Es la pregunta que muchos aficionados de la Real Sociedad se hacen. Ya sea con un café de por medio o con una caña, los aficionados txuriurdines comentan lo acontecido frente al Sevilla. Están contentos, no cabe duda. Son tres puntos con los que pocos contaban. Visitar el Sánchez Pizjuán no era fácil, el cuadro hispalense acumulaba 17 partidos sin perder en su campo. Ni tan siquiera el Barcelona de Messi y compañía pudo doblegar a los sevillanos, como tampoco lo consiguió el Real Madrid de Benítez. Los colosos caían como moscas cuando de enfrentar al Sevilla se trataba. La Real llegó a Sevilla como quien va de turismo, sin un plan en concreto, dispuesta a verlas venir. No se esperaba nada de ellos, la racha del equipo no hacía presagiar que algo iba a cambiar, pero fue cuando los jugadores saltaron al campo cuando eso que los aficionados txuriurdines demandaban entró en escena. 

La garra, el coraje, la fuerza... O simplemente las ganas. El caso es que la Real Sociedad salió a llevarse un partido del que pocos esperaban sacar algo positivo. Dos jugadas a balón parado, si. Pero dos goles a domicilio ante un equipo con mejor plantilla, más presupuesto y mucho mejor construido que el conjunto donostiarra. Ya fuese porque los goles llegaron en momentos clave, porque Gero Rulli volvió a ser un portero casi imbatible, porque la mejor versión de Illarramendi decidió hacer su aparición, porque las líneas estaban juntas... O porque la Real sabía lo que tenía que hacer y decidió ponerlo en práctica. Fue un partido completo. Casi podríamos decir que uno de los mejores de la temporada txuriurdin. 

"El equipo corría unido, jugaba unido y ganaba unido"

Los jugadores presionaban en el centro del campo. Prieto, Oyarzabal, Zurutza... hasta Vela corría en auxilio de sus compañeros. Las ayudas surtían efecto. El Sevilla atacaba, solo faltaría. El penalti de Gameiro les acercaba a una remontada más, una de tantas en el Sánchez Pizjuán. Rulli blocaba todo lo que le llegaba, y si no lo hacía aparecían Iñigo y Reyes para achicar. El equipo corría unido, jugaba unido y terminaba venciendo unido. Se terminó el partido con 10 jugadores, pero la Real terminó mejor que el Sevilla en el plano físico

¿Por qué frente al Sevilla los jugadores de la Real salieron a comerse al rival? ¿Qué les motivó? ¿Por qué hoy si y en otras ocasiones no? Son las preguntas que el aficionado de la Real se plantea tras conseguir tres puntos que acercan la permanencia a un equipo que si hubiese jugado de la misma forma que frente al Sevilla a día de hoy estaría peleando por puestos de competición europea. Más de un aficionado de la Real se metió en la cama enfadado y barruntando: "¿Por qué no jugamos siempre así?".