Fue un derby de los de verdad; un partido entre rivales históricos jugado de tú a tú y donde la fuerza, el empuje y el coraje se tuvieron que hacer grandes ante el granizo, la lluvia, los charcos y el barro que se formaron en Zubieta.

El estado del campo impidió que el balón se desplazara con normalidad por el césped por lo que, casi siempre, estuvo en el aire. Esto intensificó el contacto, la lucha y la brega de las jugadoras y cada balón fue una pelea continua tanto como para atacar como para defender pero siempre primó el buen juego y el fair play. Fue un partido de guante blanco.

la Real Sociedad está muy necesitada de puntos por lo que salió desde el minuto uno a por el partido

No obstante, ambos conjuntos eran conscientes de la importancia del partido, porque además del orgullo de lograr la victoria en un encuentro que desde hacía mucho tiempo todas las jugadoras tenían marcado en el calendario, había 3 puntos en juego; tres puntos importantísimos tanto para las txuri-urdin como las rojiblancas. Las de Unai Gazpio necesitaban la victoria para intentar salir de los puestos bajos de la tabla y el Athletic para seguir al trío de cabeza tras los dos empates consecutivos ante el Sporting de Huelva y el Rayo Vallecano.

La Real Sociedad se adaptó mejor

En las horas previas del partido las donostiarras ya habían declarado que querían los tres puntos. La necesidad de sumar y el juego demostrado en Madrid ante el Atlético Féminas, llamaban al optimismo aunque, esta vez, el terreno de juego no estaba para florituras.

Ante la imposibilidad de jugar en corto, los desplazamientos directos fueron los protagonistas del partido

La acumulación de agua, principalmente en el centro del campo hizo que las centrocampistas, el juego de toque y el pase corto dejaran paso a los desplazamientos largos y transiciones rápidas para poder llegar al área rival. Y la Real Sociedad se adaptó mejor a este tipo de juego.

De hecho, la primera ocasión del partido llegó en un desplazamiento largo de Marina Agoües. La zarauztarra, tras recuperar un balón cerca de su propio área, lanzó un balón largo y en profundidad a María Díaz Cirauqui quien viendo la llegada de Ainhoa Vicente por la otra banda, cambió el juego dejándole un balón franco para el remate. La donostiarra, falta de fuerzas en el último tramo de la carrera, disparó con la izquierda pero lo hizo muy desviado.

La segunda ocasión, también de las locales, llegó de la misma forma. Un golpeo de Ane Bergara al saque de una falta que Nahikari García peinó, habilitó a María Díaz para disparar según llegaba pero el balón cogió demasiada altura y se marchó por encima del larguero de la portería del Athletic.

Volvió a tenerla la Real en las botas de Nahikari pero la defensa rojiblanca cortó un balón que claramente iba a gol. El centro por la derecha de María Díaz llegó a la delantera de la Real y el disparo de ésta fue bloqueado por la rojiblanca Maite Lizaso evitando lo que podría haber sido el primer gol de las locales.

El Athletic sufrió mucho en esta primera mitad. El estado del campo mermó la capacidad de juego y la calidad de las futbolistas rojiblancas y ante la imposibilidad de controlar el centro del campo, de pausar el juego, se limitó a defender y crear peligro a balón parado. Inquietó la portería defendida por Mariasun Quiñones en contadas ocasiones y todas ellas fueron a través de faltas, córners y los posibles rechaces o segundas jugadas generadas tras los saques a balón parado.

Tiempo de goles y mejor juego

Unai Gazpio tuvo mucho trabajo en el tiempo de descanso. Los ataques de la Real Sociedad fueron languideciendo a medida que se acercaba el minuto 45 y con todo el segundo tiempo por delante, parecía que el desgaste iba a pasar factura a las txuri-urdin.

Pero el paso por vestuarios reverdeció los ánimos de la Real Sociedad y el partido volvió a coger los mismos derroteros del primer periodo. La Real Sociedad seguía leyendo mejor que el Athletic el partido y se adaptaba mejor al campo. Fruto de ello, tras 6 minutos de la reanudación, llegó la alegría del gol a las gradas de Zubieta.

La Real Sociedad aprovechó una jugada a balón parado para adelantarse en el marcador

Paradójicamente, las locales aprovecharon uno de los puntos fuertes del Athletic Club, las jugadas a balón parado, para marcar su único gol del partido. Fue una jugada de carambola, incluso con un punto de suerte, pero la Real Sociedad había hecho méritos suficientes para adelantarse en el marcador.

El gol lo logró Ane Bergara, que pudo desviar un disparo en semifallo de Leire Baños tras un saque de esquina. La txuri-urdin tocó lo suficiente para desviar la trayectoria del balón y despistar a Ane Otxoa, guardameta de las rojiblancas.

Al igual que ha ocurrido en pasadas jornadas, él gol, más que ánimos, sembró muchas dudas en el conjunto de Unai Gazpio y eso dio oportunidad para que las de Juan Luis Fuentes despertaran de su letargo y disfrutaran de sus mejores ocasiones de gol.

Fueron los mejores minutos del Athletic en todo el partido. Las rojiblancas gozaron de varias oportunidades para igualar el marcador pero en todas ellas, la zaga de la Real junto con la guardameta Mariasun, desbarataron el peligro.

Varios lanzamientos visitantes que salieron desviados y un balón que Ane Bergara sacó desde la misma línea de gol evidenciaron que el Athletic había despertado y ambos entrenadores comenzaron a mover el banquillo, evidentemente, con objetivos contrapuestos. Unai Gazpio quería cerrar el partido y metió a jugadoras de refresco y Fuentes sacó toda su artillería en busca del gol que le diera por lo menos un punto.

Minutos finales de mucha tensión

La entrada de Yulema y Alazne dio más mordiente al ataque rojiblanco y las llegadas de peligro se sucedieron. Las donostiarras sufrían cada vez más y a pesar de que intentaban presionar la salida del balón para que el peligro no llegara a su portería, no podían impedir que las rojiblancas en segundas jugadas y desplazamientos largos llegaran a la portería de Mariasun Quiñones.

Cuando las jugadoras del Athletic incluso habían asumido casi la derrota, llegó el mayor jarro de agua fría de la intempestiva mañana de invierno para las txuri-urdin. La recién incorporada Yulema recibió un balón en largo de Eunate y ésta, dejando correr el balón, puso un centro perfecto para que Nekane entrando desde atrás y libre de marca consiguiera el gol del empate.

Las txuri-urdin no se lo podían creer. Tanto esfuerzo, tanta pelea, ser incluso mejor en casi la mayor parte del partido ante su gran rival, el Athletic, tampoco servía para llevarse los tres puntos. Otra vez, en los minutos finales, habían hecho aguas y dejaban escapar una victoria que habían estado peleando y trabajando durante tantos minutos. Un empate, que por otra parte, no sirve ni a Real Sociedad ni Athletic.