El Real Valladolid es como un reloj. Funciona con precisión, pero no siempre es la adecuada. La realidad del conjunto albivioleta, la situación en la que se encuentra, debería ser mucho mejor a estas alturas de temporada. Tras varias derrotas consecutivas, los pucelanos se ven abocado a ganar, sí o sí, ante Las Palmas, uno de los rivales directos por el ascenso directo. Los canarios, en un momento parecido, son el único equipo que le ha remontado un partido a los de Rubi.

Es así de sencillo. El Real Valladolid ha ganado 17 partidos esta temporada. En todos y cada uno de ellos, ha llegado con el marcador a favor al descanso. Es decir, se adelantó en la primera parte y supo administrar esa ventaja. Tan solo hay un encuentro más en el que el equipo de Zorrilla llegó con el electrónico en ventaja al término de la primera mitad, y es, como se ha dicho, en choque de la primera vuelta ante Las Palmas. Los canarios, en una gran segunda parte, dieron la vuelta al resultado y se llevaron la que fue la primera victoria visitante en el feudo blanquivioleta.

El Real Valladolid ha ido ganando al descanso en 18 ocasiones; ha sumado tres puntos en 17 de esos encuentros

Esto, más allá de que el Real Valladolid sea un equipo complicado de superar cuando se pone con el marcador a su favor, trae otra reflexión. El cuadro de Rubi no sabe reaccionar tras el descanso. Si llega ganando, será complicado que pierda. Pero si no ha logrado anotar, difícilmente lo hará en la segunda parte. Otro dato, que sustenta esta teoría. Contando solo con las primeras partes, los albivioletas serían primeros de la Liga Delante de forma muy holgada, con nueve puntos de diferencia respecto al segundo. Sin embargo, contando solo las segundas partes, estaría en descenso a 25 puntos del primero. Mucha diferencia para un equipo que tiene como meta pelear por la vuelta a Primera.

Como bien ha comentado Rubi en la rueda de prensa previa al choque ante Las Palmas, no marcar en la primera parte está lastrando al equipo. Bien puede ser porque los jugadores notan el cansancio o los nervios, o porque el rival se crece según avanzan los minutos y ve que su portero no es superado. No anotar en el primer periodo ha significado seis empates a cero, junto con las tablas sumadas en Gijón, en dicho encuentro, el Real Valladolid sí fue capaz de marcar en el segundo tiempo, pero le empataron en la recta final.

Derrotados física y mentalmente 

En lo que a derrotas se refiere, hasta en cuatro ocasiones el Real Valladolid ha llegado con empate sin goles al descanso y ha caído derrotado por encajar en el segundo tiempo y no saber reaccionar. Todas ellas, fuera de casa: Lugo, Leganés, Llagostera y Tenerife. Razón suficiente par afirmar que este Pucela no es equipo de finales de partidos. En otras cinco derrotas más, el rival albivioleta iba ganando tras el primer tiempo y los de Zorrilla no supieron, tampoco, dar la vuelta a la situación: Albacete, Betis, Ponferradina y Osasuna. La última derrota tiene como especial ser el único encuentro en el que el Real Valladolid ha empatado el resultado al descanso (contra Osasuna los de Rubi igualaron el electrónico pero encajaron el gol definitivo en los primeros 45 minutos), y se ha visto superado en la reanudación. La décima derrota es la ya señalada ante Las Palmas. 

Con todos los resultados sobre las mesa, los goles y las sensaciones; es conveniente afirmar que este Pucela de Rubi no está teniendo las fuerzas mentales y físicas, por la razón que sea en cada partido, para poder reaccionar a tiempo. Muchos han sido los encuentros en los que se ha visto superado y debió dar un paso adelante, pero el descanso no suele sentar bien a los hombres que visten la blanca y violeta cuando se ven por debajo en el marcador. Por ello, para este final de Liga, es uno de los principales errores a corregir, empezando por el choque ante Las Palmas, único equipo que ha remontado un encuentro a los de Zorrilla. Tan solo son datos y estadísticas, pues en esta recta de meta pueden verse volteados. 

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