Joan Francesc Ferrer estaba en la cuerda floja. La concatenación de partidos sin ganar, a lo que se sumó el paupérrimo juego del equipo castellano, crearon una situación insostenible en el banquillo de Zorrilla. Nuevamente fuera del 'fortín' blanquivioleta, los de Rubi fracasaron ante un rival que para nada se mostró candidato a grandes gestas.

La introducción de cinco defensas en el plantel trastornó a una afición expectante por ver a Álvaro Rubio como titular después de su inconmensurable partido ante el Sabadell. El manchego se cayó del once en pos de Rueda, que ocupó un puesto que años atrás fue habitual para él. El central no lo hizo nada mal y la estrategia del técnico de Vilassar de Mar salió, más o menos, como esperaba: salir a la contra rápidamente y tener una referencia defensiva clara en la línea medular.

La nota negativa la puso el defensa central Samuel Llorca. El de hoy fue su segundo partido consecutivo saliendo desde el inicio, formando dupla con Marc Valiente después de cuajar un enorme encuentro ante el conjunto arlequinado. El jugador, ex Celta de Vigo, vio la quinta cartulina amarilla y se perderá el próximo encuentro, ante el Leganés, por lo que el entrenador no podrá jugar con el mismo esquema de hoy si es que no confía en Chus Herrero en el centro de la zaga.

El tinte optimista de este punto que a poco supo en las islas, fue la confirmación de Roger como auténtico killer albivioleta. El ariete valenciano volvió a anotar después de hacerlo contra el Mirandés, reafirmándose como delantero de referencia de un equipo que, con su lesión, se quedo huérfano de puntas y aún fichando a Jonathan Pereira y a Túlio de Melo, no encontró mejor sustituto de Roger que el propio Roger.