La final del XXI Trofeo Diputación de Valladolid se presentaba en un escenario idílico para que el conjunto dirigido por Rubén de la Barrera se alzara con el título, un campeonato que ya conquistó en la edición del pasado curso futbolístico, si bien es cierto que no había que menospreciar ni mucho menos el nivel y la categoría del rival que se encontraría en dicho compromiso. Se trataba del CD Mojados, un plantel perteneciente a la Primera División Regional de Aficionados, es decir, la categoría que se encuentra justo por debajo de la Tercera División española.

La localidad pucelana de Rueda acogía por tanto el enfrentamiento entre el filial del Real Valladolid y el Mojados. Los primeros habían accedido al último partido del torneo después de eliminar en semifinales al Atlético Tordesillas por la mínima con más dificultades de las previstas, merced a una diana materializada por Sekou Gassama. Por su parte, los segundos llegaron a la final una vez que fueron capaces de doblegar en semis al Villa de Simancas en la tanda de penaltis, debido a que la contienda acabó con el resultado gafas tras la disputa de los 90 minutos reglamentarios.

El Promesas saltó al terreno de juego con un once algo atípico, sobre todo porque estaba repleto de juveniles en lo que se refiere a la alineación titular, una cuestión más que comprensible ante la cercanía del estreno oficial de la presente temporada en el campeonato doméstico en Segunda División B, un comienzo que tendrá lugar el próximo sábado en el feudo del Atlético Astorga. No obstante, los jugadores que salieron de inicio al campo demostraron sus ganas y su ilusión por demostrar su valía al míster y al resto de sus ayudantes, por lo que se pudo comprobar desde el principio que el futuro de la cantera blanquivioleta está más que garantizado.

La primera mitad estuvo marcada por un claro dominio del Real Valladolid Promesas, ya que el conjunto albvioleta no realizó ninguna concesión en los 45 minutos iniciales de la confrontación y salió con la intención de dejar la batalla vista totalmente para sentencia. Así fue como el segundo equipo del Pucela tomó la delantera antes del descanso por medio de los goles transformados por Dani Vega y Pelayo, dos integrantes del filial que estaban aprovechando la oportunidad que les había brindado el cuerpo técnico a las mil maravillas.

Parecía que el 2-0 sería una renta más que suficiente para los pupilos de Rubén de la Barrera, si bien es cierto que el CD Mojados no dio su brazo a torcer en ningún instante y logró igualar el duelo a los dos minutos de la reanudación a través del acierto anotador tanto de Saavedra como de Gonza. Ninguno de los presentes a las instalaciones municipales de Rueda (Valladolid) podía dar crédito a lo que estaba contemplando sobre el tapete verde, especialmente porque el filial blanquivioleta daba la sensación de estar sensiblemente mermado al sufrir una reacción tan directa como inesperada de su adversario.

Pero Dani Vega no estaba dispuesto a que el título se le escapara de las manos al Promesas, por lo que forzó una pena máxima que él mismo tomaría la decisión de ejecutar, un certero disparo que acabó en el fondo de las mallas de la portería defendida por Josu. Corría el minuto 78 de partido, por lo que todavía restaba un cuarto de hora (teniendo en cuenta el tiempo añadido) por delante para ver hacia qué lado se decantaría la balanza finalmente. El CD Mojados tuvo una ocasión estupenda de haber igualado de nuevo el encuentro, pero el libre directo botado por Gonzalo se estrelló con el poste de la meta custodiada por Jordán Godoy.

El árbitro decretó entonces la conclusión del choque y el Real Valladolid B se coronaba como campeón del XXI Trofeo Diputación de la capital del Pisuerga, un torneo que ya conquistó la campaña pasada al imponerse en la final al Villa de Simancas. De esta manera, los hombres de Rubén de la Barrera han completado una pretemporada caracterizada por varios altibajos, si bien es cierto que las sensaciones en la mayor parte de las pruebas disputadas han sido bastante satisfactorias. Aun así, lo verdaderamente importante arrancará el próximo sábado, día 23 de agosto, desde las 18:00 horas en el campo del Atlético Astorga, el oponente del filial del Pucela en el primer envite liguero del Grupo 1 de la categoría de bronce del deporte rey a nivel nacional.