Cuando un equipo se encuentra en puestos de descenso, los sabios del balompié señalan una serie de pautas a seguir para abandonar esta complicada posición. Como en todo, la teoría es muy fácil, lo complejo es ponerla en marcha. En resumidas cuentas, se trata de mostrar solidez defensiva, pues si tu portería no se ve vulnerada obtendrás como mínimo un punto. Otra pauta reside en aprovechar las ocasiones, pues la eficacia es clave para llevarse el gato al agua. Una más se sustenta en hacerse fuerte en campo propio, hacer que tu feudo sea un lugar hostil e impenetrable para el enemigo.

El Valladolid se encuentra tan abajo en la tabla porque no está sabiendo llevar a cabo esas recomendaciones con el éxito requerido. Son muchos los goles que se han encajado, así que de este modo es más difícil si cabe cosechar puntos. En materia ofensiva el Pucela no está cojeando tanto gracias a Javi Guerra, si bien el delantero agradecería que sus acompañantes generasen más peligro y pudiesen perforar la puerta rival con más frecuencia.

En cuanto a Zorrilla, el estadio pucelano, los de Juan Ignacio llevan una racha sin la cual seguramente las esperanzas de permanencia serían remotas. En los últimos siete encuentros los de blanco y violeta no se han visto derrotados, aunque los cuatro empates y las tres victorias no han bastado para coger aire en la clasificación. En alguna de las cuatro igualadas los castellanos merecieron un mejor resultado, pero el fútbol es caprichoso y ha detenido en 27 los puntos que iluminan el casillero vallisoletano.

En los últimos siete encuentros como locales los de blanco y violeta no se han visto derrotados

Todo comenzó con una goleada, por 3 a 0, al Celta de Vigo. En un partido tan brillante como desolado en las gradas, pues la niebla y el horario hicieron estragos, Guerra imperó con un triplete para demostrar por qué es uno de los arietes más en forma del panorama nacional. Lamentablemente para los intereses del Real Valladolid, la imagen mostrada contra los gallegosha aparecido con cuentagotas en los encuentros posteriores.

Luces de victoria, nubes de empate

El siguiente rival que puso el pie en la capital del Pisuerga fue el Betis. A pesar de lidiar con el colista, nadie fue capaz de meter un simple gol y el resultado gafas se adueñó del luminoso. Una victoria hubiera dado confianza y ánimos a los capitaneados por Javi Baraja, pero esta vez no pudo ser. El empate es uno de los doce -extraordinaria cifra-que ha protagonizado el cuadro pucelano.

Unas semanas más tarde había cambiado sensiblemente la situación para el entrenador, para Juan Ignacio Martínez. La racha negativa que sacudía a los suyos, con una nefasta imagen jugando de visitante y sin grandes alardes a la hora de ejercer como local, lo ponía en la picota ante un rival de la zona noble de la tabla: el Villarreal.Cuando muchos ya daban por finiquitada la era del alicantino en Zorrilla la figura de Rueda emergió para anotar el tanto que otorgaba tres puntos vitales para las aspiraciones de los castellanos y desapretaban la soga que tanto ahogaba a Martínez.

Este triunfo contra los amarillos tampoco se veía refrendado por buenas actuaciones fuera de casa, pues el Pucela ha vivido goleadas y humillaciones en no pocos desplazamientos. De este modo no conseguían tomar distancia con las posiciones que condenan a los infiernos. Dentro de las ya mencionadas doce tablas firmadas por nuestros protagonista destaca la lograda ante el Elche. Los ilicitanos se dejaron dos puntos en Zorrilla tras una remontada dirigida por un hombre: Humberto Osorio. El colombiano maquillaba con su doblete un partido del que solo se puede destacar la casta mostrada por los locales. El punto logrado seguía siendo insuficiente para asomar la cabeza del hoyo del descenso, pero pudo haber sido incluso peor. El que no se consuela es porque no quiere.

Empates que saben a poco

Otro empate, para no cambiar la tónica de los chicos de Juan Ignacio, se obtuvo contra el Levante en la visita de los granotas a Castilla y León. Un gol de churro de Javi Guerra permitía que el Real Valladolid añadiese un punto a su zurrón tras un partido insulso y sin vida, en ese ambiente en el que tanto sufre el rival con quien se ve el Levante, amo y señor de esta faceta.

También vestía de azul y de rojo el siguiente oponente que pisó el césped de uno de los pocos estadios que quedan con foso. El mismísimo FC Barcelona ponía sus millonarios pies en el -seco, como Xavi afirmaba amargamente- césped del estadio vallisoletano. Casi todos los allí presentes preveían con resignación una goleada o, cuanto menos, una derrota de sus chicos. Sin embargo, no fue así, ni mucho menos, gracias al tanto deFausto Rossi y la actitud y garra mostrada por los de Martínez a lo largo y ancho de la contienda. La sorpresa saltaba a la conclusión de los 90 minutos y más de uno auguraba un cambio de tendencia, un punto de inflexión, un nuevo rumbo dentro de la travesía hacia el abismo que el Valladolid está llevando a cabo.

Más de uno auguraba un cambio de tendencia, un punto de inflexión

Por desgracia para Carlos Suárez, presidente de un equipo inestable mentalmente y que no ha conseguido la confianza necesaria, en el siguiente partido esta actitud y coraje habían desaparecido, el viento se las llevó consigo para que el Sevilla vapuleara sin miramientos a los castellanos. Esta nueva derrota fuera de casa podría haberse curado con un triunfo en el siguiente duelo en campo propio, más aún contra un rival directo como el Rayo Vallecano.

En Zorrilla está la llave de la permanencia

Error. Un jarro de agua fría empapó a los aficionados blanquivioletas cuando Bueno hacía estéril el tanto en propia puerta de Zé Castro y condenaba el choque a unas nuevas tablas, un empate que de nada sirve al Valladolid. La imagen en esta ocasión tampoco fue reseñable, pues la tónica de equipo sin ideas y sin vida no se consigue eliminar por mucho que se intente con ahínco. En definitiva, el equipo pucelano no consigue remontar el vuelo ni tener una hoja de ruta a seguir.

El próximo adversario que rendirá visita a Zorrilla es el Almería, un competidor claro por mantener la categoría. Es fundamental para los de Castilla prorrogar esta racha y asentarla en 8 encuentros sin hincar la rodilla, aunque se ha de indicar que no sirve el empate. Un simple punto apenas sería suficiente para seguir en la pelea por la permanencia, si bien tres servirían para tomar aire y mostrar al resto de implicados en esta lucha que el Valladolid sigue en pie.

Que empiece el juego.

Fotos: Real Valladolid.