El Valladolid necesitaba ganar al Valencia como el comer. Los ché venían de perder por tres goles en Europa League frente al Basilea y se prevenía que al Zorrilla vendrían con ganas de hacer daño y redimirse en la Liga, ya que en competición europea sus posibilidades, a día de hoy, son nimias. El Valladolid salió con el mismo once triunfante de Almería, aunque con algunos cambios. Mitrovic en el banquillo, Rama fuera y vuelta al once de Óscar y Víctor Pérez, extraña fue la decisión de sentar a Rossi y dejar al salmantino en banda zurda, ya que no es un hombre muy experimentado en tal posición. El Valencia salió con toda la artillería, bien es cierto que algunos titulares fueron sustituidos, como el caso de Barragán, en quien Pizzi había depositado toda su confianza.

El encuentro empezaba con unos minutos de tanteo que dejaron ver que el partido sería un correcalles, con mucha intensidad y ganas por ambas partes. El Valladolid, con mucho ímpetu, intentando alejarse del farolillo rojo – dejando allí al Getafe si sumaba un punto -, por su parte, el Valencia carburaba para seguir teniendo esperanzas de entrar un año más en Europa League, muy lejana, a nueve puntos, frontera que marca el Villarreal.

Por medio de Paco Alcácer, los visitantes obtuvieron su primera oportunidad. Jaime, que es por cuarta vez titular consecutivo, saca una buena mano para defenestrar la ocasión. El Valladolid, entre tanto, está bien posicionado aunque con los roles cambiados, teniendo muy poco trabajo en la banda zurda de Óscar y mucho en la diestra de Larsson, que lo solventó a la perfección. En el Malmo, su demarcación era la de delantero y ese olfato típico de ariete, aunque él no fuera goleador, no ha desaparecido aún, así en una internada por banda, subió hasta la medular e intentó batir a Guaita, que se estira para acabar con el peligro. La pelota salió fuera por unos centímetros y Larsson se confirmaba como el mejor de los primeros pasos de un partido naciente.

Los hombres de Pizzi siguieron buscando el gol que despejara los miedos de Suiza pero el cancerbero pucelano estuvo inexpugnable durante toda la noche. Feghouli, Alcácer y Vargas llevaron todo el peligro ché durante la primera mitad. Ya en el minuto 15, Javi Guerra, hasta el momento desaparecido, tomó un balón fuera del área, y tras zafarse de sus defensores que pedían fuera de juego, dispaó, sin crear demasiado peligro en el área defendida por Guaita. Los compases iniciales dejaban entrever una preciosa equidad entre dos equipos que estaban desplegando su mejor fútbol y era síntoma de que la parroquia castellana iba a ser espectadora de un encuentro con muchas ocasiones.

El Valladolid jugaba al toque pero se notaba que era el Valencia quien tenía los galones. Aún así, las imprecisiones asolaron el juego de ambos, muchas durante el ecuador de los cuarenta y cinco minutos primeros. Fede Cartabia pasó mucho tiempo inadvertido, siendo la segunda mitad cuando se le vio más activo, intentando asistir desde el extremo izquierdo o dar alguna asistencia a Vargas, muy fallón. La defensa pucelana, hoy sin Mitrovic, pasó apuros, ya no solo por las acometidas valencianas, sino por la falta de coordinación entre Jesús Rueda y Marc Valiente, que no parecieron entenderse. Los fallos en la zaga fueron de bulto, pero, por suerte para los intereses de los de Juan Ignacio, los ché no supieron aprovecharlas.

Llegado el minuto 22 se produciría la primera sustitución, Jeffren por Larsson, que, aquejado de un golpe anterior, decía adiós al partido antes de tiempo. Estaba siendo el mejor de los vallisoletanos, incluso el mejor del partido; sus galopadas por banda, aliñadas con las buenas coberturas de Rukavina, acababan en precisos centros que ni Javi Guerra ni el gigantón Manucho acertaban a rematar.

La balanza estuvo muy equilibrada durante todo el encuentro, aunque es cierto que los visitantes rondaron más la portería que los blanquivioletas. Óscar lo intentó desde lejos, sin causar prejuicio al meta valencianista, que tuvo una noche magnífica, los dos porteros rindieron a un nivel sobresaliente. El autor del disparo lejano fue convertido hoy en extremo zurdo, posición en la que no está acostumbrado a jugar, pero pronto fue cayendo al centro, por detrás de los dos puntas, dejando huérfano el ala izquierda cárdena, ya que Peña no es un lateral ofensivo como puede serlo Rukavina o el propio Bergdich, quién saldría en la segunda para rellenar ese hueco que dejaba Óscar constantemente.

El Valencia no estaba dando visos de ser un equipo grande, todo lo contrario. Las imprecisiones estaban abundando en demasía y el partido se tornó en un correcalles de tuya-mía, sin un claro dominador. Pizzi aleccionaba a sus pupilos desde la zona técnica, con cara amarga, vociferando a la línea de ataque por sus numerosos errores a la hora de ejecutar cualquier acción. La defensa estaba concediendo muchos saques de esquina, y, en uno de ellos, fue Marc Valiente quién logró imponerse a las torres vestidas de naranja para cabecear el cuero, con una colocación muy buena y una potencia nada desdeñable. Otra vez Guaita se interpone entre el Valladolid y el gol. No pasó ni un minuto cuando el Valencia dio la réplica, esta vez con menos acierto. Es ahora Jaime quién blocó.

El partido fue bastante limpio pese a que los locales se juegan la vida en casa y los visitantes, más tranquilos en la tabla clasificatoria, tan solo se juegan dar una buena imagen y recuperar el prestigio perdido. Con el punto, el Valladolid se salva momentáneamente, dejando al Getafe inmerso en la pugna por quedarse en Primera, aún así, el Valladolid solo estaría un punto por encima del descenso, lo que significa que están obligados a sacar resultados positivos en sus dos próximas visitas. Como suele pasar en los últimos minutos de los partidos de los de Juan Ignacio Martínez, los jugadores se olvidan de cual es su posición y la anarquía es la jefa de la alineación, cosa que aprovecha el Valencia para asustar a la zaga albivioleta. Keita despeja un balón de espaldas a la portería rival y, con gran fortuna, le cae en los pies a Vargas que dispara desde lejos sin aparente peligro, aunque la pelota se iba envenenando según se acercaba a los tres palos defendidos por Jaime Jiménez Merlo.

Tan sólo un minuto después, el mismo protagonista, el chileno Vargas tiene la mejor oportunidad del encuentro. Feghouli se la pone cruzada, en bandeja, para que con un toque la envíe a la red pero, sin acierto, roza la pelota para que el arquero local tenga tiempo para disipar la intentona. La afición valenciana que viajó a Valladolid no se podía creer el clamoroso fallo del reciente fichaje. Los minutos transcurren con normalidad, con el Valladolid más volcado ahora pero sin demasiada pegada, Jeffren no mejora lo hecho por Larsson, que se retiró un rato antes por un golpe en la cara que le impedía ver con total nitidez. Los hombres de Pizzi comenzaron a ganar la partida a los pucelanos, esta vez por medio de Cartabia, que ponía el miedo en el cuerpo a la zaga rival. Pese a que el Valencia se estaba empezando a imponer, se seguía viendo una cierta mejoría en el equipo capitaneado por Álvaro Rubio respecto a anteriores contiendas. Manucho lo intentaba por arriba, pero el buen marcaje de Vezo y Javi Fuego impedían que el angoleño disfrutara de más oportunidades. Tampoco estaba cuajando un buen partido, bien es cierto que las ayudas en defensa y en la presión en la salida del balón son muy valiosas. Si mal lo estaba haciendo el africano, peor el lateral izquierdo Peña, que, además de no ayudar a cubrir ese vacío en su banda, en defensa estaba siendo un auténtico flan. Ya se comienza a rumorear sobre el posible fichaje de un lateral zurdo de garantías, dado que Bergdich, definido en tal posición, tiene nociones defensivas paupérrimas. Y así terminó una vibrante primera mitad que, aunque acabó sin goles, dejó fútbol a raudales.

Los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron con un disparo alto del argelino Feghouli, seguidos de un remate perfecto de cabeza del malagueño Javi Guerra a centro de Óscar, con una parábola magnífica. Guaita acierta en su despeje. Cartabia, entre tanto, siguió haciendo de las suyas, ahora mucho más metido en el juego, logrando zafarse sin mucha complicación de Peña; tuvieron que ser Álvaro Rubio y Marc Valiente quienes frenaran al argentino, cometiendo falta. El Valencia volvió a echarse el encuentro a la espalda y fueron los delanteros quienes más peligro crearon, junto con un Parejo muy participativo y un Vargas que, puede decirse, no tuvo su mejor día.

En el minuto 53 es Alcácer quien tiene una clara oportunidad después de un despeje de Jaime. Con mucha elegancia dribla a Rueda y a Valiente con un reverso, quedándose prácticamente mano a mano con el portero. Su disparo fue deleznable y el cancerbero, una vez más, logra ahuyentar el gol en contra. Dos minutos más tarde, Álvaro Rubio es amonestado por una dura entrada a Fede Cartabia, que ya empezaba a desquiciar a los pucelanos. Manucho sigue siendo el punta de referencia para sus compañeros, pero la buena labor defensiva impide que se mueva con soltura y sus disparos quedan cercenados por las piernas de Pereira, quien envía a córner. La equidad volvió a ser la nota dominante después de unos minutos de indudable dominio ché.

En el 58 se produjo el segundo cambio en las filas albivioletas, Bergdich por Manucho, un cambio muy pitado por el respetable local, que no tiene especial simpatía hacia el marroquí. Con la sustitución, Óscar pasó a ser mediapunta fijo, Bergdich ocupó el carril izquierdo y Guerra el único delantero. Las imprecisiones volvieron al verde de Zorrilla, sobre todo por parte local, Jeffren no lograba conectar con sus compañeros y se nota que el hispano-venezolano todavía sigue un poco verde, después de algunos meses entre algodones.

En el 61 entró Piatti por Feghouli para echar todo el queroseno al avión mediterráneo, que no acababa de despegar. El lateral reconvertido a carrilero del Pucela entró con ganas al terreno de juego, dejando alguna bonita filigrana y centrando, aunque sin mucha efectividad. En líneas generales, el partido decayó en ritmo respecto a la primera mitad, las piernas empezaban a pesar y Pizzi, seguía sin hacer ningún cambio. Precisamente fue Peña quien intento sorprender a Guaita con un centro que se escoraba dirección a la portería, sin embargo, sale desviado por poco, meciendo las redes defendidas por el valenciano.

Amarilla a Javi Fuego en el 65 por una entrada fea a Javi Guerra en la línea de cal, de todas formas, como se dijo antes, el partido fue muy limpio pese a lo que implicaba el perder o el ganar. Hasta ese momento, el Valladolid estaba fuera del descenso. Los momentos posteriores fueron los peores del partido, mucha lentitud y pesadumbre en la noche dominguera. Será en el minuto 73 cuando Cartabia avive la llama con un disparo fortísimo que Jaime tiene que para en segunda instancia, mereciendo más los visitantes que los locales. El Valencia merodeaba el tanto en el lapso del minuto 70 al 80, Bernat, en una de sus pocas apariciones se marcaba un sprint olímpico por banda, pero no consigue encontrar a ningún compañero que acabe la jugada, el Valladolid pasaba sus momentos más críticos y estaba tocado, pero no hundido.

Con el cambio de Álvaro Rubio por Rossi en el 77, el juego local mejoró notablemente y se vio que todos pusieron su granito de arena para ir a por el tanto de los tres puntos. Momentos después, Bergdich controla un esférico, quitándose de encima a un rival ydisparando muy blando, sin crear apuros al portero de Torrente. En el 79 se produce el cambio de Vargas por Míchel, que apenas repercutió en el devenir valencianista.Víctor Pérez, algo desactivado durante todo el partido, revivió de repente y se hizo partícipe de dos buenas jugadas ofensivas. En la primera, su disparo, que iba claramente entre los tres palos, fue obstruido por un defensor, y el segundo, segundos más tarde, vio puerta, pero se topó con el inexpugnable Vicente Guaita. El Valladolid había dado un paso adelante desde la entrada del italiano, cedido por la Juventus, Fausto Rossi, aún así, faltaba la chispa que encendiera la hoguera: Javi Guerra.

Óscar lo intentaba pero tampoco hizo un partido espléndido, todo lo contrario, muy discreto para lo que tiene acostumbrados a sus fieles. Una vez más, el salmantino no es el jugador relevante que fue la campaña pasada y parece que se puede prescindir de él metiendo a Manucho de titular. Los últimos minutos se sucedieron con una insalvable brecha entre defensa y ataque, todos querían marcar, pero nadie lo conseguía. Ya en los estertores, Jeffren botaba una falta en el borde del área pero su disparo se va directo al graderío. Los dos minutos adicionales se prolongaron hasta tres ya que el árbitro dejó sacar un córner al Valencia que pondría el punto y final a una noche de buen fútbol y cero goles.

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Fuente de las fotografías: EFE