El Real Valladolid cosechó una nueva victoria a domicilio, esta vez a costa de un flojo Barcelona B. Los de Rubi retoman la senda de la victoria tras un tropiezo estrepitoso ante el Osasuna el pasado fin de semana: "Se ha visto un buen partido", dijo el entrenador de Vilassar de Mar, que tan cuestionado ha sido últimamente por la irregularidad de sus resultados y la falta de identidad en el juego de sus pupilos. A diferencia de otros partidos, la eficacia no fue el buque insignia de los visitantes, que se impusieron a los de Vinyals obteniendo un resultado corto en relación con las oportunidades generadas: "Hemos estado más acertados cuando peor lo estábamos pasando".

Más allá del buen o mal juego del equipo, lo que de verdad interesaba era el resultado. Ya no para alcanzar el segundo y utópico puesto, sino para conseguir una buena posición de cara al playoff. En el plano más resultadista, el Real Valladolid completó un partido redondo: "Nosotros lo que queríamos era conseguir una victoria y encima con buenas sensaciones, pues me voy satisfecho". Cierto es que el Barcelona B, como ocurrió en la ida, no fue rival de contundencia para amedrentar a un Pucela de gala: "Ellos también tienen dificultades atrás, entonces valía la pena tomar algún riesgo pero un poco controlado"

Nosotros lo que queríamos era conseguir una victoria

Pese a haber conseguido los tres puntos, las buenas sensaciones siguen sin cuajar en los aficionados blanquivioletas. Sin idiosincrasia, el equipo navega  errante en determinados lapsos del partido, como ocurrió en la primera mitad: "Al tener alguna ocasión muy clara que no hemos transformado, nos ha hecho frenar un poquito", explicó el preparador catalán. Asimismo y a diferencia de la última cita contra el conjunto rojillo de Pamplona, los zagueros tuvieron el suficiente criterio para salir desde atrás con el balón jugado, aunque la medular (Timor y Leao) no ayudaron demasiado: "La intención de sacar el balón la hemos tenido en todo el partido"

Partido importante también para el hispano-venezolano Jeffren, que tras muchas jornadas sin marcar, pudo redimirse y hacer el chicharrito vital, el gol que le haga sentir importante en un equipo en el que debería ser importante: "Estoy muy contento con él, él está con muchas ganas de ayudar al equipo, felicitarle porque lo necesitaba", sentenció Rubi, después de dejarle en la banca en innumerables ocasiones azuzado y acusado directamente por seguir confiando en él sin recibir un rendimiento suficiente de vuelta.

Cuando perdemos solo es culpa mía

El entrenador también quiso expresar su desazón: "Cuando perdemos solo es culpa mía", en una de las frases más contundentes que se le recuerdan al catalán desde que tomó las riendas de este vestuario. Su compromiso con el Club es una realidad: "Peleando hasta el final vamos a tener la opción de subir", comentaba. El ascenso directo no está virtualmente perdido y Rubi todavía sueña con él pese a que su consecución, ahora mismo, es un sueño prácticamente inalcanzable: "No entiendo que podamos bajar los brazos cuando matemáticamente es posible. Es que no me entra en la cabeza". Contundencia del cabecilla de esta banda de ganadores. Contundencia que, por otra parte, encanta a los hinchas del Zorrilla.