Desde la llegada de David Moyes, allá por el mes de Noviembre del pasado año, Rubén Pardo se ha convertido en uno de los intocables del técnico escocés en la medular. La pasada temporada estuvo acompañado principalmente por Esteban Granero, aunque en varios partidos el entrenador británico apostó por alinear al centrocampista riojano con Markel Bergara. 

Poco ha cambiado su situación en la presente temporada, ya que ha sido titular en cinco de los seis encuentros disputados hasta ahora. Curiosamente, en el único encuentro en el que salió del banquillo, repartió la que es hasta ahora su única asistencia en liga.

El riojano no carbura

Rubén Pardo atesora una calidad indiscutible en su pierna derecha, pero si por algo es un jugador diferente al resto es por sus fantásticos cambios de orientación y por un gran disparo desde largas distancias, lo que le ha llevado a anotar varios tantos en temporadas anteriores. Actualmente, sin embargo, sus golpeos están dejando bastante que desear, sobre todo en los lanzamientos a balón parado. Sin ir más lejos, el pasado derbi el de Rincón de Soto no consiguió levantar el balón y llevar el peligro a la portería rival en ninguna de las faltas ni de los córners que botó.

Según Moyes, la Real no está acertando en los últimos pases y Rubén Pardo es un elemento vital para mejorar esta situación

Además de a balón parado, Rubén Pardo junto al resto de centrocampistas, también debería prodigarse más en buscar a sus delanteros con balones en profundidad y darles esos últimos pases que hacen que el delantero se encuentre en disposición de marcar. 

Reconocido por su propio entrenador, David Moyes, la Real Sociedad no está acertando en esos últimos pases. A pesar de tener el balón, de llevarlo de lado a lado y generar alguna ocasión de gol, los txuriurdin no han encontrado al hombre que busque esos últimos pases y es ahí donde debe aparecer Rubén Pardo. La afición lo está esperando y el propio entrenador también.

Formando pareja con Illarra

La llegada de Asier Illarramendi a la Real Sociedad debería suponer un paso adelante en la “liberalización” del juego de Rubén Pardo. Y es que desde su llegada, la presencia de Illarramendi en el centro del campo ha supuesto un punto de equilibrio que se le echaba en falta a la Real desde la marcha precisamente del propio centrocampista de Mutriku. 

Esto debería ser suficiente para que Rubén Pardo cogiera el peso de la creación y el ataque de su equipo. Los blanquiazules, si de algo están adoleciendo en este comienzo de liga, es de imaginación y rupturas en ataque para sorprender al rival. Pero en los últimos partidos el de Rincón de Soto se ha movido sin rumbo, sin que contara con el apoyo de sus compañeros y con un Illarramendi multiplicado en todo tipo de tareas defensivas de equilibrio y de ataque. Y esto ensombrece aún más las actuaciones de Pardo.

Jugar por delante de dos centrocampistas podría ser la solución para mejorar su protagonismo

Colocar a Rubén Pardo por delante de otros dos centrocampistas de corte más defensivo, como podrían ser Illarramendi o Markel Bergara, podría ser la solución a la falta de creación del equipo. El primero de ellos aportaría equilibrio y salida de balón, mientras que el segundo añadiría músculo y trabajo defensivo en la medular.

Dicha situación liberaría a Pardo y le permitiría jugar en una posición más determinante y adelantada y en la que tendría que intervenir menos en el aspecto defensivo. 

Cierto es que con la llegada de David Moyes, Pardo ha mejorado mucho en el aspecto táctico y defensivo. En la pasada temporada compartió medular con Esteban Granero y firmaron algunos buenos encuentros destacando en la presión y el orden defensivo, algo impensable hasta la llegada del británico. Pero aún tiene que mejorar mucho más, mejorar para aportar más a la Real sociedad, a sus compañeros.

La afición sigue esperando que Rubén Pardo explote todas sus virtudes pero el entrenador no tendrá tanta paciencia

La llegada de Ilarramendi llenó de esperanzas a la afición de la Real Sociedad. Los seguidores txuriurdin veían como volvía a recomponerse ese centro del campo de tanta calidad y crecían las esperanzas para hacer de la Real un equipo competitivo y con aspiraciones europeas. Hasta la fecha, en la que llevamos seis jornadas disputadas, el único que ha dado la talla y ha destacado en todos los partidos que ha jugado ha sido Illarramendi y a Pardo aún se le espera, y el conjunto donostiarra también necesita del de Rincón de Soto. La calidad es un bien escaso y Rubén Pardo tiene mucho de eso pero es hora de soltar amarras y tomar protagonismo.

La afición txuriurdin está esperando que eclosione como jugador desde hace mucho tiempo, David Moyes no tendrá tanta paciencia. Si algo tiene este año son jugadores que puedan sustituir a un Pardo que no da el nivel deseado. Si lo diera, pocos le podrían hacer sombra.