"No pasa nada, tenemos a Arconada" es una de las frases más míticas del fútbol español, y seguramente la más escuchada en el antiguo estadio de Atocha. El cántico no era para nada exagerado, y es que Luis Miguel Arconada (26 de junio de 1954) perteneció a la disciplina realista desde los dieciséis años, y fue dueño y señor de la portería txuriurdin durante trece temporadas en las que formó parte de la época más gloriosa de la historia del club donostiarra.

Comenzando por él y siguiendo con futbolistas como López Ufarte, Zamora o Satrústegui la Real Sociedad consiguió dos campeonatos de Liga a principios de los años 80, además de una Supercopa de España y la Copa del Rey de 1987. Además, esta plantilla consiguió un récord que todavía sigue vigente en el fútbol español, el de conseguir 32 jornadas sin conocer la derrota.

Gran culpable

Arconada fue gran culpable del éxito de la Real Sociedad de los años 80

El fichaje de Artola por el FC Barcelona en 1975 abrió las puertas a un jovencísimo Arconada, que se disputó la titularidad con Urruti hasta que se hizo con ella indiscutiblemente en la temporada 1976, con tan solo 22 años. Tras dos temporadas en la zona media de la tabla, la Real Sociedad logró el cuarto puesto en la temporada 78-79 y el subcampeonato de la 79-80, en la que el portero consiguió su primer trofeo Zamora.

Y entonces comenzó la década de los 80, llena de gloria para los donostiarras. Con dos ligas consecutivas en la 80-81 y en la 81-82 más la Supercopa de este último año la plantilla realista se convirtió en una de las mejores de España, encabezada por el considerado mejor portero del mundo en ese momento, que había conseguido otros dos trofeos Zamora además de los campeonatos nacionales ganados con su equipo.

El último gran título

Después de estos dos años de éxitos, los realistas se quedaron algunas campañas clasificándose en la zona media de la tabla, hasta 1987. En ese año, y con la vida profesional de Arconada llegando a su fin, el fútbol le daba a este gran equipo una última alegría. Los realistas llegaban ese año a la final de la Copa del Rey, en la que se enfrentarían al Atlético de Madrid.

En este partido el estadio de La Romareda fue testigo de una de las actuaciones más memorables de Arconada. Tras el dos a dos con el que terminaron los noventa minutos, el mítico portero detuvo dos penaltis, y uno decisivo a Quique Ramos que conseguía para los donostiarras su último gran trofeo.

Al año siguiente la Real Sociedad conseguiría el subcampeonato de Liga y Copa, y una temporada después, en 1989, Arconada se retiraba del fútbol con 35 años. Tras 19 años ligado a la Real Sociedad y 551 partidos oficiales con el club donostiarra, el apellido de este "one-club-man" recuerda a todos los aficionados a la época más memorable del conjunto txuriurdin, a una leyenda de la portería realista y a un cántico para la historia: "No pasa nada, tenemos a Arconada".