El Real Valladolid no entiende de festivos. La peligrosa situación en la tabla no permite un ápice de relajación a las tropas de Juan Ignacio, un inteligente general que sabe que los suyos se lo juegan no todo, pero sí mucho, en el partido del sábado próximo. El rival será el colista, el Betis, que pese a contar con una plantilla cuanto menos interesante, se halla sumido en una grave crisis que ha dado con Pepe Mel en la calle y con Garrido en el banquillo.

Para ello el entrenador vallisoletano cuenta con las bajas confirmadas de Ebert y Alcatraz, con lesiones de diversa consideración. Serán duda hasta el último momento, pues la evolución que experimenten esta semana dictará sentencia, Heinz y Valdet Rama. En la sesión de hoy ambos han trabajado con sus compañeros en una sesión más corta de lo habitual, pero que ha servido para que el plantel se vea las caras con apenas unas horas trascurridas de este año nuevo. No ha estado tampoco sobre el césped Óscar, aquejado de una sinusitis que no impedirá su presencia contra los andaluces.

El Pucela se encuentra fuera de descenso a causa de la diferencia de goles, así que se antoja trascendental el partido contra los béticos. De ganar se dejaría atrás a un rival directo y volverían buenos augurios a la ciudad del Pisuerga. En caso contrario, los problemas y fantasmas de año nuevo se cernirán sobre el Nuevo Estadio José Zorrilla.