La Copa de devalúa por propio demérito, gracias a unas eliminatorias a doble partido que no se acaban de comprender, acompañadas de unos horarios de partido aún más ilógicos y absurdos. Ha pasado de ser una fecha marcada en el calendario de los equipos modestos, a un gran incordio para los de nivel medio y alto que ven como tienen que jugar eliminatorias a doble partido, cuando muchas quedan sentenciadas en la ida.

Esto se vio ayer en todos los campos, pero fue especialmente criticable en los que acontecía el encuentro a las diez de la noche, un horario prohibitivo para niños y jóvenes además de extremadamente incómodo para los adultos, al terminar este cercano a la media noche y siendo al día siguiente día laboral.

Superhéroes en Anoeta, que marcó mínimo histórico

Ayer en Anoeta se marcó la peor entrada que se recuerda en la historia del estadio, contando con un total de 9.265 espectadores. Cuantía que no extraña a nadie si se tiene en cuenta la situación general que rodeaba al partido. Un miércoles frío y lluvioso a las diez de la noche.

Mucho mérito y admiración para los 500 aficionados del Real Oviedo en las gradas de Anoeta.

Destacar de manera positiva, a la afición asturiana, siempre fiel al histórico siendo uno de los pilares más fuertes de entre los que se sustenta el Real Oviedo. Así, alrededor de 500 aficionados azulones estuvieron apoyando de manera incondicional a su equipo con cánticos y alientos que se pudieron escuchar de forma clara en Anoeta durante algunos compases del partido. Su presencia se valora aún más al tener consciencia de las circunstancias que rodeaban al encuentro, muy poco propicias para la presencia del aficionado local y casi inimaginable para el visitante.

Desolación a nivel nacional

No solo Anoeta mostró una muy triste imagen en cuanto a la presencia de aficionados, sino que en Cornellá o en El Madrigal, se dio una situación similar, incluso más desoladora y triste que la acontecida en San Sebastián. Destacando en las gradas el color de los asientos vacíos por delante de la presencia de la afición.

No se superó el umbral de los 10.000 aficionados en ninguno de estos tres campos, cuando tiene una capacidad de entre 25.000 y 40.000 espectadores, mientras que la ocupación media en los partidos de dieciseisavos no llegó al 25%, siendo seguramente deficitario para los clubs el hecho de haber tenido que abrir el estadio.

Este es el reflejo de una competición que no atrae a los aficionados y de unos dirigentes que no ayudan a ello, obsequiando a los clubes con horarios absurdos e ilógicos marcados por las televisiones alimentando aún más el debate sobre si el sistema de eliminatorias a doble partido es el mejor para una competición como es la Copa del Rey.