Tras realizar un desembolso cercano a los 25 millones de euros en lo que a fichajes se refiere gracias a las incorporaciones de Jonathas, 7 millones, David Concha, 1 millón y el último en llegar, Asier Illarramendi, por una cuantía que ronda los 16 millones de euros. Desde el club han dejado atrás la política de austeridad que tanto se criticó durante años,  mostrando así la ambición en un proyecto que genera ilusión, todo ello comandado por un capitán de categoría, el entrenador escocés David Moyes.

Plantilla compensada y de calidad

 Una plantilla con perfiles de jugadores variados, que ofrecen bastantes opciones a David Moyes 

Pero como toda buena ida, esta exige una gran responsabilidad. Y es  a la que tiene que responder un David Moyes que ahora sí tiene una plantilla para aspirar a Europa, gracias a una columna vertebral formada por jugadores de la talla y calidad de Rulli, Iñigo Martínez, Rubén Pardo, Esteban Granero, Asier Illarramendi, Sergio Canales, Carlos Vela o Jonathas teniendo mucho que ofrecer en el campo pero también desde el banquillo, gracias a perfiles de jugadores variados que le brindan al escocés tanto variantes en lo táctico como en lo deportivo, y que apostando por unos u otros, podrá hacer frente a todo tipo de situaciones las cuales se dan en un partido de fútbol de primer nivel.

Objetivo, Europa

Y si hay una cosa que es innegable es la ilusión que la actual plantilla transmite a la afición.  La parroquia blanquiazul espera volver a ver una Real Sociedad realmente competitiva, que luche en todos los campos de primera división y que vuelva a realizar un fútbol de calidad, confiando este a la pareja Rulli-Iñigo en defensa, Pardo-Illarramendi en la creación y Vela-Jonathas en el gol. Todo ello acrecentado por quienes les rodean, jugadores con una calidad innegable como pueden ser entre otros los Prieto, Canales o Granero, de quienes cierto es que algunos esperan más, pero que confían puedan darlo. Logrando una ilusión completa en un equipo que tiene en nómina a jugadores de gran nivel y que pueden ofrecer un fútbol que en Anoeta ya se ha visto, se recuerda y se añora, después de algunas temporadas como las últimas donde se esperaba mucho más de lo que el equipo mostró.

La afición aunque ilusionada se mestra exigente con un equipo que debe lograr la clasificación para Europa

Esta ilusión traspasada al puro “resultadismo”, exige al equipo una lucha por los puestos europeos en Liga, mirando de tú a tú a rivales que el año pasado estaban lejos como los Villarreal, Sevilla o Valencia, mostrando una buena cara en las grandes plazas, donde sí que el año pasado se compitió, pero sobre todo buscando la victoria ante los supuestos equipos menores evitando el conformismo de sumar un punto cuando se pueden sumar los tres. Al buen papel que se pretende del equipo en Liga, se le añade el requerimiento de hacerlo también de forma correcta en la Copa del Rey, competición donde la Real no suele estar especialmente acertada, pero que en la que gracias al fondo de plantilla que existe, será injustificable el caer contra un equipo menor y sin apenas haber competido la eliminatoria.

La temporada 2012/2013 en la memoria

Al haber regresado al club Asier Illarramendi, uno de los mayores protagonistas de la temporada 2012/2013 donde el equipo logró quedar en cuarta posición, y manteniéndose el grueso de jugadores que formaron aquel equipo. El aficionado tendrá presente en la memoria dicha temporada  y puede que esto de pie a comparaciones en lo deportivo y en cuanto a resultados entre aquel magnifico año y el que acaba de iniciarse.

Y aunque no se sabe si esta temporada será mejor o peor que la que la Real Sociedad realizó a los mandos de Montanier, lo que sí es seguro, es que la ilusión y la exigencia han vuelto a una grada como la de Anoeta que ve como el equipo tiene una plantilla competitiva, comandada además por un David Moyes que ahora sí que parece tener el equipo que demandó al club antes de verano, contando con cinco caras nuevas en forma de incorporaciones.

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Sobre el autor
Alberto Martínez García
Amante del fúbol, los coches y la naturaleza. Orgulloso txuri-urdin en una tierra adversa como es Madrid.