En una mañana de domingo lluviosa y oscura, pocos, para el partidazo que se venía, acudieron hasta el Estadio José Zorrilla para animar a un conjunto, el de Rubi, que se jugaba el liderato de la categoría de plata del fútbol español.

El Real Valladolid Las Palmas, es, a buen seguro, uno de los mejores partidos dentro de la Segunda División que se pueden presenciar analizando el partido a priori y también lo fue a posteriori, a pesar de la derrota de los pucelanos, pero a pesar de ello, solo 10.047 aficionados se desplazaron hasta el santuario blanquivioleta, floja entrada para el partido que se iba a disputar y la importancia del mismo.

Partido parejo y remontada amarilla

El choque, en lo que a lo futbolístico se refiere entre pucelanos y canarios, fue de lo mejorcito que se puede ver en esta categoría b del fútbol español en la actualidad. Los de Rubi, que a pesar de jugar en casa, no se encuentran incómodos siendo dominados y los de Paco Herrera, que demuestran jornada tras jornada, que son el equipo que mejor juega al fútbol de la categoría.

Los Nauzet, Castellano, Roque y sobre todo Araujo que apunta maneras y le veremos, a buen seguro y dentro de un equipo puntero en España o fuera, demuestran que tienen un buen hacer con el balón y un estilo definido consistente en colocar como piedra angular de su fútbol al esférico.

A pesar de que el Pucela se adelantó en el marcador con un gol de Óscar Díaz, que fue celebrado efusivamente y por partes iguales entre compañeros y afición debido al valor que tenía y que así el madrileño se quita un peso de encima (estaba pasando un mal momento en lo que a lo anímico se refiere debido a la falta de puntería), los insulares se llevaron los tres puntos con los tantos de Momo, de penalti, y Vicente Gómez y dieron un golpe de autoridad sobre la mesa, dejando al conjunto local con muchas dudas.

El Real Valladolid, de más a menos

Con el paso de las jornadas y a pesar de que la imbatibilidad permanecía imperturbable en los datos estadísticos del conjunto de Joan Francesc "Rubi", los pucelanos vienen demostrando en las tres últimas jornadas que han pegado un bajón en lo que a lo futbolístico y físico se refiere.

El partido de Miranda de Ebro, ante el Mirandés, sirvió para sacar a la luz que los vallisoletanos son un equipo timorato fuera de casa, lo que se confirmó una semana más tarde en la Nova Creu Alta ante el Sabadell. Lo que ha quedado claro en el partido ante Las Palmas es que confiando toda la suerte a una jugada de Mojica o Bergdich por banda, las cosas no funcionan, y menos si el colombiano y el franco-marroquí, tocados a lo largo de toda la semana, comienzan el partido desde el banco.

El Valladolid está yendo con el paso de las jornadas a menos, y sea por una cuestión anímica o física, las lesiones de Alfaro, Jesús Rueda, o anteriormente Jeffren y Marc Valiente y fundamentalmente la de Roger, el nueve del equipo, están influyendo, para mal, pero toca levantarse.

Problemas en varias líneas

Lo que sí ha dejado claro el partido ante Las Palmas, es que el equipo, como apuntábamos una línea más arriba, es que necesita un nueve como el comer tras la lesión hace ya dos meses de Roger.

No es que Óscar Díaz no valga para esa posición, o que se le vaya a castigar a pesar de haber anotado hoy el tanto de la victoria, si no que el equipo necesita un nueve fiable que aporte esos goles que desde la banda seguro que les va a servir bien Bergdich, bien Mojica, que en la actualidad están como tiros.

Lo que también es cierto es que el Real Valladolid, con la única aportación de sus dos extremos, y agarrándose a ellos como clavo ardiendo tiene muy complicado su retorno a la máxima categoría del fútbol español. Toca arrimar el hombre por parte de todos y cada uno de los integrantes de la plantilla y buscar un nueve en ataque para que en conjunto pucelano no esté huérfano de gol, como en la actualidad.

Fotografías: www.realvalladolid.es; www.lfp.es.