El Real Valladolid ya tiene su delantero centro. El que buscaba Rubi. Tulio de Melo, brasileño que ha disputado la gran parte de su carrera, aterriza a orillas del Pisuerga para sumarse a la pelea por el ascenso. Se trata de un ‘9’ puro, con gran capacidad física y un portentoso remate, ya sea con cualquiera de sus pies o con la testa. Sobre todo, va espléndidamente bien por alto, y un gran número de goles que ha marcado, los ha hecho de esta manera. Además, no le tiemblan las piernas a la hora de tomar la responsabilidad y lanzar un penalti. Su potencia y destreza con el cuero, dotan de muchas opciones al ataque albivioleta, a la espera de la recuperación de Roger.

Así, el conjunto pucelano contará, cuando el valenciano se recupera, de tres delanteros de perfiles diferentes. El propio Roger, un ariete capaz de tocar, moverse y buscar desmarques, pero también con capacidad de remate en área; Jonathan Pereira, un ratón de área con una gran calidad en sus botas, como ya ha demostrado en Mallorca; y De Melo, el último en unirse, el ‘tanque’ de toda la vida.

El Lille, su felicidad

Su llegada a Europa fue vía Dinamarca, en el Aalborg, conjunto en el que empezó a brillar, anotando seis tantos en menos de 20 encuentros. Buenos registros, pues desde el país nórdico dio el salto a Francia, en donde alcanzaría la madurez. Primero en el Le Mans, siempre en Ligue 1, logrando la cifra de 21 goles en tres temporadas. Especialmente anotadora la tercera de ellas, 2007/08, pues los 13 goles que sumó a su cuenta personal valieron el pase al Palermo, y de rebote, al Lille. Y es precisamente en este club, en el que conseguiría sus mejores resultados como profesional.

Foto. UEFA

No son cifras especialmente altas, pues en las cinco temporadas completas que pasó, no llegó a superar los seis goles. La última, el curso pasado, la que sería la sexta, fue la de sus despedida. La segunda mitad del año vistió los colores del Evian, donde tampoco perforó la red rival. Pero regresando al Lille, hay que destacar el curso 2010/11. El mejor año de la historia de este equipo francés, pues se llevó el campeonato de Liga y también la Copa, contra todo pronóstico. Rudi Garcia, que ya mostró el nivel de entrenador que tiene, comandó un equipo en el que estaban Rami, Debuchy, Cabaye, Mavuba, Gervinho, Hazard y Moussa Sow. El brasileño, debido al excelente ritmo goleador del senegalés, fue el habitual suplente de este en la delantera, pero se transformó en un desatascador de encuentros al que recurría su técnico cuando las cosas no iban bien.

Las lesiones en la rodilla le impidieron disputar más encuentros durante sus campañas con el Lille, pues arrastró problemas hasta 2010. Sí pudo jugar la Champions League, algo que muy pocos jugadores en Segunda División puede decir. En total, suma 40 goles en Ligue 1, por tres en competiciones europeas, divididos entre Champions y Europa League. Experiencia, no le falta.

Esta será su primera aventura en España, en la que el objetivo no será otro que el ascenso. Con contrato hasta final de temporada, de regresar con el Real Valladolid a Primera División podría suponer el prolongar su vinculación con el conjunto pucelano. Con 29 primaveras a sus espaldas, y las lesiones en la rodilla derecha ya olvidadas, el rendimiento del brasileño puede ser inmediato, ya que se ha entrenado a conciencia durante el periodo en el que ha estado sin equipo. Ejemplo de ello, haber superado una prueba física y de rendimiento con el Charlton Athletic, equipo inglés del Championship. Con su llegada, Rubi puede quedar satisfecho con las dos opciones que tiene para la delantera, más la que llegará en unos meses con la recuperación de Roger. Un delantero al uso, rematador y capaz de resolver un encuentro en una acción aislada. Oro puro para el Real Valladolid.

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