David Barral Torres, conocido como Barral en el mundo del fútbol, nació en San Fernando, Cádiz, conocida como la “Tacita”, el 10 de mayo de 1983. Sus inicios como futbolista fueron como casi cualquier otro jugador en alguno de los clubs de su ciudad.

Pasado merengue y Gijón en el corazón

A sus 17 años, el gaditano formó parte en las categorías inferiores del Real Madrid. Primero estuvo jugando una temporada en el tercer equipo merengue y tras una campaña cedido en el Fuenlabrada volvió al club merengue para hacerse un hueco en el Castilla para ayudarle a subir a la división de plata del fútbol español. Una temporada después puso rumbo a tierras asturianas para jugar con el Sporting de Gijón.

En el club de la afición “mareona” estuvo seis años, convirtiéndose en uno de los referentes del equipo asturiano. Sus goles ayudaron a que el Sporting de Gijón ascendiera a Primera División y lo mantuviera tres temporadas en la máxima división del fútbol español.

En tierras astures se tiene buen recuerdo del jugador gaditano por el arrojo sobre el campo que demostraba en cada partido y los goles.

Tras su estancia en el conjunto gijones, Barral se dispuso a probar suerte en el fútbol turco con el Orduspor. Poco tiempo estuvo allí ya que este verano retornó a España  para jugar con el Levante.

Un jugador con mucho coraje

A pesar de no ser un jugador que derroche calidad sus ganas sobre el campo son innegables. Cada partido hace un derroche físico considerable. Barral ha ido ganándose poco a poco el puesto de titular.

Aporta mucho al equipo físicamente, ayudando en la presión y echando una mano cuando es necesario a sus compañeros. Aunque muchas veces, especialmente fuera de casa, esté totalmente sólo en la punta, es capaz de bajar el balón y aguantarlo hasta que lleguen refuerzos. Además, su promedio goleador es incluso más alto que el de Koné, el jugador que más goles ha marcado en una temporada en primera con el Levante.

Es un jugador querido tanto dentro como fuera del campo por la afición gijonesa y levantinista. En Zorrilla los centrales blanquivioletas tendrán que marcarle de cerca para evitar el peligro que trae el gaditano en los últimos partidos.

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Sobre el autor
César Rodríguez Cabrillo
periodismo, gran aficionado al mundo del futbol y del balonmano.