Cuando las cosas salen bien, lo lógico es que vayan a mejor. La historia de Rubén de la Barrera con la Segunda B, por el momento, es la de un romance correspondido, amado y que continúa en su máximo esplendor. La llegada del técnico gallego a la división de bronce revolucionó el Grupo 1, terminando con un modesto Guijuelo en puestos de playoff, lamiendo el ascenso hacia Segunda. Considerado el técnico revelación, comandando al equipo que deslumbró a todos, llegó a orillas del Pisuerga para acometer un nuevo reto, guiar a un filial por la complicada categoría de los cuatro grupos.

Con el Guijuelo sumó su primera victoria en la quinta jornada

A pesar del éxito final, el inicio con el Guijuelo no fue tan positivo. En las primeras siete jornadas de Liga, las que podrían considerarse como la toma de contacto y primeras sensaciones, tan solo consiguió un triunfo. Tres puntos sumados a cinco empates y una única derrota, para los ocho puntos que le situaron en undécimo lugar, a cuatro del que marcaba el último puesto de playoff. La victoria, de hecho, no llegó hasta la quinta jornada, y fuera de casa. El equipo salmantino era difícil de vencer, pero también era complicado que lograra la victoria. Más tarde entraría en una dinámica positiva, acumulando triunfos que le situaron en lo alto de la clasificación.

En una categoría tan igualada y complicada, vencer un par de partidos seguidos es situarte en los puestos cabeceros, mientras que dejarse puntos en el camino hace verse muy abajo en la tabla. Regresando a la temporada actual, su Real Valladolid Promesas ha mejorado el arranque del Gijuelo que entrenó. Con 13 puntos, y cuatro victorias, los albivioletas saben lo que es vencer, y de forma contundente; también ajustada, pues ante el Real Oviedo sufrieron de lo lindo, en el que es uno de los mejores choques de todo el grupo hasta la fecha.

(Foto: Real Valladolid).

Un inicio que supera al del curso pasado de De la Barrera, pero con una derrota más, un total de dos encuentros perdidos. La clave ha sido la confianza que han ido ganando los jóvenes jugadores pucelanos, para vencer ya dos partidos fuera de casa, y otros dos en campo propio. El empate, conseguido en la última jornada, adereza un arranque soñado para un equipo que regresaba tras años de ausencia a la categoría. A dos puntos del playoff, o lo que es lo mismo, a golpe de victoria, el Promesas se ha sacudido totalmente la presión de la permanencia, y está inmerso en una pelea que a priori parecía lejana, la de los puestos cabeceros.

Mientras, el Guijuelo de De la Barrera ya no es una revelación, pues ha dado continuidad a lo logrado el curso pasado, y aventaja en un punto a los vallisoletanos, superando también el registro anterior. Ahora, la sorpresa podría considerarse el filial blanquivioleta, que en su retorno ha vencido ya a equipos importantes de la categoría, y se erige como uno de los conjuntos a tener en cuenta durante el resto de la temporada.

Habrá que esperar si, tras el buen inicio liguero, el Promesas continúa en espiral ganadora y logra una sucesión de victorias, como ya hiciera De la Barrera un año atrás, para situar al equipo en puestos aún más altos. Por el momento, las cosas salen bien, los jugadores cumplen y tienen oportunidades en el primer equipo, y la revelación comienza a teñirse de blanco y violeta.