En la carrera de cualquier futbolista profesional, siempre quedan marcados con una huella imborrable, tres fechas muy señaladas: El día del debut, el del primer gol, y el día en el que cuelga las botas. Mikel Oyarzabal vivió hace más de tres meses el primero de ellos, y tras varios partidos con el primer equipo, alternando titularidades y suplencias, llegó uno de los momentos más deseados para cualquier jugador realista: su primera diana

El jugador de Eibar fue de la partida por segundo encuentro consecutivo, de nuevo, arrancando desde la banda izquierda. Sin embargo, su posición inicial estuvo más atrasada que en los anteriores encuentros, dado que Eusebio insistió en formar dos líneas de cuatro entre las que situó a Diego Reyes, formando así un 1-4-1-4-1 por primera vez desde que es el técnico de la Real Sociedad

A pesar de que no participó en los dos primeros goles, en los que los protagonistas fueron sus otros dos acompañantes en el ataque, apareció por partida doble en otras dos acciones peligrosas en las que el conjunto realista rozó el gol en el primer tiempo. 

Su gol llegó tras una fantástica jugada 

El gol que Mikel Oyarzabal jamás olvidará llegó en el minuto 52 de la segunda parte. La Real vencía cómodamente por 0-2, e incluso había dispuesto de alguna ocasión para aumentar la renta en el luminoso.

Jonathas presionó la salida de balón del central periquito Álvaro González, y a causa de dicha presión, Rubén Pardo se hizo con el esférico y realizó un preciso cambio de banda sobre Oyarzabal; Este se hizo con el cuero, y tras salir trastabillado de la marca de dos rivales, realizó una fantástica pared con Pardo, y con un disparo ajustado, puso el momentáneo 0 a 3 en el marcador del RCDE Stadium. 

Oyarzabal celebra junto con Jonathas su primer gol en Primera División (Foto: LaLiga)
Oyarzabal celebra junto con Jonathas su primer gol en Primera División (Foto: LaLiga)

Asentándose en el primer equipo 

El canterano realista, que debutó en competición oficial de la mano de David Moyes frente al Levante, parece asentarse poco a poco como uno de los habituales sobre el césped. A pesar de haber alternado titularidades con suplencias, en todas las veces en las que le ha tocado intervenir lo ha hecho mostrando un buen nivel, y sacrificándose tanto en ataque como en defensa. Ha disputado ocho encuentros de liga y dos de copa, cuatro de ellos desde el inicio, mientras que en el resto tuvo que salir desde el banquillo.