Con el ansiado objetivo europeo bastante lejano por el momento, la Real Sociedad encara una nueva jornada con la misma misión, llevarse los tres puntos. Dicho así suena sencillo, pero no lo es tanto teniendo en cuenta el rumbo de la Real en esta campaña, donde no ha sido capaz de vencer en dos partidos consecutivos.

Fragilidad como visitante

Otro obstáculo para conseguir los tres puntos reside en otro aspecto negativo de esta Real; sus malos resultados como visitante. Si bien a principios de campaña la Real consiguió buenos resultados fuera de Anoeta, ganando al Levante y al Granada, desde la victoria en la jornada nueve en el Ciutat de Valencia el equipo donostiarra no ha sido capaz de volver a ganar, rascando tan solo dos empates en Vallecas y en Getafe.

Con este panorama, el objetivo de la Real debe ser claramente el de ganar, por encima de la forma de conseguirlo; y no, no se aboga por trampas, o gracias a errores arbitrales, se aboga a conseguirlo más allá de conseguirlo jugando bien o siendo superior a su rival.

Ganar por encima del buen juego

Esta misma temporada la Real ha sufrido ejemplos de partidos en los que ha sido superior, pero en los cuales el resultado ha sido adverso como el empate en casa frente al Deportivo, el más reciente, o el empate como visitante frente al Getafe.

Por el contrario, está el ejemplo de la victoria frente al Betis en la pasada jornada, donde en la segunda mitad el conjunto de Eusebio fue irreconocible, quedando cerca de malgastar la renta obtenida en la primera parte. Sin embargo, el conjunto se llevó los tres puntos, tres puntos que le permiten alejarse un poco más del descenso.

Es por esto que tanto los jugadores, el cuerpo técnico como los aficionados tendrían que hacerse una pregunta. Qué se prefiere, ¿jugar bien o ganar? Alguno se preguntará que por qué no ambos, pero la realidad es que por lo menos en esta temporada, la Real no ha podido aunar ambas cosas muchas veces.