Once partidos son los que quedan para que todo se decida. La Liga está llegando a su parte final, el último tercio de la competición y es aquí donde todos los equipos dan lo mejor de si. Los que quieren ser campeones dan un paso adelante, los que están en zona europea buscan afianzar su plaza y los que están en puestos de descenso o alrededores sacan fuerzas de donde no las hay para conseguir la salvación. 

El caso de la Real es peculiar. Hace un mes estaba merodeando la zona de descenso y sin rumbo fijo. Después de cinco jornadas seguidas sin perder, consiguiendo cuatro victorias y un empate, llegaba al choque del Calderón con ilusión de llegar a la pelea por la Europa League de manera directa. Después de la contundente derrota por 3-0 y con un paso atrás después de todo lo que se venía haciendo, es el momento para que el equipo de un paso al frente y afronte los partidos que quedan como lo que son: verdaderas finales. 

Este fin de semana, se enfrenta al Levante en Anoeta, colista de la Liga y que llegará con ganas de morder y llevarse los tres puntos. La Real tan sólo ha perdido una vez de las once que se ha enfrentado al Levante en casa, por lo que el dato llama al optimismo, pero de victoria solo dependen los jugadores. 

Calendario asequible en casa

La Real tiene que jugar en casa ante Levante, Getafe, Las Palmas o Rayo, equipos que ahora están por debajo de la Real en la tabla y que los de Eusebio deberán marcar en su calendario para conseguir victorias que les acerquen a los puestos europeos. 

A pesar de esto, si la Real no conisgue buenos resultados en sus dos próximos partidos: Levante en casa y Celta fuera, todas las opciones quedarán atrás y la Real quedará en tierra de nadie, una zona muy peligrosa ya que se suele tender a dejarse llevar. 

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