El Real Valladolid ha incorporado un hombre más para la parcela defensiva. A diferencia de campañas anteriores, en este nuevo curso contará con cuatro hombres cuya posición es el centro de la zaga, pero capaces de ocupar otra demarcación si fuese necesario. Con Chus Herrero la línea de zagueros queda cubierta, con cuatro centrales, dos laterales zurdos y uno diestro, junto a Xavi Carmona, que alternará filial con primer equipo. Además, el nuevo jugador maño puede ocupar tanto el carril diestro, como el zurdo, pudiendo sustituir a cualquiera de sus compañeros. Una demarcación en el campo que, con su llegada, queda totalmente cubierta, contando a Bergdich como lateral y a la espera de una posible salida para el marroquí.

El jugador criado en la cantera del Real Zaragoza tiene una amplia experiencia en Segunda División, por algo es apodado ‘el Piqué de Segunda’. Tras debutar con el conjunto maño en Primera, saboreó un descenso y un ascenso, por lo que el objetivo que persigue el Real Valladolid es ya conocido para él. También lo es el entrenador, pues en su primera campaña en el Girona coincidió con Rubi, siendo siempre uno de los jugadores habituales en sus esquemas en la línea de atrás. Anteriormente, había vestido la zamarra del Cartagena, donde alcanzó su mejor nivel, tanto en el carril diestro como en el eje de la zaga, aunque no pudo evitar el descenso a Segunda B de uno de los proyectos más ambiciosos del equipo cartagenero.

Polivalencia con nota

La trayectoria de Chus Herrero es una historia de oportunidades. Primero en el club de su vida, donde tuvo que adaptarse al carril diestro y al eje de la zaga. Pero también ha jugado como mediocentro defensivo, y siempre cumpliendo con las directrices del entrenador. Un luchador dentro del campo, que destaca por su seguridad en los balones aéreos, gracias a su más de 1,80 metros de altura, y su buena colocación. Durante la temporada pasada, se recuerdan pocos encuentros en los que no rayara a un buen nivel. El lateral zurdo tampoco le es desconocido, siendo una navaja suiza para cualquier entrenador, gracias a que es capaz de participar, siempre con un buen rendimiento, en las cuatro posiciones que forman una línea defensiva.

Extrapolando su caso, podía asemejarse a Carlos Peña. Un futbolista que rara vez comete fallos, aunque en el curso pasado sí lo hiciera, contagiado por las dificultades que mostró el equipo. Un refuerzo de experiencia y contundencia para el Real Valladolid, que a buen seguro tendrá en él un comodín en la defensa central, de mayor nivel esta campaña en Segunda que la anterior en Primera, cosas del destino y las incorporaciones.

Viejos conocidos

Con Rubi coincidió en el Girona, aquel equipo de ensueño que maravilló a toda la división de plata logrando disputar unos playoffs. Pero también tiene recuerdos de Óscar y Lluís Sastre. Con el primero, compartió vestuario durante el último curso que pasó el salmantino en el Real Zaragoza, y con el segundo, tan solo un verano, pues Sastre arribó al equipo zaragocista en 2007, pero fue cedido inmediatamente después al Huesca.

Con el técnico catalán disputó un total de 28 encuentros en defensa, ayudando a clasificar al Girona en cuarto lugar y pelear en una fase de ascenso siempre complicada. Con Rubi ya fuera del equipo gerundense, no tuvo suerte con las lesiones, ya que sufrió una en la rodilla y poco después recayó, disputando tan solo 13 encuentros durante este último año. Sin embargo, los problemas físicos ya están superados y ahora, su mayor reto, será convencer al preparador del Real Valladolid que tiene un sitio en el once titular para ayudar el sueño de regresar a Primera División cuanto antes.