Encuentro de mera transición, sin nada que disputarse, el que tenía lugar en el Camp Nou. Con un Barcelona ya Campeón de Liga, y un Valladolid con la permanencia en su bolsillo, se enfrentaban en el preludio de la fiesta culé. Mermados por las bajas propias de finales de campeonato, los técnicos de los equipos situaban un once condicionado. Ni Messi en el bando azulgrana, ni Ebert en el albivioleta, pisarían el césped del estadio barcelonista; dos de los jugadores más desequilibrantes de sus respectivas escuadras. El Valladolid realizó el tradicional pasillo de campeón al Barça, en el preludio del encuentro.

Con el cantico de “campeones, campeones” de la grada local, más vacía de lo habitual, el cuero echó a rodar. Choque de estilos parecidos fue lo visto en los primeros minutos, con un Valladolid que no quería hacerle ascos a la posesión de balón e intentaba salir jugando desde la zona defensiva. El Barcelona, como de costumbre, trataba de mandar con el esférico en los pies de sus jugadores, haciendo correr al rival.

Poco tardó en avisar el equipo de Tito Vilanova, con un disparo de Villa pasados los primeros 120 segundos de juego. La superioridad técnica de los azulgranas favoreció para que el Barça tomara las riendas del encuentro y comenzara a dominar a un Valladolid que no podía hacer más que agazaparse en defensa. Las salidas blanquivioletas eran escasas, pero sí siendo fiel a una filosofía que ha llevado al equipo hasta la permanencia. Un tímido disparo de Omar, rechazado por la defensa, y el posterior lanzamiento de Víctor Pérez, a las nubes, fue una de las primeras aproximaciones de los de Djukic a la puerta de Valdés.

Los dos goles azulgranas llegaron de jugadas desafortunadas para los pucelanos

El Barça continuaba haciendo lo que mejor sabe, tocar y tocar, moviendo el cuero de un lado a otro, mientras el Valladolid solo podía correr detrás de los futbolistas locales, defendiéndose con uñas y dientes. Villa tuvo de nuevo una gran oportunidad, controlando el esférico dentro del área, pero Balenziaga se anticipó al asturiano y mandó el balón a córner.

Sin grandes ocasiones, con los porteros sin hacer intervenciones, pasaron los primeros quince minutos. El Valladolid parecía encontrarse cómodo, a pesar de solo poder responder con salidas a la contra, frustradas por lo defensores culés. Pero la primera jugada desgraciada de la primera mitad llegó. En el minuto 20, Rueda erraba en un aparente pase fácil en la salida de juego de su equipo, y Xavi recibía y conducía el contrataque. El hoy capitán del Barça abrió sobre Pedro que con un lanzamiento forzado, batió a un Jaime desafortunado, que pudo hacer más. Primer disparo a puerta, y primer gol local.

La fiesta de la Liga se materializaba en el encuentro, venciendo el Barça con comodidad. Un disparo de Óscar, pasado el minuto 25, apenas inquietó a Valdés, que atrapó sin problemas. Acto seguido, Iniesta hacía una jugada típica en el manchego, amagando e internándose en el área, pero su disparo era rechazado a córner.

A falta de cinco minutos para el descanso, llegaría una nueva pedrada para el Valladolid. Un córner botado por el Barça, iba a ser rematado por Valiente, de manera desafortunada, hacia su propia portería. Poco podía hacer Jaime ante esto, viendo como el 2-0 subía al marcador. Demasiado castigo para un Valladolid, que sin hacer las cosas mal, se veía con un marcador difícilmente remontable en una plaza como es el santuario culé.

Una última ocasión llegaría para el bando visitante, la mejor aproximación pucelana del primer tiempo, con un pase en largo sobre Lasson dentro del área, al que el sueco llegaba a tocar, pero este caía al suelo, aunque el contacto no fue suficiente para la señalización de la pena máxima. Con el 2-0 en el electrónico, el colegiado dio por finalizada la primera parte y los jugadores se retiraron a los vestuarios.

Monólogo culé

Con el comienzo de los segundos 45 minutos, las tornas volvieron a repetirse. El Barcelona dominaba la posesión y tiempo del encuentro, mientras la afición disfrutaba del juego de su equipo y festejaba la Liga ya en su poder. Un fuerte disparo de Xavi, que Jaime despejaba a córner, mostraba la intención de llevar la iniciativa de nuevo de los de Tito.

Cortas y precipitadas eran las posesiones del Pucela, que nada podía hacer ante un Barça muy serio. El centro del campo culé carburaba, a menor ritmo, pero con una gran eficacia. El encuentro transcurría con tranquilidad, con algunas intervenciones del Barça en área rival, pero sin querer hacer sangre en la herida. Guerra, muy solo todo el partido, lo intentó con un control con el pecho dentro del área, pero la defensa blaugrana respondía con contundencia impidiendo el remate del malagueño.

Fábregas, uno de los más activos de su equipo, desbordaba en banda izquierda y ponía un centro raso para que Pedro, tras un amago que dejó sentado al defensor pucelano, rematara con violencia al larguero. Los catalanes seguían practicando un fútbol vistoso, en el que las ocasiones llegaban solas.

Montoya servía un buen centro, en el minuto 70, que hacía a la defensa pucelana esforzarse para despejar. Con la grada ovacionando a los suyos durante los cambios, el partido tomaba su rumbo final, esperando la fiesta final.

A diez minutos del final los culés gozaban de una doble ocasión, primero con un buen disparo de Montoya al que respondía Jaime, y acto seguido con una habilidosa jugada de Fábregas, y el posterior remate fuera del canterano azulgrana.

En los compases finales del encuentro, el Barça pareció quererle brindar un último tanto a la afición, y las ocasiones que no se vieron durante el desarrollo de la segunda parte, empezaron a caer. Pedro, con la portería siempre entre ceja y ceja, lo intentó con un chut lejano, pero Jaime despejó a córner. Tello, que entró para disputar estos minutos, ponía un buen servicio sobre el área, pero Valiente despejaba bien a córner.

El Barça podrá alcanzar la cifra de 100 puntos en Liga

Todo hacía indicar que el partido terminaría con este resultado, ya que el Barça tampoco lo intentaba con fuerza, pero en el fútbol, el encuentro no acaba hasta que el colegiado pita el final. El Valladolid pudo salir en una contra, conducida por Lluís Sastre, en la que el mallorquín abrió sobre Manucho, que entró por Guerra. El angoleño superaba a su par y este le derribaba dentro del área. Penalti señalizado por el árbitro y conversión obra de Víctor Pérez, que recortaba  distancias en el marcador en el minuto 88.

Resultado que ya sí no se movería, puesto que el tiempo era escaso, y el Valladolid tampoco tuvo una última ocasión. Pasados así dos minutos de descuento, el colegiado decretaba el final del partido, y la fiesta culé comenzaba. Fiesta que empezaría sobre el campo, celebrando los jugadores el título de Liga con su afición.

Gracias a estos tres puntos, el Barcelona mantiene vivas sus opciones de lograr la marca de 100 puntos en Liga, un nuevo récord para este equipo de lograrse. El Valladolid por su parte, se marcha del Camp Nou con la cabeza alta, pensando ya en el próximo encuentro de Liga que le enfrentará al Celta, pero con la comodidad de jugar sin presión alguna.

                

El Real Valladolid realizó el habitual pasillo de campeón al FC Barcelona. (Foto: La Información).

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