Javier de Pedro es recordado por los simpatizantes de la Real Sociedad como uno de los mejores jugadores de la historia que han pasado por la entidad donostiarra. Fue un jugador de cantera que participó en una de las épocas más gloriosas del equipo txuriurdin, pero su salida del club empañó el final de su carrera en el equipo donde estuvo desde juveniles.

Y es que a pesar de nacer en Logroño, De Pedro se crió en Donostia. Allí comenzó a jugar en el Antiguoko, de cuyas filas han salido jugadores de talla mundial como Arteta, Xabi Alonso o Aduriz. Con catorce años fue llamado por la Real Sociedad, donde Javier Expósito le obligó a dejar la pelota vasca, deporte en el que también destacaba, para dedicarse en exclusiva al fútbol.

Primer equipo

Tras su paso por juveniles y la Real Sociedad B, el riojano debutó con el primer equipo con tan solo 20 años ante la UD Lleida. Tras su debut, De Pedro llegó a jugar catorce partidos en su primera temporada en Primera División. Y en la segunda ya se convirtió en un habitual de las alineaciones, comenzando a mostrar la calidad de su pierna izquierda. Las grandes actuaciones que realizó con la elástica blanquiazul le llevó a ser seleccionado con España, llegando a disputar dos Eurocopas y un Mundial, el de Corea y Japón, donde fue titular en todos los encuentros.

Con la Real Sociedad, sin duda sus dos campañas más fructíferas fueron la 1997-1998 y la 2002-2003, donde los donostiarras consiguieron en Liga un tercer y segundo puesto respectivamente. Pero la más recordada será la de la década de los 2000, donde la conexión De Pedro-Kovacevic-Nihat lograron la friolera de 49 goles y a punto estuvieron de conseguir la Liga, quedando a tan solo dos puntos del Real Madrid.

Tras conseguir este subcampeonato el de Logroño recibió una interesante oferta por parte del Southampton, pero el equipo no la consideró suficiente, por lo que se quedó en el equipo durante el año que le quedaba de contrato. Pero De Pedro ya no fue el mismo, se enfrentó con la directiva y el entrenador, y conforme a su bajo rendimiento pasó de la condición de titular a ser reemplazado por Iñaki Gabilondo.

Despedida y periplo

Tras acabar su contrato el riojano decidió marcharse, recibiendo el 15 de mayo de 2004 la insignia de oro y brillantes del club donostiarra, máxima distinción del club. Su nuevo equipo fue el Blackburn Rovers, pero solo duró hasta el mercado invernal, ya que se encontró con un cambio de entrenador y problemas personales.

A partir de ahí, De Pedro se convirtió en un trotamundos del fútbol, pasando por equipos como el Perugia, Göteborg, Ergotelis, Burgos o el Club Deportivo Vera. En ninguno de ellos logró jugar más de cinco partidos oficiales, incluso no llegando a debutar en algunos de ellos, como el Göteborg, Ergotelis o el Vera. Debido a su poca continuidad en el juego, el de Logroño no estaba en buena condición física, y terminó su carrera futbolística de una forma que no se correspondía con su gran época en la Real Sociedad.

Tras su retirada del fútbol, el club que le vio nacer le volvió a rendir homenaje el 16 de marzo de 2008, cuando De Pedro realizó el saque de honor del Real Sociedad-Numancia. A pesar de no jugar en su homenaje, se queda con el recuerdo de los ojos llorosos de sus compañeros y con su camiseta colocada al lado del escudo de Anoeta donde demostró su visión de juego, la exquisita calidad de su pie izquierdo y en el cual celebró goles inolvidables para la afición como el olímpico conseguido ante el Barcelona. De Pedro no fue tratado por el fútbol como mereció al final de su carrera, pero en la historia realista será recordado como uno de los mejores jugadores de la Real Sociedad de finales del siglo XX, donde consiguió 52 tantos en los 325 partidos que jugó con el club donostiarra.