Hubo un tiempo en el que el fútbol se jugaba los domingos, con algunas excepciones ubicadas en sábado. Eran horarios razonables y, solo de vez en cuando, se disputaba un encuentro entre semana, habitualmente de la Copa del Rey o alguna jornada adelantada para acabar la competición antes, de cara a un Mundial o una Eurocopa.

En los últimos años España ha caído en un bucle absurdo e interesado, ya que las televisiones se han hecho con este deporte y deciden que haya choques prácticamente todos los días de la semana. ¿En qué cabeza cabe jugar un Valladolid - Celta un lunes invernal a las 22:00? ¿Quién decide que un viernes a esa misma hora haya partidos de fútbol? Estos intempestivos horarios, que a nadie convencen en toda España, han llegado a su culmen en este tramo final de campaña, cuando todo está por resolver y la razón invita a jugar poco con el calendario.

Estos intempestivos horarios han llegado a su culmen en este tramo final de campaña

Error. El Real Valladolid estará sin dar patadas a un balón en encuentro oficial un total de 16 días, cuando restan apenas unas semanas para decir adiós a este campeonato nacional liguero. ¿A santo de qué? La última vez que los pucelanos se enfundaron la albivioleta fue el pasado 12 de abril en tierras navarras para sumar un empate -cómo no- esta vez ante Osasuna. La próxima vez que los chicos de Martínez tratarán de sumar tres puntos será el lunes 28 de abril en Balaídos, tras la friolera de ¡16! días sin competir de forma oficial.

El motivo de este desbarajuste es el partido contra el Real Madrid, que ha de visitar Zorrilla el séptimo día de mayo, siempre que no haya más cambios de última hora. Los merengues han disputado con éxito la pasada final de la Copa del Rey y están inmersos en la lucha por avanzar a la final de la Champions League, así que la LFP ha estimado oportuno mover su cita con los pucelanos hasta el mes de mayo y dejar más de dos semanas a los castellanos viendo cómo sus rivales siguen sumando puntos en la batalla por la salvación.

Independientemente de la chapuza de los calendarios españoles, consentida por los mandatarios de los clubes, este trasiego de fechas tiene unas repercusiones negativas para el Valladolid, aunque según cómo se mire podrían encontrarse factores positivos.

Ritmo de competición

La Liga, la famosa competición de la regularidad, acostumbra a hacer jugar un duelo por semana a cada equipo, con ciertas jornadas entre semana por los motivos antes mencionados. Este parón de 16 días en pleno final de campaña puede provocar en los castellanos un bajón de intensidad mental, ya que la chispa y la concentración pueden decaer al no ver en las proximidades un nuevo partido.

Para remediarlo el personal técnico pucelano ha realizado planes específicos, con algún amistoso de por medio, para que las piernas y las mentes de sus pupilos no se desconecten. Lo sabremos el lunes que viene a partir de las 22 horas en territorio celeste, ante un Celta prácticamente salvado.

Descanso

No todo son nubarrones, ya que también hay aspectos beneficiosos. Con 33 jornadas ya disputadas, los músculos se resienten de esta carga, de tantos minutos faenando contra el temible descenso, y pueden provocar lesiones. De hecho, buena parte del vestuario vallisoletano ha estado, de una manera u otra, en la enfermería, hasta el punto de mermar ostensiblemente las prestaciones de los hombres de Martínez.

Estas más de dos semanas sin jugar pueden servir, si los entrenadores han obrado con sensatez, para que los jugadores se recuperen de molestias y las tradicionales sobrecargas que acompañan al tramo final de la Liga.

El factor psicológico

El fútbol no son solo piernas, sino que la mentalidad influye mucho a la hora de encarar los enfrentamientos. La confianza en uno mismo y la garra en los momentos difíciles pueden rescatar a un equipo de las peores circunstancias. ¿Cómo afectan estos 16 días sin competir a la cabeza pucelana? Debe ser realmente dañino para el sistema nervioso ver por televisión y leer en la prensa que los rivales por la permanencia van sumando puntos o se hunden en la clasificación y que tu Pucela no pueda avanzar en la tabla hasta dentro de varios días.

Pero podría ser peor, mucho peor. Los de Zorrilla se han topado con que el Betis sigue en caída libre hacia Segunda mientras que Getafe y Almería, sus principales rivales por eludir el descenso, siguen sin ganar y sin superar a los castellanos en la clasificación, así que con un partido menos los del Pisuerga no ocupan las posiciones señaladas en rojo.

Con un partido menos los del Pisuerga no ocupan las posiciones señaladas en rojo

Habrá que ver si, habiendo jugado anteriormente los madrileños y almerienses, el Valladolid sabe gestionar los nervios y los resultados previos antes de vérselas con los entrenados por Luis Enrique. Los gallegos ya están prácticamente salvados y en caso de que Juan Ignacio sepa motivar adecuadamente a su plantel, estos podrían ganar a un Celta que ya sucumbió en Zorrilla en la primera vuelta. Este hipotético triunfo sería clave para los anhelos castellanos, pues Espanyol y Granada, que tampoco tienen nada en juego, rendirán visita a la ciudad de Miguel Delibes para enfrentarse a unos vallisoletanos con el cuchillo entre los dientes. Lo cierto es que el Pucela tiene en sus manos la salvación.

Ha llegado la hora de los valientes. Nadie puede bajarse de un barco que ya está llegando a su destino tras una travesía azarosa y plagada de odiseas. Las lesiones, la mala suerte y el propio calendario han sido trabas en el camino del Real Valladolid hacia la permanencia en Primera división, así que ya no se puede fallar. Quedan cinco jornadas por delante, 15 puntos fundamentales para seguir en la élite, ya no hay excusas, tan solo un balón, once oponentes y un destino.

Fotos: Real Valladolid | VAVEL.