El Real Valladolid ha superado un año de altos y bajos, con jugadores más en forma y otros alejados de su mejor nivel. En VAVEL repasamos cuales han sido las sorpresas del curso 2013, tras lograr la salvación en la temporada que finalizó, y continuar peleando por ella en la que comenzó. Estas han sido las sorpresas.

La bala del Sáhara

El 26 de Junio de este año un tal Zakarya Bergdich se convertía en el primer fichaje del Real Valladolid para la presente temporada y lo cierto es que bien poco se sabía a cerca de esta nueva incorporación. Carrilero zurdo franco-marroquí de 24 años, llegaba a la capital del Pisuerga procedente de la prolífica cantera del Lens y con la vitola de ser internacional absoluto con Marruecos. Las referencias eran francamente buenas y le presentaban como un futbolista muy prometedor. Se decía de él que destacaba por su velocidad y su físico portentoso, que era un luchador incansable que tenía unas cualidades atléticas únicas y que su vocación ofensiva era incontestable. Se decían de él muchas cosas, pero nadie sabía si eran realmente ciertas. Casi seis meses después de su llegada, la afición vallisoletana ya le conoce y parece ser que la apuesta de Alberto Marcos por el joven africano ha sido todo un éxito. Su rendimiento ha superado con creces las expectativas y Zakarya Bergdich se ha convertido por méritos propios en una de las pocas noticias positivas del Real Valladolid en esta primera mitad de la temporada.

Bergdich fue fichado para cubrir en un principio la demarcación del lateral izquierdo, que se había quedado huérfana tras el retorno de Mikel Balenziaga al Athletic de Bilbao. Sin embargo, las circunstancias en la plantilla pucelana cambiaron y con ellas el rol de Zakarya en el once de Juan Ignacio Martínez. El gran rendimiento que mostraba Peña en el lateral y la falta de efectivos en el ataque blanquivioleta obligaron a adelantar su posición. Dando por hecho que Patrick Ebert -siempre y cuando le respeten las lesiones- es amo y señor de la banda derecha, son varios los futbolistas que se disputan el extremo izquierdo, puesto en el que Juan Ignacio Martínez no acaba de tenerlo demasiado claro. El propio Bergdich, Omar Ramos, Valdet Rama y Larsson se vienen repartiendo los minutos, aunque este último ha jugado en la media punta debido a la larga ausencia del titularísimo Óscar. Omar no pasa en absoluto por un buen momento de forma y Valdet Rama no termina de explotar, lo que ha hecho que el franco-marroquí haya contado con bastantes minutos. Ha participado en 13 partidos, 11 como titular, y una cosa ha dejado clara: da la talla.

Bergdich es un hombre de banda. Posee unas extraordinarias cualidades físicas que hacen de él un futbolista capaz de recorrerla una y otra vez. El denominado “carrilero”. Subir, bajar, subir; y así durante todo el partido aguantando el tipo sin apenas sudar. No para de correr. Su implicación con el equipo es total, algo que la afición sabe apreciar. Es uno de los futbolistas más rápidos de la Liga, algo de gran valor en la plantilla pucelana, ya que durante las últimas temporadas en el equipo sobraba calidad, toque y pausa pero hacían falta hombres veloces que dieran otra alternativa al equipo y que permitieran jugar al contraataque cuando la situación lo requiriese. Además ha demostrado, por encima de todo, su polivalencia. De lateral, bien. De extremo, igual. Y no es nada fácil. Venía para jugar en una posición, lo ha hecho en otra distinta y ha cumplido con creces. Todo un lujo para Juan Ignacio Martínez, y más teniendo en cuenta las numerosas bajas y los (demasiados) casos de jugadores que no pasan por un buen momento de forma. De hecho, se le ha visto más cómodo en el extremo, sin tener tantas responsabilidades defensivas.

Llegó con la etiqueta de “defensor” pero lo cierto es que se ha convertido en una de las armas ofensivas más peligrosas de las que dispone el entrenador alicantino. Bergdich es un jugador vertical, qué duda cabe. Tiene un carácter descarado y atrevido que hace que siempre tire hacia adelante cuando el balón llega a sus pies. Busca el uno contra uno con facilidad, tiene desborde y un regate en carrera brutal. Muy complicado de parar; una vez que echa a correr va dejando atrás a sus contrarios con una facilidad pasmosa. Por algo en Francia le apodan “la bala del Sáhara”. Además, posee un potente disparo con su zurda y es capaz de manejarse con la diestra cuando es necesario. Aunque todavía no se ha estrenado como goleador, sí lo ha hecho como asistente en dos ocasiones.

Cabe destacar su amplísimo margen de mejora. Hay futbolistas que juegan como juegan y sabes que no pueden dar más de sí. Bergdich no, el puede ofrecer mucho más. Su juventud es una virtud, muestra frescura y descaro en el campo, pero también le juega malas pasadas. En ocasiones se le ve pasado de revoluciones, nervioso, como fuera del partido. A esto se le unen errores en la toma de decisiones evidenciando su falta de experiencia. Es algo lógico, todavía sigue en proceso de aclimatación. Acaba de llegar a la Primera División del fútbol español y no hay que olvidar que procede de la Ligue 2. Debe acostumbrarse a las exigencias de esta competición, infinitamente mayores, y amoldarse al estilo de juego que aquí impera. Es joven y tácticamente aún anda un poco perdido, pero en cuanto Juan Ignacio Martínez pula sus muchas cualidades tendremos un jugador decisivo y vital para los blanquivioletas. Cuestión de tiempo.

Mariño, fiabilidad bajo los palos

Diego Mariño llegó al Real Valladolid con la Eurocopa Sub-21 bajo el brazo, gran carta de presentación para un jugador que se había pasado la mayoría de la temporada en el banquillo del Villarreal. Tras una temporada algo inquieta en la meta pucelana, el fichaje de Mariño proporcionó una alternativa más. La posterior salida de Dani Hernández, allanó el terreno al meta gallego.

Al comienzo de la temporada parecía que Jaime iba a hacerse con el puesto, debido a su experiencia en la categoría, a pesar de ello Mariño fue el elegido. El hecho de ser un portero que tiene un buen manejo del balón fue una de las características que le pusieron por delante de Jaime. En su debut, contra el Athletic en casa, demostró unas grandes cualidades como portero, a parte del manejo del balón ya mencionado; su golpeo, agilidad y reflejos causaron impresión.

Su buena actuación acrecentó la confianza depositada por Juan Ignacio Martínez, que lo ha alineado como titular en todas y cada una de las jornadas de Liga disputadas hasta el momento. Los únicos partidos oficiales del conjunto blanquivioleta que Mariño no ha disputado han sido los correspondientes a los dieciseisavos de la Copa del Rey, en los que actuó Jaime.

Mariño se ha asentado como guardameta en el Real Valladolid. Sus actuaciones han transmitido seguridad al equipo, a pesar de ser el segundo portero de la Liga BBVA que más goles ha encajado en la presente temporada. Ha salvado al equipo en incontables ocasiones realizando paradas acrobáticas en incluso parando penaltis, un total de tres. Si todo sigue según lo previsto, ocupará la meta vallisoletana durante el resto de la temporada.

Carlos Peña, incombustible en la banda

Carlos Peña es uno de los veteranos de este Valladolid. Su disciplina ha sido ejemplar y su compromiso con el equipo, más de lo mismo. Ha pasado por épocas de titular y, en su mayoría, de suplente; le han colocado como central, sirviendo de parche innumerables veces; se le ha buscado sustituto y nunca se confió plenamente en él, sin embargo, siempre ha sido fiel a las decisiones del entrenador y jamás ha protagonizado ninguna queja o escándalo. Palabras que le vendrían muy grandes a cualquier jugador de su talla que no ha podido disfrutar de los minutos que quería. Todo un profesional dentro y fuera del campo.

La temporada anterior, con Balenziaga como titular en el lateral izquierdo, Peña se vio obligado a esperar su oportunidad. Lesiones puntuales como la de Marc Valiente o bajones inesperados de rendimiento como el del propio defensa vasco dejaron paso al salmantino que, como siempre, cumplió. Al finalizar la temporada, Mikel emigró de vuelta a Bilbao y todo el peso del lateral zurdo recaía en Carlos González Peña. La directiva sondeó rápidamente los mercados más insospechados y fue ahí, en la Segunda División francesa -Ligue 2- , Alberto Marcos encontró a Bergdich.

Parecía que volvería a dar con sus huesos en el banquillo pero, al contrario, Peña no había dicho su última palabra y se convirtió por primera vez en mucho tiempo en titular. Quizá no sea tan veloz como lo era Balenziaga o lo es el franco-marroquí, ni suba tanto al ataque como ellos, pero el lateral al uso, los laterales de antes tampoco eran grandes atacantes. Porque una cosa no hay que olvidar, la demarcación de defensa lleva implícito el hecho de defender, no el de atacar. Por eso, si se analiza a Peña como mero zaguero de una convencional línea de cuatro se puede sentenciar que es uno de los mejores defensas que ha tenido el Real Valladolid.

El regreso de la Palanca Negra

Manucho supuso una grata sorpresa la temporada anterior. Con Djukic al mando del timón, el ariete africano tuvo más protagonismo del esperado. Paso de ser un absoluto descarte por su bajo rendimiento y alto coste a ser el segundo máximo goleador del equipo, y, en buena parte, salvador de estrepitosas goleadas en algunos partidos. Manucho, siempre criticado, ha sabido como superar a su máximo enemigo en el terreno de juego, Javi Guerra, quien año tras año le ha comido la tostada.

El curso pasado fue diferente, fue “el año de Manucho”. Con sus carencias ya conocidas por el gran público, el veterano ariete marcó ocho goles y acabó siendo una de las piezas claves por todo el trabajo que ha aportado al equipo. Su altura -1,87 metros-, le hace ser el jugador idóneo para rematar los saques de esquina, mantener la bola dada su gran envergadura, bajar a defender y, sobre todo, presionar a la línea defensiva rival sacando de vez en cuando algún balón peligroso que puede terminar en gol. Recordados son sus dos tantos de cabeza ante el Real Madrid que hicieron tambalear el banquillo blanco o su precioso gol frente al Granada que supusieron tres valiosos puntos.

Hoy, lejos de ser el killer de la campaña anterior, es el tercer delantero del equipo; sentado permanentemente en el banco y cada día contando menos para Juan Ignacio Martínez. Tan solo ha convertido un gol en los 204 minutos (2 partidos) que le han brindado. Parafraseando a un conocido comentarista deportivo: “Manucho es la más fea de las guapas y la más guapa de las feas”.

Salvación anticipada fruto del buen trabajo

El principal objetivo para la plantilla del Real Valladolid en la temporada pasada era, como en años anteriores en Primera División, lograr la ansiada salvación para permanecer un año más en la máxima categoría del fútbol español.

Comenzó la andadura hacia dicho objetivo cosechando cuatro victorias, cuatro derrotas y dos empates en los primeros diez partidos, lo que hacía pensar a los aficionados blanquivioletas que la salvación era posible aunque de una manera sufrida.

Sin embargo, conforme transcurría la competición dicha salvación se iba acercando más, hasta llegar al punto de poder soñar con unos objetivos más allá de los pensados en un principio. Pero una crisis de resultado,s y la tranquilidad y consciencia de los jugadores pucelanos descartó estos objetivos superiores.

Finalmente y todavía a falta de tres encuentros por disputar para la finalización de Liga, el Real Valladolid se encontraba con la salvación asegurada, conseguida ante el Deportivo de la Coruña, y disfrutando de la práctica de un buen fútbol, fruto del gran trabajo desarrollado por los jugadores y liderado por el entonces técnico del conjunto pucelano Miroslav Djukic, que permanecerá sin duda en la mente de los aficionados del Real Valladolid como el serbio que consiguió la salvación anticipada.

Redacción: Jose María Gangoso Rosón | Pablo Merino | Jose Juan Ortega | Álvaro Yepes

Fotos: Real Valladolid | Edición de César Rodríguez Cabrillo