Si la Copa del Rey de por sí no engancha al público, más aún con un rival de poco atractivo como el Elche, las obras que impedirán acceder a Zorrilla por la calle Padre José Acosta podrían implicar que el espectador se quede en casa y no se tome la molestia de caer en un embotellamiento de camino al estadio. La incorporación norte estará cerrada a causa de unas obras en el colector de aguas.

De esta manera, los aficionados que quieran ver in situ el partido tendrán que recurrir a la incorporación o bien desde la ronda o bien desde la Avenida del Monasterio de Nuestra Señora del Prado, que conecta el Puente Colgante con la Avenida de Salamanca. El partido podría ser el bálsamo que alivie el mal momento que atraviesa el equipo.

La previsión es que las obras ya estén terminadas para el domingo, pues el Pucela recibe al Recreativo de Huelva, de modo que este contratiempo será breve y no debería afectar en demasía ni al Real Valladolid ni a su masa social.