La SD Compostela volvió a llevarse los tres puntos ante el Promesas, esta vez en su propia casa. El conjunto gallego se puso por delante, y en un nuevo intento a la heroica de los de de la Barrera, salieron vencedores los locales. El encuentro tuvo ritmo, ocasiones y buen fútbol. Pero también concesiones en defensa, que a un equipo en Segunda División B, le pueden matar, como es el caso del filial albivioleta.

Desde el comienzo, se vio a dos equipos dispuesto a ir a por la victoria. Apenas habían transcurrido cinco minutos de juego, y ya hubo dos claras opciones de gol, una por cada conjunto. Brian y Mensha, el primero en un libre directo, especialidad del lateral zurdo, y el segundo en un mano a mano, pusieron las cosas complicadas a unos Marqueta y Julio que tuvieron que realizar lo mejor de sí mismos, respectivamente, para evitar el primer tanto.

Quien no falló fue Quim Araujo, batiendo a Julio por raso al recoger el cuero en el interior del área. Previamente, el mago del conjunto gallego había perdonado el primero, y l volvió a marrar el segundo antes del descanso, disparando de volea desviado en el segundo palo. Con ese 1-0, los locales se marcharon a los vestuarios. El Promesas lo tenía en su mano, pues no había encajado más goles y podía remontar el choque, como acostumbra en las últimas jornadas.

Foto: elcorreogallego.es

Pero no fue así, principalmente porque el Compos siguió buscando portería contraria. Mensha, de nuevo ante Julio, fallaba el segundo y daba alas a su rival. Carmona, con un fuerte disparo, respondía. Toma y daca. Golpe tras otro, hasta que cayera un nuevo tanto a favor de alguno. Jordan, tras el excelente servicio de Manu rodríguez, consiguió el objetivo que ambos buscaban y subió el segundo en el electrónico. El equipo gallego, gracias a las entradas de Iván Pérez y Lesmos, dominaba con comodidad el choque, pero el Promesas nunca se rindió.

Teto, de penalti que él mismo había forzado, recortó distancias. Quedaban poco menos de diez minutos y en ese momento, todos los jóvenes jugadores albivioletas, recordaron remontadas en jornadas, y al grito de es posible, se lanzaron a por todas sin importar recibir más goles. No encajaron, pero tampoco marcaron. Esta vez el Promesas no pudo remontar, y no porque no lo intentara, sino porque el Compostela, con oficio y paciencia, aguantó hasta el pitido inicial, cortando así la racha de cuatro encuentros sin perder fuera de casa de los pucelanos, y sumando ellos mismos dos seguidas ganando.