La Copa del Rey. Esa mágica competición que despierta pasiones entre las aficiones. En la tarde de este festivo miércoles a orillas del Pisuerga, se enfrentaban el Real Valladolid y el Sporting de Gijón, en un choque con morbo en El Molinón. A diferencia de ocasiones anteriores, el conjunto pucelano salió a mandar. A dominar el cuero y buscar, cuanto antes, el primer gol. Las combinaciones en la frontal se sucedían, el pequeño Jorge Hernández hacía de las suyas. Timor, como brazo ejecutor, enfocaba su fusil. Lo intentó dos veces, la primera de ellas muy desviado, y la segunda algo más cercana al palo.

La presión albivioleta era muy fuerte, y daba sus frutos. El Real Valladolid dominaba a la perfección el choque. Y en un córner, llegó el tercer disparo de Timor. El valenciano aprovechó un rechace en la frontal y sin pensarlo engatilló con su poderosa zurda el balón, mandándolo a la cepa del alo, imposible para la estirada de Alberto. Los pucelanos se ponían por delante, y fuera de casa, quién lo diría, pensaría la parroquia vallisoletana, que hace tiempo que no celebra una victoria visitante.

Sin embargo, a raíz del gol, quin despertó fue el Sporting. Los asturianos ganaron en posesión, y en ocasiones. Mandi probó el chut, muy lejano, más de 30 metro, sin suerte. Después, se reclamó penalti por una zancadilla de Carmona, bastante evidente ante el error del colegiado, que señaló saque de esquina y no la pena máxima. Todo lo que había hecho el Real Valladolid, lo dejó de hacer desde que se puso por delante en el marcador. La presión ya no era efectiva, el Sporting movía más fácil el cuero y tan solo podía atacar con internadas de un Mojica que seguía ganándose el puesto.

Mandi, otro que quería afinar su cañón, impactó con el palo. Javi Varas era testigo de cómo su equipo se venía atrás, ante las acometidas locales vitoreadas por el escaso público que acompañaba a su equipo en El Molinón, el horario tampoco ayudaba. La polémica seguía muy presente, pues el árbitro puso una mano de Chus Herrero, sorprendente capitán de los visitantes, justo fuera del área, cuando la sensación fue de ser en el interior de los dominios de Varas. Los asturianos atacaban con más fuerza que calidad, con arreones, pero sin un centro del campo que dirigiera la comanda. Ahí es donde vencía el Real Valladolid, además de en el resultado. Sastre y Timor se compaginaron a la perfección durante los primeros 45 minutos, que finalizaron tras un contrataaque de Omar que no tuvo suerte.

Toma y daca que vence el Real Valladolid

Tras la reanudación, el Real Valladolid dio un pequeño susto a su rival. Roger cabeceó un centro, aunque el remate se fue desviado. Después de esta ocasión, el Sporting volvió a coger las riendas del encuentro, en lo que a producción ofensiva se refiere. Un córner con un remate desviado fue de lo poco que pudo conseguir en los primeros minutos. La presión vallisoletana regresaba, y solo permitía envíos largos ante una defensa que guardó muy bien su espalda. Ante la imposibilidad de crear jugadas trenzadas, los pupilos de Abelardo transformaban los saques de banda en centros al área, en busca de una conexión fugaz y directa que permitiera igualar el electrónico.

Un tacón, un pase en profundidad y un disparo. Receta del gol de Alfaro

Fue entonces, cuando menos se le esperaba, Alfaro comenzó a hacer gala de su calidad. El exjugador del Mallroca apenas había aparecido, Mojica y Carmona eran los más participativos por banda y este no había conseguido crear peligro. El Real Valladolid no pasaba apuros, pero tampoco buscaba con ganas el segundo. Pero lo encontró. Roger, que también sabe asistir, abrió el cuero para el onubense, que con maestría batió a Alberto cruzándole el cuero. Los chicos de Rubi habían viajado hasta Gijón para vencer y pasar de ronda. Sin un gran encuentro, pero con mucho oficio y saber estar, se veían con dos goles a favor cuando se cumplía la hora de partido.

Pero el Sporting nunca se rinde. Perder 0-2 ante tu público no está permitido, y los locales no iban a bajar los brazos. Pocos minutos después del segundo, los asturianos recortaron distancias en una buena jugada individual de Jony. El canterano dribló a su par y cruzó el cuero a Javi Varas, quien no pudo hacer nada, más que recoger el balón del fondo de la red y tratar de romper la espiral negativa en la que había entrado después de su expulsión en Liga. Rubi, previamente, había realizado una permuta defensiva, tratando de aguantar el resultado. Valiente entró por Jorge Hernández, diluido con el paso de los minutos. Cambio que no dio resultado, pues el gol del Sporting no tardó en llegar.

Con el marcador apretado, el Sporting maniató a su rival castellano. Tardó en reaccionar unos minutos, en los que Varas se encargó de evitar la de debacle, y sus compañeros respondieron. En una acción de estrategia, Óscar Díaz, que ingresó por Omar, intentó el disparo directo. El cuero chocó en la barrera y le cayó a Roger que asistió a Samuel, en el otro palo, para que el central rematara a la segunda, con la testa, dentro de las mallas. El Real Valladolid cortaba la reacción local de la mejor manera, con un gol. Puñetazo sobre la mesa.

El último cuarto de hora fue un quiero y no puedo del Sporting. El Real Valladolid hizo lo que tenía que hacer, dormir el encuentro, tocando en el centro del campo, dejando pasar los minutos. Mientras, los asturianos trataban de presionar y atacar con más corazón que cabeza, en un momento en el que las piernas acusaban ya el cansancio. Bustos tuvo en su cabeza dar emoción al final, pero no encontró portería. Varas hizo su labor final, e impidió el segundo de Jony. Desesperación, esa era la palabra para el Sporting, que no encontró manera para recortar distancias. Pero el electrónico no se movió, y el que pasa de ronda es el Real Valladolid, que ya espera rival en el sorteo. Una victoria de moral y confianza, al producirse lejos de Zorrilla ante un rival de esta entidad.