La festividad del Día de Castilla y León no se celebra tan solo en Villalar de los Comuneros, la mañana de este miércoles, el fútbol tomaba parte también de la fiesta de la comunidad castellana leonesa. El ‘I Trofeo 23 de abril’ tomaba forma, y enfrentaba a Burgos CF y Real Valladolid en el Municipal de El Plantío. Un choque para recordar viejos enfrentamientos y mantener el ritmo de competición en los de Juan Ignacio. Precisamente, el técnico alicantino situaba sobre el césped burgalés un once titular utilizando teóricos titulares con suplentes. También, Pape, jugador de las categorías inferiores, tenía su oportunidad y partía de inicio en el lateral derecho, debido a la baja obligada de Rukavina.

El choque comenzó con unos primeros minutos de tanteo, bien por el respeto que tuvieron ambos conjuntos o por la tranquilidad de saber que tan solo era un encuentro amistoso. El Real Valladolid trató de alzarse con la batuta del juego, moviendo el cuero por su zona de defensa buscando las posiciones delanteras. Mientras, los blanquinegros esperaban atrás, con la consigna de cerrar su defensa e impedir la ofensiva pucelana.

Mucho hubo que esperar a la primera acción de peligro, cuan Valdet Rama se deshizo de varios rivales y disparó desde el pico del área, muy desviado de la portería de Rodri, ex guardameta del filial blanquivioleta. Los de Calderé lograban su objetivo, desquiciando a un Real Valladolid que no mostraba la diferencia de categoría entre ambas plantillas. Y, en un contraataque de vértigo de los locales, llegó el premio del gol. Era la primera llegada del Burgos, pero un medido pase hacia Carralero sirvió para habilitar a este, ante el fallo de Pape en el despeje y la marca y batir cruzado a Mariño en el interior del área.

No pasaban ni quince minutos de juego y el conjunto burgalés se había adelantado en el marcador, levantando los ánimos a una grada que había visto en las últimas semanas un equipo bien diferente al que pudieron ver sobre el verde en la mañana de este miércoles. Las ideas en el Pucela no estaban nada claras, y los balones en largo eran un habitual en los de Juan Ignacio. Valdet Rama y Larsson, apenas podían triangular y desequilibrar, y cuando lo hacían, era cayendo en fuera de juego dada la buena defensa del Burgos.

Los minutos avanzaban, y la sensación era que el equipo de la ribera del Arlanzón había erigido su muro atrás, impidiendo las ocasiones blanquivioletas. Para colmo de Juan Ignacio, muy enfadado en la banda, Jesús Rueda perdía un balón en la frontal y tenía que parar a Gerica, impidiendo que este encarara a Mariño. La falta, lanzada sin consecuencias, se convertía en un mal menor. La realidad mostraba a un Burgos muy superior en lo táctico, presionando la salida del Real Valladolid y mordiendo en defensa.

(Foto: Real Valladolid).

Tla única vía de ataque pucelana llegaba por el carril diestro, donde Pape subía bien y combinaba con Larsson. Osorio estuvo a punto de llegar a un centro del sueco, pero la suerte no estaba de cara para los de Juan Ignacio. La mejor oportunidad albivioleta llegaba con un disparo fuerte de Osorio, que Rodri desviaba, no terminó ahí la acción puesto que el propio colombiano logró centrar al corazón del área, donde Larsson cabeceó picado, encontrándose de nuevo con el ex pucelano en portería.

Los minutos finales del primer periodo no dejaron mayores ocasiones, salvo un lanzamiento de esquina final que Moke, tras la prolongación de un compañero, remató alto. Con el 1-0 y la superioridad sobre el césped del Burgos, los jugadores encararon el túnel de vestuarios.

Guerra y Óscar para dar la vuelta

Al comienzo de la segunda parte, Juan Ignacio dio un vuelco a su equipo, sustituyendo hasta nueve jugadores, dando continuidad sobre el verde tan solo a Pape, en el eje de la defensa y a Rossi en la medular. Y nada más empezar, Guerra pudo igualar. Un error defensivo del Burgos permitió al malagueño encarar a Betancort, esquivándole y disparando con poco ángulo, encontrándose con el lateral del área. Avisaba el Real Valladolid, que quería remontar el resultado.

Jeffren creaba peligro por su banda, buscando centros hacia Guerra. La situación era bien diferente a la de la primera parte, con los cambios y una mentalidad más ofensiva de los de Juan Ignacio. Sin embargo, el Burgos no se arrugaba, y también tenía oportunidades en la figura de Picón, que nada más entrar pudo dar un susto a la defensa albivioleta. Ramón Calderé daba oportunidades a sus jóvenes jugadores del filial, que veían ante sí a todo un Primera.

La grada jugaba también su partido, animando sin cesar al Burgos, que se crecía por momentos gracias a sus aficionados. El Real Valladolid no encontraba el camino, a pesar de los múltiples centros desde una y otra banda, el remate no llegaba. Álvaro Rubio estuvo a punto de sorprender a Betancort, cuando se acercaba la media hora del segundo tiempo, pero el manchego, al igual que sus compañeros, no estaba afortunado en la mañana de hoy.

Las ocasiones caían a cuentagotas para los pucelanos, y de nuevo Guerra tenía el gol del empate en sus botas. Óscar y Rossi combinaron entre ellos, habilitando al ‘9’, que se prodigó en exceso en el interior del área, disparando al primer palo, donde un rival pudo impedir el gol visitante.

En los minutos finales, el Real Valladolid puso toda la carne en el asador, buscando un empate que evitara la debacle en tierras burgalesas. Por su parte, el Burgos buscaba la acción a la contra que le diera el segundo y la victoria. Pero ninguno afinaba su puntería, a pesar de los centros al área de los dos conjuntos. Guerra, ya en el descuento, tenía la última de su equipo, pero Betancort atrapaba el disparo.

Din tiempo para más, el colegiado señaló el final del encuentro y la victoria para el Burgos, que superó a su rival merced al tanto en la primera mitad, y una magnífica defensa que impidió, salvo en ocasiones contadas, el tanto del empate. Un partido competido, que sirve al Real Valladolid para ver qué no debe hacer este próximo lunes en Balaídos, si quiere sacar algo positivo de su visita a tierras gallegas.

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