Será importante que cuando la Real Sociedad recupere la salud deportiva, cuando como decía Jagoba Arrasate, recuperemos la tranquilidad de ver a la Real Sociedad fuera de los puestos de descenso, podamos echar la vista atrás y analizar pormenorizadamente la actuación de todos los actores implicados, principalmente la del Consejo de Administración y la del Director Deportivo, en la crisis Jagoba Arrasate.

Además de importante será incluso necesario hacer acto de contrición de los pasos que los máximos responsables del club han dado estas semanas, incluso meses, antes de la definitiva destitución de Jagoba Arrasate. Principalmente, porque no han visto o no han querido ver los síntomas de alarma que lanzaba este equipo, porque han hecho oídos sordos a todas las llamadas de urgencia y porque el juego del equipo demandaba una voz autorizada y firme que, en vez de dar largas, fuera capaz de hacer reaccionar al equipo.

De viaje por Babia

Pero no. No ha sido así. Ni las reiteradas peticiones de cese reclamadas por la mayoría de aficionados, que no unos pocos beligerantes, ni la situación de la Real Sociedad cayendo en picado en liga fueron suficientes para que la Corte donostiarra se sentara en consejo y tratara de forma seria este tema. Para ellos la solución era sencilla, reafirmar la confianza en el de Berriatua y dar largas a una situación que poco a poco iba tomando tintes cada vez más dramáticos.

Jagoba Arrasate estaba abocado a dejar la Real y la dirección deportiva obligada a buscarle relevo

Quizás lo hicieron, trataron de enderezar la crisis deportiva del Club, pero a día de hoy, la situación de incertidumbre que vive el banquillo de la Real Sociedad dice absolutamente lo contrario. Si no, si hubieran hablado seriamente de cómo afrontar esta situación, habrían podido prever que llegando lo peor, la Real Sociedad se podría quedar como lo está actualmente, frente a un partido crucial, sin inquilino en el banquillo y negociando en precaria situación.

Y mientras todo esto ocurría; mientras los aficionados intentaban hacer ver al Rey a gritos que iba desnudo; mientras hacían miles de kilómetros para apoyar a su equipo y sufrían partidos auténticamente vergonzosos y declaraciones posteriores de parcheo y justificaciones varias, la corte de la Real Sociedad se trasladaba a Babia, como lo hicieran los reyes leoneses para vivir placidamente lejos de las intrigas palaciegas. Al fin y al cabo no era más que el resquemor de cuatro aficionados.

(Imagen: Mundo Deportivo)

Y han estado en Babia hasta el día de Córdoba, apurando se podría decir que hasta el día de Málaga, cuando la realidad, cruda y pertinaz, les ha hecho volver al palco de Anoeta para tomar una decisión que, esta vez sí, estaban obligados a tomar. Se intuía, se barruntaba, incluso se hablaba de sustitutos en el banquillo pero no, Jokin Aperribay y Lorenzo Juarros, el Director Deportivo de la Real Sociedad, seguían ajenos a esta realidad y cuando se dieron de bruces con ella ya era demasiado tarde para, muerto el Rey, sustituirlo por otro Rey. Lo preocupante era que no había un entrenador disponible para el banquillo de la Real Sociedad.

Una dramática falta de previsión

Pepe Mel, Juande, Moyes, Thomas Tuchel fueron algunos de los nombres que salieron incluso antes de cesar a Jagoba, pero el mismo Jokin Aperribay declaraba en la previa ante el Málaga que no habían contactado con nadie aunque quizás fueron palabras para salir del paso, palabras vacías para zanjar un tema incómodo y espinoso.

Escuchar a Aperribay decir que no estaban buscando a nadie ofendió más a los aficionados que pensar que les estaban mintiendo

Desde el punto de vista del aficionado era mejor creer que dichas palabras no se ceñían a la realidad, pensar que les estaba mintiendo que creeer que realmente eran ciertas tales declaraciones. Incluso podría haber salido de tal pregunta comprometida diciendo que estaban valorando diferentes alternativas pero no, optó por decir que no habían contactado con nadie, por tanto, que aún tras los fiascos de Getafe y Córdoba nadie pensaba en el relevo de Arrasate.

Y dado el transcurrir de los acontecimientos debemos dar por buenas estas palabras. Lamentablemente la cruda realidad se ha impuesto y da veracidad a las declaraciones del Presidente de la Real Sociedad puesto que a día de hoy, en uno más de los partidos cruciales al que tiene que hacer frente el conjunto blanquiazul esta temporada, sigue sin entrenador, negociando a marchas forzadas con un posible candidato, en una situación de debilidad y unos preparadores interinos que, para tranquilidad de todos, se han tomado muy en serio su trabajo.

Y en esto que el Director Deportivo, que tiene entre sus funciones la de planificar la pretemporada, la temporada, los posibles fichajes, el cierre de incorporaciones, el cuerpo técnico, en definitiva, la política deportiva del Club, sigue en Babia, lejos de solucionar un problema que viene de muy lejos y al cual tenía que haber puesto remedio hace mucho tiempo. Pero eso, quizás, sería como reconocer que se equivocó.