Fue una derrota inesperada y, por consiguiente, un jarro de agua fría a las aspiraciones de las donostiarras de acercarse a los puestos de Copa de la Reina en el largo final de la primera vuelta de la Primera División Femenina. Una derrota que deja moralmente muy tocadas a las txuri-urdin que viajarán el próximo fin de semana hasta Zaragoza para enfrentarse al Transportes Alcaine.

El encuentro fue un tanto trabado en los primeros compases. El Sevilla, colista de la competición, necesitaba los puntos y trabajó a destajo para que la Real Sociedad no pudiera en ningún momento hacer su juego. Lo consiguió en muchas fases del encuentro.

El mazazo para la Real Sociedad llegó en el minuto 28 de partido, cuando un mal despeje de una defensa de la Real Sociedad llegó a los pies de Coral Dorado quien, tras ver adelantada a Maraisun Quiñones, lanzó una vaselina que la guardameta de la Real no pudo detener. A partir de ahí todo se puso muy cuesta arriba.

A partir del minuto 30 de partido, la Real Sociedad pareció despertar y quitarse la presión de las sevillanas. Puso cerco a la portería hispalense, más tras pasar por vestuarios. A lo largo de la segunda mitad las txuri-urdin contaron con más de una docena de ocasiones para poder empatar.

Las sevillanas se conjuraban para aguantar la ventaja en el marcador. Eran unos puntos que necesitaban para salir de la última posición de la clasificación. Hasta el domingo no habían logrado ni una sola victoria en Liga.

Unai Gazpio, por su parte, quería hacer reaccionar a su equipo. Se desesperaba ante la falta de acierto de sus jugadoras de cara a la portería rival.

Aintzane Encinas y María Díaz Cirauqui fueron las jugadoras que más peligro llevaron a la portería rival. Con las constantes caídas a la banda de Aintzane y las cabalgadas de Cirauqui hicieron mucho daño las jugadoras de la Real, pero los remates no encontraron la portería rival.

Hasta en dos ocasiones el balón dio en el larguero. En la imagen, la primera de ellas. Ane Bergara remata al travesaño. Más tarde lo haría Leire Baños con otro remate de cabeza. Eran los minutos de descuento.

Al final del partido los puntos se esfumaron y viajaron a Sevilla. Los entrenadores, uno eufórico y el otro cabizbajo, se saludaron tras el pitido final. Al igual que las jugadoras de ambos equipos. Destacar que el entrenador sevillista fue expulsado por dirigirse de malas formas al colegiado.