Este domingo a las 12, Real Sociedad y Levante juegan en el Ciutat de València un duelo de urgencias para ambos equipos. Con 6 puntos en la clasificación cada uno, los tres puntos se antojan vitales para los dos equipos.

En el caso de la Real Sociedad, una derrota o no conseguir los tres puntos directamente pueden suponer un últimatum o incluso la destitución a David Moyes - ya hemos visto que en Las Palmas de Gran Canaria no ha temblado el pulso para destituir a Paco Herrera -. 

Y es que el conjunto donostiarra lleva unos números preocupantes la verdad sea dicha: 6 puntos de 24 posibles, 1 victoria en 8 partidos, no ha marcado en 5 de ellos... números preocupantes para un equipo que aspiraba a principio de temporada a estar en Europa. El objetivo ahora pasa a ser otro. 

Paralelismos con la temporada anterior

Lo cierto es que la situación actual se asemeja mucho a la que sucediera la temporada pasada, con un equipo abocado al desastre en las primeras jornadas con Jagoba Arrasate, y que fue destituido a las 10 jornadas de liga, después de sumar tan solo 6 puntos, los mismos que tiene el equipo ahora, y estar en puestos de descenso. 

Hay circunstancias que no son las mismas, como por ejemplo el varapalo de haber quedado fuera de la Europa League en un bochornoso partido en Krasnodar y un arranque bastante pobre, pero algunas cosas que se le achacaban en temas de juego del equipo a Arrasate, se están viendo ahora con Moyes: la posesión que no lleva a ninguna parte, la solvencia defensiva de la que se presumía y que tan bien habían estado, en los últimos partidos parece que no está. 

La situación también llega a jugadores de los que no se está viendo lo que se espera de ellos: mientras todos esperan la mejor versión de Vela (si es que llega), también se espera más de Canales, Zurutuza, Pardo y de los recién llegados, en especial Bruma y Jonathas, éste último recordando el inicio complicado que también tuvo Finnbogason la temporada pasada. 

Con una victoria en Valencia ante el Levante, se evitarán males mayores, pero una derrota o incluso un empate depende como se dé el partido, puede significar una última oportunidad o una destitución directa para Moyes. 

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