El Sadar se vestía de gala, con el primer lleno absoluto de la temporada, para afrontar un duelo directo en la zona de abajo, por tres puntos vitales para ambos conjuntos para la salvación. Tal era la necesidad, que los dos equipos comenzaron timoratos el encuentro, sin querer cometer fallos en defensa y evitando cualquier mal que pudiera aparecer. Fue Osasuna quien cogió el timón en el centro del campo, gracias a Raoul Loe y Gato Silva, superando en todo momento a la dupla formada por Víctor Pérez y Álvaro Rubio.

Sin embargo, el primer acercamiento serio, y posteriormente único de la primera mitad, corrió a cargo del Real Valladolid. Óscar ganó la espalda a su par y recibió en el área, pero el salmantino no termina de arrancar, y su magia aún no está sobre el césped. El ‘10’ pucelano no decidió bien y no pudo rematar ante Andrés Fernández, dudando entre el disparo o el recorte. En estos primeros minutos el conjunto albivioleta trataba de presionar en campo contrario, buscando el error de los locales.

Pero poco a poco Osasuna se hacía con el partido, y fue entonces cuando Cejudo sacó un latigazo desde treinta metros, que sorprendió a Jaime, superándole, estrellándose con el larguero. Era la primera ocasión seria de los pamplonicas, animados sin cesar por su afición. Los de Gracia cogían la batuta, dominando la posesión sin dejar jugar a su rival. El juego era más directo que elaborado, con excesivos envíos desde la defensa y centro del campo hasta posiciones avanzadas.

Los minutos avanzaban, y no había atisbo del Real Valladolid sobre el césped, desaparecido sin el balón en su posesión. Tampoco tenía mucho trabajo en defensa, ya que la parcela defensiva sí trabajaba bien. Oriol Riera lo tuvo en sus botas, con un remate al primer palo, haciendo volar a Jaime, pero sin encontrar puerta. Acto seguido Roberto Torres servía un envío de fala que el guardameta de Valdepeñas rechazaba con el pecho, sorprendido por el centro del jugador navarro. No eran grandes oportunidades, además llegaban a cuenta gotas, pero mostraban la mayor intensidad que Osasuna vertía sobre el terreno de juego.

Los rechaces caían de parte del equipo local, que dominaba sin contemplación el centro del campo, impidiendo las combinaciones rivales en ataque. Guerra, desesperado, no podía más que hacer la guerra por su cuenta, ya que no le llegaba balón alguno, ni al pie ni en profundidad. Tan solo Carlos Peña puso un par de centros, todos ellos desviados y sin suerte. Osasua seguía intentándolo, con disparos lejanos de De las Cuevas y Cejudo, aunque estos no encontraron portería.

En los compases finales la afición local espoleó a los suyos, tras una jugada con varios centros dentro del área, repelidos por la defensa pucelana. Al finalizar la primera parte, el Real Valladolid tuvo una seria ocasión a su favor, con un disparo de falta de Víctor Pérez, pero este impactó con la barrera. Cabe destacar el mal uso que hizo el equipo de Juan Ignacio Martínez de las jugadas a balón parado. Sin más dilación, el colegiado mostró el camino de los vestuarios con el electrónico luciendo el resultado inicial.

Mayor ritmo tras el descanso

Con la reanudación, el Real Valladolid subió un pistón su velocidad e intensidad, buscando con más hombres la portería rival. Un par de centros de Peña pusieron el corazón en un puño a la afición local, de esos que hacen mucho daño a la defensa, rasos y al corazón del área. Pero Guerra no terminaba de aparecer. Sí lo hizo Víctor Pérez en un saque de esquina al segundo palo, tocado con rosca, tanta que el envío chocó con el larguero, a punto de convertirse en un gol olímpico.

No se amilanaba Osasuna, en un balón largo, como no, que recogió Cejudo dentro del área, encarando a Jaime. El de Valdepeñas volvía a erigirse como héroe de su equipo, salvando el mano a mano contra el rojillo con una gran maniobra fruto de sus reflejos. Poco a poco todo regresaba al guion de los primeros 45 minutos, algo que detectó Juan Ignacio y a lo que respondió con la entrada de Manucho, volviendo a utilizar un esquema con dos delanteros, don el angoleño junto a Javi Guerra.

Los dos equipos querían la victoria, pero no querían encajar. Esto se veía en la intensidad que sus defensas mostraban en la frontal de sus respectivas áreas. Especialmente el Real Valladolid, que situaba una y otra vez hasta tres hombres sobre el jugador con la posesión de Osasuna. Pasada la hora de juego, el equipo pamplonica ya no creaba tanto peligro, tan solo en jugadas a balón parado o contraataques rápidos. En uno de ellos, Cejudo pudo rematar dentro del área, directamente fuera.

Las ocasiones y remates a puerta brillaban por su ausencia, con un empate en el marcador que parecía convencer a los dos equipos, y a la vez no, dada la necesidad de puntos que existe a estas alturas de campeonato. Juan Ignacio parecía sentirse a gusto con ello, ya que permutó a Víctor Pérez por Valiente, en un cambio claramente defensivo, con la idea de cerrar su portería y buscar una jugada aislada para encontrar el remate de Manucho o Guerra. Cuando Osasuna más lo intentaba, con balones hacia Oriol Riera, apareció Guerra. El malagueño recibió en el pico del área, y tras una jugada personal, disparó con la diestra, encontrándose con Andrés Fernández, en su primera actuación en el encuentro. El Real Valladolid erraba la más clara a su favor, en el que era el primer disparo dentro de los tres palos.

En los cinco últimos minutos fue el Real Valladolid quien más buscó la portería rival, encerrando a Osasuna en su campo. Y pudo lograr el gol con un buen centro de Peña de falta, pero de nuevo Andrés Fernández se mostró muy seguro bajo palos. Todo pudo cambiar a falta de un minuto del final, cuando Roberto Torres regateó en área rival y disparo, pero este no acertó y se marchó desviado. Pero no era la última, puesto que en el suspiro final Jeffren sacó una falta muy lejana y Valiente peinó el cuero, aunque el catalán no logró situarla entre palos.

Sin tiempo para más, el colegiado decretó el final, con un empate que no sirve para ninguno, en un choque sin grandes ocasiones, ni gran fútbol. Ahora, el Real Valladolid estará un fin de semana sin jugar, debido al encuentro aplazado ante el Real Madrid, y deberá esperar durante 17 días para volver a competir en la Liga BBVA. Un reparto de puntos, al final, justo y merecido por lo visto sobre el césped.

Así lo vivimos en VAVEL.

Foto: EuroSport | Real Valladolid