El choque empezó con el Pucela queriendo llevar la iniciativa en el juego mientras su rival le esperaba replegado atrás para salir rápido al contragolpe, si bien es cierto que la primera oportunidad del duelo fue para los hombres de Juan Carlos Garrido después de un envío en largo de Matilla que fue despejado por Marc Valiente hacia su propia portería, algo que obligó a Diego Mariño a lucirse para mandar el cuero directamente a saque de esquina. Una vez superado el peligro en las inmediaciones del área blanquivioleta, fueron los locales los que intentaron contrarrestar la ocasión de los andaluces por medio de la incesante presión de Daniel Larsson, quien puso en serios aprietos a Paulao y le obligó a quitarse la pelota de encima.

Con motivo de los numerosos charcos presentes en el césped del Estadio Nuevo José Zorrilla, ninguno de los dos conjuntos era capaz de llevar a cabo unas triangulaciones precisas con las que poder resquebrajar la solidez defensiva de su contrincante. El partido se encontraba demasiado atascado en la medular del terreno de juego, sobre todo teniendo en cuenta el gran respeto que tanto albivioletas como verdiblancos se profesaban mutuamente con motivo de su comprometida situación en la tabla clasificatoria del campeonato doméstico de la máxima categoría del fútbol español.

El cuadro castellano lo intentaba superado el cuarto de hora de la contienda con una buena jugada saliendo desde atrás y haciendo gala las adecuadas aptitudes de sus integrantes a la hora de controlar el cuero, aprovechando el desborde de Larsson para adentrarse por el flanco diestro y buscar la conexión con Javi Guerra, aunque el ariete malagueño no fue capaz ni siquiera de disparar merced a la seriedad en la zaga de los visitantes. Acto seguido, fue Rukavina el que se incorporó por el mismo costado apurando la línea de fondo de cara a realizar un centro con garantías, pero el pase del lateral serbio salió completamente desviado.

Los béticos se aproximan al área de Mariño

No obstante, el Betis no se vino abajo en ningún momento y siguió apostando por mantener la posesión del cuero cuando su adversario se lo permitía con el objetivo de beneficiarse de la calidad de sus jugadores de medio de campo hacia delante. Tras unas extraordinaria pared entre Joan Verdú y Jorge Molina, fue el delantero alicantino el que probó fortuna con un potente disparo que salió centrado y al que Mariño respondió a la perfección despejando el balón lejos de sus dominios. Los pucelanos y los de Heliópolis daban muestras de que eran capaces de inquietar la tranquilidad de su oponente sin hacer excesivos esfuerzos, especialmente estando muy alerta de cualquier tipo de error defensivo del que poder beneficiarse para decantar la balanza a su favor.

Llegada la media hora de encuentro, el juego seguía un tanto trabado pese a los intentos de los dos equipos por desarbolar a su contrincante y tratar de tomar ventaja en el electrónico. Daniel Larsson, uno de los hombres más activos hasta el momento en el terreno de juego, arrancó con el cuero controlado desde el costado izquierdo para irse adentrando en la medialuna del área grande sevillana y llevar a cabo un certero lanzamiento que forzó a Guillermo Sara a repeler el esférico para enviarlo sin contemplaciones a córner. Poco después fue Carlos Peña quien se adentró por la banda zurda, su perfil natural, donde efectuó una gran internada para poner un envío al área verdiblanca que tenía el propósito de encontrar a Víctor Pérez en el punto de penalti. Aun así, la anticipación de un defensor bético impidió al futbolista manchego conectar un golpeo que podría haber inaugurado la cuenta anotadora del enfrentamiento.

Daniel Larsson llevó a cabo un certero lanzamiento que forzó a Guillermo Sara a despejarlo a córner

Después de reponerse de las continuas embestidas del bando local, el Real Betis Balompié realizó una bonita triangulación buscando a Juan Carlos en el flanco izquierdo, quien tuvo la habilidad suficiente para zafarse de la marca de Rukavina y ejecutar una especie de centro-chut que obligó a Mariño a desviar el esférico con los pies. Los castellanos deseaban responder de inmediato, siendo Larsson y Javi Guerra los encargados de asociarse de nuevo mediante una combinación sensacional pero en la que el envío del sueco fue atajado sin dificultades por el guardameta bético.

Sin apenas tiempo para descansar, el conjunto andaluz tiró un contraataque de cara a buscarle las cosquillas a su adversario a través de la aparición de Verdú por el extremo zurdo, una zona donde Álvaro Rubio se vio en la necesidad de frenar su marcha cometiendo una acción antirreglamentaria que le costó la cartulina amarilla. La falta fue botada a la perfección por el astro catalán, pero su lanzamiento fue despejado de forma excelente por el cancerbero vigués de los blanquivioletas y se convirtió en la última acción de los primeros 45 minutos al indicar Velasco Carballo el camino hacia el túnel de vestuarios.

El Pucela toma las riendas del choque

Tras la reanudación, el cuadro heliopolitano tenía la intención de dominar a su contrincante con el manejo del balón y la velocidad por ambos costados, efectuando además una serie de cambios de juego desde un lugar a otro del campo con la finalidad de descolocar a los jugadores castellanos para sacar provecho de los instantes iniciales del segundo acto. Sin embargo, lo más destacado del tramo inaugural de la segunda mitad fue un encontronazo entre Amaya y Javi Guerra, quienes forcejearon de cara a obtener un esférico en largo y que acabó con el '9' del Real Valladolid por los suelos. Pero el colegiado no decretó nada punible debido a que los dos pelearon por ganarle la posición a su oponente de manera totalmente legal, por lo que el partido se siguió desarrollando con completa normalidad al solucionarse esta pequeña disputa.

Los pucelanos empezaron a asentarse de nuevo sobre el tapete verde con el transcurso de los minutos, desempeñando una magnífica acción colectiva entre varios de sus miembros más técnicos de su plantel para habilitar a Fausto Rossi en la frontal del área y tratar de adelantar a los suyos en el marcador. A pesar de todo, el disparo del ex de la Juventus de Turín se marchó por encima del travesaño. Poco después fue Omar Ramos el que lo intentó por la banda derecha, desequilibrando a varios de los jugadores que le salieron a su paso para realizar un centro bastante preciso que fue a parar a las botas de Jesús Rueda, aunque el central extremeño fue incapaz de controlar el cuero y desperdició una buena ocasión de perforar la red verdiblanca.

El equipo vallisoletano había mejorado mucho su imagen en comparación con lo que se había visto en el césped hasta el momento, tomando la iniciativa claramente por encima del Betis en base a la consistencia y la continuidad de todos y cada uno de los pupilos de Juan Ignacio Martínez. Javi Guerra lo volvió a intentar con un testarazo que se fue blandito y un tanto desviado por la correcta presión de dos oponentes que no le permitieron cabecear con comodidad, siendo a continuación Daniel Larsson quien retaría una vez más a Guillermo Sara con un disparo desde fuera del área que fue blocado de maravilla por el arquero argentino.

El equipo vallisoletano había mejorado mucho su imagen en comparación con lo que se había visto en el césped hasta el momento

Aunque el cuadro bético no dio su brazo a torcer y siguió buscando las inmediaciones de Mariño para tomar ventaja en el luminoso, por medio de una jugada de Juan Carlos por el costado diestro y que tomó la decisión de enviar el cuero con un centro bastante preciso. Aun así, Rubén Castro no pudo alcanzar el pase del extremo madrileño cuando la hinchada andaluza prácticamente ya estaba celebrando el gol en las gradas del José Zorrilla. De todos modos, el tanto no debería haber subido al electrónico en caso de haberse producido porque el ariete canario se encontraba en posición de fuera de juego cuando su compañero le habilitó con una gran entrega.

Arreones finales de ambos conjuntos

El choque había alcanzado ya el último cuarto de hora del mismo, encontrándose un poco trastabillado después de que el Pucela quisiera pero no pudiera y de que el Betis hubiera calmado en demasía el juego tras las oportunidades de los albivioletas. Pero los castellanos siguieron intentándolo por medio de una nueva internada de Peña, uno de los mejores de toda la contienda, quien llevó a cabo un envío que se fue envenenando y que a punto estuvo de colarse por la escuadra de la portería custodiada por Sara. Aunque el guardameta sudamericano tiró de galones para ejecutar una palomita espléndida, una intervención que permitió conservar la máxima igualdad del duelo tanto en el luminoso como en lo visto en el campo.

Los locales conservaban el dominio en el partido pero no daban con la tecla adecuada para encarrillar el encuentro de su lado, si bien es cierto que los béticos daban la impresión de poder hacer daño a su adversario en cualquier acción aislada. Y así fue como los de Heliópolis se beneficiaron de un desajuste de los pucelanos después de una nueva internada de Peña por el flanco izquierdo, donde le faltó puntería en su pase en largo y que permitió a Juan Carlos realizar una tremenda galopada por el extremo opuesto de cara a cercar la portería defendida por Mariño, aunque el golpeo del canterano del Real Madrid salió desviado al cruzar en exceso su disparo raso.

La última acción reseñable de la confrontación entre Real Valladolid y Betis fue un centro medido de Rossi al aprovechar un fallo clamoroso en la entrega del bando visitante, pero Óscar no pudo conectar su bota con el esférico cuando ya había sobrepasado al portero verdiblanco y se encontraba en una situación inmejorable para colocar el cuero en el fondo de las mallas. Velasco Carballo consideró que ya no había tiempo para más y señaló el final del duelo con un empate sin goles, un punto que de poco sirve a ambos contendientes pero que al menos les permite seguir peleando con el objetivo de permanecer en la Liga BBVA.

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Fotos: Deportes Terra

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