Comenzó la temporada como titular pero la ausencia de gol lo llevó al banquillo. Entonces se dijo que acababa de llegar y que había que darle tiempo para que se adaptara a la ciudad, al equipo y a los compañeros. Imanol Agirretxe se hizo con su puesto y como viene siendo costumbre, el de Usurbil demostró ser merecedor de la titularidad y no tener rival en su posición.
Con Imanol empezaron a llegar los goles a la Real y Jonathas veía desde el banquillo como el canterano le había robado el puesto que le regaló Moyes a principio de temporada. Los aficionados podrían haber esperado un pique sano en el brasileño y una mayor involucración en el club pero eso no llego; no al menos hasta la lesión de Agirretxe.
En aquel fatídico partido en el Bernabéu, además de las decisiones arbitrales que condicionaron el encuentro en favor de los locales, la Real Sociedad vio como se lesionaban Canales y Agirretxe. Las dos lesiones más tediosas de un jugador txuri-urdin en lo que llevan de temporada, a la espera de lo que ocurra con Capilla.
En ese momento Jonathas recuperó la titularidad. Pese a haber jugado partidos junto a Agirretxe, el brasileño no empezó a ser indiscutible en el once realista hasta la ausencia del de Usurbil. Pese a las primeras dudas, parecía que Jonathas había encontrado el punto de confianza que necesitaba y empezó a marcar. Lo hizo durante varias jornadas consecutivas, incluso marcó algún doblete; pero nada. El buen juego de la Real desapareció y con él la eficacia de Jonathas.
La falta de gol
El gol volvía a ausentarse en la Real Sociedad. Jornadas y jornadas sin marcar o marcando pero sin obtener resultado positivo. La desilusión y la apatía se apoderaban de los aficionados y la temporada se daba por perdida. La Real pasaba de poder luchar por Europa a intentar salvar una temporada mediocre.
Mala temporada la del equipo en general y la de la gran mayoría de los jugadores. Salvo las sorpresas de Elustondo, Oyarzabal y Diego Reyes, el resto de jugadores ha ofrecido menos de lo esperado.
La plantilla de la Real este año debía haber estado luchando por competición europea, pero la desidia y comodidad de algunos se ha terminado por cargar las capacidades deportivas de la mayoría.
Para optar a Europa hay que ganar, y para ganar, hay que marcar y que no te marquen. Haciendo responsable a cada uno de lo suyo, los txuri-urdines no se equivocan si dicen que Jonathas no ha cumplido con las expectativas. Él llegó a Donostia para marcar, para ser el delantero referencia del equipo y por desgracia; ni lo uno ni lo otro. Tiene una de las fichas más altas del club y al ex del Elche deben de exigirle más si quieren seguir contando con él en el equipo.
Pero Jonathas no es el único responsable del fracaso. Quizás el club y entrenadores no han sabido ver su juego y adaptar el equipo para que el marcase, quizás el director deportivo no supo el tipo de delantero traía a la Real.
Loren, parte de la culpa
Loren es el mayor responsable del fracaso de Jonathas. Su trabajo era conocer el juego de Jonathas en el Elche y analizar si la incorporación de un jugador de esas características era bueno para la Real. Nadie duda de la calidad del brasileño, pero quizás no está hecho para esta Real Sociedad.
Las cosas deben cambiar en verano; deben plantearse nuevos objetivos y planear la pretemporada y temporada teniendo en cuenta la plantilla que se tiene. Valorar los efectivos y deshacerse de las piezas innecesarias. Eso no significa quedarse con los mejores y largar a los peores; ya que se presupone que todos los jugadores de la primera plantilla de la Real tienen la calidad suficiente para jugar en el club, pero sí que hay que saber la manera en la que se quiere jugar. Ahí está la cuestión.
Cambiar de posiciones, hacer combinaciones, ver cuál de ellas es la más efectiva y hacer todo lo posible por tener un equipo competitivo.
Jonathas es bueno y nadie debe poner eso en duda, pero su presencia en el terreno de juego conlleva un once que la Real este año no ha mostrado. Deben de ver lo que quieren de Jonathas y encontrar la manera de juego en la que consigan lo que de él se espera. No será fácil, pero para eso están el director deportivo y el entrenador; si ellos no son capaces de lograrlo, son ellos los que deben abandonar sus puestos y cedérselos a alguien que sea capaz de devolver a la Real al sitio del que nunca debió salir.
