El reloj avanza inmisericorde y ya ha pasado un tercio de esta larga y exigente temporada que el Pucela tiene que disputar en Segunda división. El objetivo de recuperar la categoría se proyectó tan pronto como se consumó la caída, de modo que desde los despachos no tardó en buscarse refuerzos en pos de elaborar una plantilla competitiva que sea capaz de volver cuanto antes a Primera. Fueron once los futbolistas que se aunaron al vestuario de Zorrilla, todos ellos concienciados para dar lo mejor de sí mismos.

El descenso a Segunda implicó que la dirección deportiva del Real Valladolid tuviera que elegir con suma delicadeza los fichajes que reforzarían una plantilla descompuestas por las fugas que toda pérdida de categoría conlleva. Al frente de esta parcela se situó Braulio Vázquez, con muchos más conocimiento de esta materia que sus predecesores Marcos y Juan Carlos, de modo que el exvalencianista rastreó el mercado en busca de jugadores buenos, bonitos y sobre todo baratos, pues la situación económica del club no permite apenas desembolsos o salarios elevados.

Esta labor se realizaría bajo la premisa de conseguir un ascenso prácticamente inmediato, pues de lo contrario los planes de pago de la deuda serían inabordables, convirtiéndose en una amenaza para el futuro del Pucela. El pasado ocho de abril el club anunciaba que reforzaba la dirección deportiva con Braulio, cuyo compromiso no varió a pesar de que el equipo recalara en Segunda. Siete meses después, el vestuario de Zorrilla cuenta con muchos rostros llegados en verano bajo la tutela de Vázquez, quien recomendó su fichaje merced a las posibilidades que podrían aportar al plantel. Aquí puedes disfrutar de la segunda parte de este análisis.

En julio, el club salía de la temible Ley Concursal que atenazaba sus cuentas en busca de reflotar la situación económica del Real Valladolid. El proceso no fue sencillo, como apuntaba el administrador Ricardo Nieto: “Ha habido muchos escollos, este ha sido un concurso donde hemos tenido que andar con pies de plomo, tratar de que todos entendieran la situación y que pusieran de su parte. Debía ser así para que saliese adelante. Al final, el Real Valladolid sigue vivo, aunque esté ahora en Segunda”. Una vez en la categoría de plata, llegaba la hora de reforzarse.

Por orden de incorporación, estos son los hombres que se unieron a la disciplina blanquivioleta: Rubi (entrenador), André Leao, Roger, Chica, Samuel, Chus Herrero, Óscar Díaz, Timor, Mojica, Javi Varas y Alfaro. Su rendimiento ha sido dispar, si bien entre todos han conseguido que el Valladolid se encarame a la cabeza de la tabla, ya que si algo está caracterizando a la escuadra castellana es su competitividad en todas las posiciones.

Rubi

Braulio y Carlos Suárez apostaron por el catalán en busca de recuperar el sello Djukic perdido en la etapa de Juan Ignacio en el banquillo pucelano. Su buen hacer en el Girona, a quien llevó sorprendentemente a los play-off de ascenso de hace dos campañas, así como que el año pasado integrara el cuerpo técnico del ‘Tata’ Martino en el FC Barcelona, fueron clave para que recibiera la llamada definitiva.

Los dieciséis partidos (dos de Copa del Rey) que ha dirigido se han saldado con nueve triunfos (dos de ellos coperos), cinco empates y dos derrotas, la última la Semana pasada en Zorrilla ante Las Palmas. Dos empates y un partido perdido de los tres últimos disputados han empañado ligeramente el mejor arranque liguero en Segunda, incluso por encima de los realizados por dos iconos como Mendilibar o Djukic en los anteriores ascensos.

Sus jugadores han acaparado el 53% de la posesión, pues en torno al balón gira la idea de juego de sus pupilos. Los once goles encajados lo convierten en el segundo equipo menos goleado de la categoría, solo mejorado, con el Sporting de Gijón, una faceta que brilla más que en las dianas anotadas, pues las diecisiete veces que se perforó la puerta rival son muchas menos que otros rivales por las posiciones de cabeza.

Con 5.760, Pucela es el segundo equipo que más pases ha completado de la Liga Adelante, solo rebasado por Osasuna. El porcentaje de acierto alcanza el 75,6%, un indicador más de que Rubi defiende que el juego de sus futbolistas se apoye en la combinación y la posesión del esférico.

Javi Varas

El cancerbero sevillano no faltó a la palabra que le dio a Braulio en el verano y, pese a que se dilató su proceso de adiós al Sevilla CF, Varas puso rumbo al Real Valladolid, donde no tardó en convertirse en el portero titular, por delante del internacional venezolano Dani Hernández y el filial Julio. Sus inicios dubitativos, con cante y expulsión incluidas en su debut, han quedado atrás y se han sustituido por una mayor solidez bajo palos y seguridad en las distintas facetas del juego, fundamentales para que su equipo sea uno de los menos goleados de la categoría.

Cinco de sus once partidos acabaron sin recibir goles, si bien ha recogido ocho veces cuero del fondo de sus mallas. Ha realizado 29 exitosas paradas, algunas clave como en Anduva o Nova Creu Alta, así que ha repelido el 78,4% de los disparos a puerta de los rivales. Sus dudas en juego aéreo se traducen en 13 despejes por solo ocho balones atrapados, aunque el propio Rubi ha manifestado que prefiere que Javi repela de puños si cree que es lo mejor, ya que le cuesta más blocar la pelota directamente.

Javi Chica

Con la incorporación del exjugador del Betis y Espanyol, el Valladolid se aseguraba tener un lateral derecho fiable y cumplidor, con una larga experiencia a sus espaldas para suplir la baja de Rukavina. Sus primeras jornadas no fueron de pleno agrado para los aficionados, que han visto cómo el paso de las semanas de entrenamiento y los partidos han dado confianza al de Barcelona, cuyo rendimiento va al alza.

Los únicos tres partidos vividos desde el banquillo fueron ante Lugo, Numancia y Mirandés, conjuntos que destacan por su dominio del juego aéreo y de las acciones de estrategia. Con apenas 1,76 metros de altura del catalán, Rubi apostó por Chus Herrero para estos partidos, ya que su corpulencia se convirtió en un factor fundamental para solventar este tipo de jugadas. Chica no cuenta con un suplente específico, lo cual no implica que pueda permitirse el lujo de relajarse toda vez Chus Herrero puede actuar en esa posición. De este modo, atesora once titularidades en su haber.

Samuel

El central se unió a la disciplina de Rubi merced a una cesión desde el Celta de Vigo, sabedor de que la pareja formada por Rueda y Valiente es más propia de Primera que de Segunda. La fuerte competencia que tendría que afrontar no fue óbice para que aceptara Valladolid como destino, donde tendría que ganarse los minutos. Su oportunidad llegó debido a la lesión de Marc, si bien al poco de conocerse la recuperación del catalán, su compañero pacense también cayó, de modo que Samuel estará más jornadas en el eje de la zaga castellana, aunque tendrá que lidiar con el polivalente Chus Herrero.

Llorca suma ya seis partidos como albivioleta, sumando en ellos 22 recuperaciones y un porcentaje de éxito en los duelos con los delanteros del 57,6%. A su vez, con más del 80% de porcentaje de pases completados, es uno de los pilares sobre los que se sustenta el juego del Pucela, que gusta de salir tocando desde atrás. Estrenó su faceta goleadora ante el Sporting en el duelo copero disputado en El Molinón.

Chus Herrero

El ex del Girona es el único jugador del platel que había coincidido con Rubi antes de la llegada de este a Valladolid, pues se vieron hace dos cursos en Girona. Sin embargo, esto no implica trato de favor alguno hacia el maño, pues no es uno de los hombres fundamentales de este Pucela, ya que lleva apenas cinco partidos disputados. Su contrato dura solamente un año, ergo cada vez que juega se enfrenta a un examen particular.

Con Chus queda confirmado que los zagueros castellanos son el eje en torno al cual gira el juego pucelano, que se estructura desde la línea defensiva. Con su 80,1% de acierto en pases y sus 21 recuperaciones se convierte un buen remplazo para la pareja Rueda-Valiente, llamada a ser la titular en el centro de la retaguardia, aunque el entrenador está apostando más por él como lateral derecho, especialmente contra rivales que tienen fortaleza a balón parado.

Mojica

Curioso el caso del colombiano, que en apenas unas semanas pasó de ser un suplente más del banquillo a uno de los jugadores más importantes para el técnico. Su extrema velocidad por banda es capaz de romper las defensas rivales, así que de esta manera suple una acusada carencia de técnica que provoca que se le apague la luz cuando los zagueros impiden que se vaya de ellos por su rapidez. Entre Bergdich y él han tirado del Valladolid en varios partidos en los que el gol y la lucidez ofensiva brillaban por su ausencia, algo que parecía imposible a principios de campaña.

El teórico lateral zurdo ha jugado mucho más como extremo, si bien sus 34 recuperaciones detallan que no tiene problemas a la hora de bregar por el esférico. Sus dos goles llegan en seis disparos entre palos, aunque estos buenos números se empañan por sus imprecisiones en campo contrario, especialmente en la conducción de contrataques, pues tanto en la igualada en Sabadell como en la derrota ante Las Palmas no gestionó bien sendas situaciones de superioridad frente a la defensa rival.

Imágenes: Real Valladolid | LFP.