Él nunca tuvo la velocidad de plusmarquista de Johan Mojica. Tampoco ese guante privilegiado de Pedro León. Pero si algo atesoraba Sisi era pundonor, casta, entrega y esa dosis de testosterona que engancha a los aficionados a la causa de un albaceteño menudo que jamás se achicó en su etapa en el Nuevo José Zorrilla. Allí se sentaba un socio muy particular. Cada vez que Sisiano, como cariñosamente -con una dosis de embrollo lingüístico- lo llamaba el querido José Luis Mendilibar, iniciaba una carrera con o sin el balón en los pies, este socio iniciaba su ritual.

"¡¡Vamos, Perrilla!!". "¡¡Vamos, vamos, vamos, vamos!!", exclamaba el señor al bravo Sisinio, como si en lugar de un futbolista se tratase de un galgo que corre raudo hacia una perdiz abatida en la meseta castellana. Sisi no necesitaba que se le espolease, ya que jamás ahorró un esfuerzo con el escudo vallisoletano en su pecho, puesto que no le importó tener el hombro dislocado y que se le saliese constantemente en su último curso en Pucela para darlo todo en busca del ascenso ante la atenta y agradecida mirada de Djukic.

"Corre, perrilla"

Este domingo se ven el pasado y el presente de ese extremo derecho que no llegaba al 1,70. Aquel Sisi que debutara en Primera con el Real Valladolid en 2007 se iba a Osasuna cinco años después, tras devolver a la élite al equipo que llevó a este internacional en categorías inferiores a jugar en los principales campos de España. En Pamplona aguardaba su mentor, ese 'Mendi' cascarrabias pero agradecido cuando un futbolista le agradece su confianza con entrega y dedicación. El Sadar recibía con los brazos abiertos al manchego, cuyo corazón guardó con llave el cariño que toda Valladolid le dispensó en su lamentado adiós.

Uno de los peores recuerdos para Sisinio fue la infausta campaña de 2009-2010, que concluyó con el descenso del Pucela a Segunda. En ella, el de Albacete se pasó la inmensa parte de los partidos lesionado. Nadie sabe qué hubiera pasado si hubiera estado disponible. "Perrilla" se fue, el señor que lo condecoró con ese curioso apodo lleva unos años sin acudir al feudo albivioleta. Pero lo que jamás se irá de la memoria y de los muros del Nuevo José Zorrilla será el esfuerzo y la honradez de Sisinio González, 'Sisi'.