Llega a su recta final el año 2013, con la última jornada de Liga de diciembre. El Real Valladolid cerrará el año en Cornellà-El Prat, una dura visita a un equipo, el Espanyol, que no está pasando por su mejor momento en el campeonato doméstico. Los de Javier Aguirre, quienes sí superaron la primera eliminatoria de Copa, al vencer al Real Jaén; arriban a este encuentro con la necesidad de reencontrarse con la victoria ante su público.

Desde aquel 19 de octubre, cuando superaron al Atlético de Madrid, consagrándose como los únicos que han logrado doblegar a los de Simeone; no han vuelto a saborear junto a su público las mieles de la victoria. Tan solo tres puntos ganados ante el Rayo en Vallecas, es el bagaje del conjunto perico en lo que a victorias se refiere, desde aquella fecha.

Sergio García - Jhon Córdoba, pareja de ataque

El once de Javier Aguirre ha evolucionado hasta el clásico 4-4-2, con dos delanteros veloces y aguerridos, muy peligrosos para la parcela defensiva rival. La experiencia de un hombre como Sergio García, junto con la juventud de Córdoba; conforman una dupla capaz de crear peligro sin apenas contacto con el cuero. Los desmarques a la espalda de los zagueros son constantes, generando espacio para la segunda línea de centrocampistas.

A su vez, los dos son jugadores rápidos y con gran capacidad de remate, lo que hace que el Espanyol busque centros al área hacia los dos delanteros. Al igual que no se esconden si es necesario terminar con una acción personal. Desde el banquillo actúan futbolistas como Pizzi o Thievy, capaces de romper un choque con su técnica y velocidad.

El centro del campo, clave

El técnico mexicano dota a su zona medular del terreno de juego con la mayor importancia de todas las demarcaciones. El juego del Espanyol se caracteriza por no dejar jugar al rival, para aprovechar sus fallos. La presión en salida de balón es constante, realizada por los dos delanteros y los hombres de banda.

En ese lugar, aparecen jugadores como Torje, Simao o Stuani. Este último, habitual delantero en temporadas pasadas, ha escorado su posición para partir desde el costado, para hacer diagonales desde la diestra y dejar el carril para la subida del lateral. El uruguayo ha adoptado a la perfección este rol, que le ha servido para alcanzar la internacionalidad con su selección. En el siguiente mapa de acción se puede observar como Stuani, aún situándose en banda en un comienzo, actúa en mayor parte por zonas centrales.

En zonas más centradas del medio campo, David López es inamovible. El centrocampista periquito es la pieza angular de Aguirre, alrededor de la cual coloca el resto de sus fichas. Con una gran capacidad tanto ofensiva y defensiva, el 14 blanquiazul es capaz de robar el cuero y organizar la transición ofensiva para sumarse al ataque e incluso rematar a puerta. Víctor Sánchez es su habitual compañero, aunque en ocasiones actúe escorado a banda.

Una defensa consolidada

Javi López, Colotto, Héctor Moreno y Fuentes forman la línea de cuatro de Aguirre, constante en cada jornada. Tan solo el lateral derecho da opción a la permuta, cuando el mexicano opta por Raúl Rodríguez; el veterano Capdevila espera su lugar desde el banquillo. La pareja de centrales, dominadora en el juego aéreo, se complementa entre sí siendo dos centrales rápidos y con capacidad de cortar el juego rival.

Sidnei, el tercer zaguero, raya también a alto nivel, pero adolece de una falta de velocidad, algo que Aguirre querrá solucionar ante el Real Valladolid. Veintiuno son los goles que lleva encajado el Espanyol, todos ellos dentro del área salvo el que logró Ibai de lanzamiento de falta con el Athletic. Sin embargo, a pesar de formar una zaga conjuntada, los balones a la espalda hacen mucho daño a los catalanes, siendo una de las principales vías de ataque de los conjuntos a los que se enfrentan.

En la siguiente jugada se ve como los centrales sufren cuando los delanteros rivales les buscan la espalda, en este caso es el lateral quien rompe el fuera de juego.

Un seguro bajo palos

En portería aparece Kiko Casilla, un guardameta que dota de seguridad y confianza a la portería del Espanyol. Cinco son los encuentros en los que ha mantenido la portería a cero, para dar 9 puntos a su equipo en dos victorias y tres empates. Paradas inverosímiles, adornadas de una gran estética y unos reflejos felinos, hacen a Kiko Casilla uno de los mejores porteros de la presente temporada.

Kiko Casilla despeja un balón ante el Barcelona. (Foto: Mundo Deportivo).

Así es el Espanyol, equipo difícil de batir, más en su campo, y aguerrido. Un conjunto con un estilo de juego clásico de Javier Aguirre, que pondrá las cosas muy complicadas al Real Valladolid, que deberá esforzarse al máximo para superar la presión perica y conseguir algo positivo en su visita a tierras catalanas.

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