusiones podría haber sacado de lo que está aconteciendo en estas semanas tan tensas.

Cambiar para no cambiar

Las cámaras de televisión enfocaban a un palco donde las caras de Jokin Aperribay y Lorenzo Juarros, Presidente y Director Deportivo de la Real Sociedad respectivamente, y retrataban bien a las claras la tensión que se está viviendo en las entrañas del equipo txuriurdin. Una situación deportivamente desastrosa y sin un atisbo de recuperación a pesar de que los cantos de sirena "debemos mejorar", "estamos a muerte con el entrenador", "hay que solucionarlo entre todos", "debemos hacer autocrítica"; son recurrentes, aunque desgraciadamente nada cambia.

Los aficionados están hartos de escuchar declaraciones vacias de los jugadores

Transcurren las semanas, se repiten las declaraciones de intenciones pero todo vuelve a ser lo mismo en el momento en el que los jugadores se visten de corto y la Real Sociedad pisa el césped. Vuelven el mal juego y la indolencia y, en consecuencia, los malos resultados, pero vuelve, sobre todo, la desesperanza en el ánimo de los aficionados de la Real Sociedad. La más damnificada en toda esta historia.

Información opaca cuando no inexistente

La afición, esos miles de seguidores que, como en el caso de la Real Sociedad, son accionistas, socios o simples seguidores, que disfrutan, sufren, lloran y ríen con el equipo. Esa llamada "masa social" de un club que se sacrifica, viaja y que, a las duras y a las maduras, siempre está con el equipo incluso cuando el equipo no está con ellos. Esos a quienes de forma recurrente se les pide mayor sacrificio, a quienes se les hace llamamientos de apoyo al equipo para sustentar y ayudar a conseguir los objetivos marcados; esos mismos a quienes, en momentos tan duros como este, se les da la espalda y se les ningunea.

A la afición siempre se le ha exigido estar con el equipo, ¿cuándo el equipo estará con la afición?

Los clubes está acostumbrados a pedir, saben que el apoyo de los aficionados es incondicional y por eso se olvidan de dar. Y la Real Sociedad, por desgracia, no es una excepción. No hay más que analizar la situación actual para ver que los seguidores de la Real están siendo ninguneados, ninguneados por una directiva y un director deportivo que hacen oídos sordos a la petición de los seguidores de la Real Sociedad que tomando las decisiones que tomen, por lo menos se les tenga informados, pero informados de primera mano y no a través de entrevistas a un medio de comunicación.

Y es que no hay peor situación que el no saber, las dudas y la incertidumbre del "qué estará pasando". Los aficionados necesitan saber, y necesitan saber más, porque de no estar informados llegan las especulaciones, los rumores, las malas interpretaciones, las sospechas y la crispación. Una crispación que está tomando forma en la Real Sociedad y está llevando a la fractura, no ya solo con el entrenador, sino también con el director deportivo, el Presidente y, por que no subrayarlo, con los jugadores de la Real Sociedad. En definitiva, una fractura social muy peligrosa.

El Presidente en los medios de comunicación

La mala gestión comunicativa y el poco respeto que se les está teniendo a los aficionados llegaron a su clímax cuando Jokin Aperribay aceptó la invitación de un programa de radio para poner luz sobre este tema. Pero antes de dar ese paso el presidente debió calcular mejor las consecuencias de dicha acción. Principalmente porque ha vuelto a fallar a sus seguidores.

Una rueda de prensa no hubiera alejado las dudas sobre el equipo pero si hubiera hecho sentir a los aficionados ser parte del club

Les ha fallado porque eran los primeros interesados en conocer los pasos que se están dando (siempre y cuando demos por cierto lo que declaro en la radio) y no se ha contado con ellos. ¿Qué mejor que, dada la preocupación existente entre los aficionados, organizar una rueda de prensa institucional donde el Presidente o el propio director deportivo diera la cara y explicara cuales eran las intenciones de la directiva? Es cierto que no hubiera alejado las dudas y las sospechas de los más críticos, pero la mayoría de la masa social se hubiera sentido tratada con deferencia y con capacidad de opinar.

Pero el presidente no concedió una entrevista para informar a los aficionados, lo hizo presionado por la situación y por el personaje que se lo pedía. Y eso aún es más preocupante, porque denota que la política del silencio y del oscurantismo, que no hay que confundir con la política de la discreción, es la que impera en esta Real Sociedad. ¿Hasta cuándo habrán de esperar los aficionados para que, como en cualquier otra crisis, su presidente o su director deportivo se dirijan a ellos directamente?