Los peores nubarrones se ciernen sobre el Estadio José Zorrilla y las preguntas comienzan a rondar las cabezas de los aficionados pucelanos que vieron en la tarde de ayer como su equipo volvía a naufragar, en casa como el día aquel en el que se cayó ante el Albacete por 0-1, pero esta vez ante un conjunto de mayores quilates como el Real Zaragoza que se llevó tres puntos merecidos del santuario pucelano.

Los locales se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Óscar de penalti de esos que no se pitan pero son y acabó sucumbiendo en los minutos finales tras dos zarpazos de los maños, el primero de William José tras un rechace en el larguero y gracias a un remate a bocajarro ante el que nada pudo hacer Javi Varas y el tercero, cuando el Pucela estaba completamente desarmado y en busca del gol del empate, fue obra de Eldin tras un gran contraataque llevado a cabo pode Javi Álamo.

La derrota sirve para perder matemáticamente las remotas opciones de ascenso directo que quedaban y para confirmar que el equipo, a pesar de las victorias ante Barça B del martes o del Recreativo de Huelva en el Colombino con el partidazo de Óscar, no está bien y tendrá que mejorar mucho si quiere ser competitivo ante rivales tan duros como Sporting de Gijón, Las Palmas o el propio Real Zaragoza, equipos con los que se las tendrán que ver los de Rubi en la fase de ascenso.

Una derrota que mina la moral

Partido negro, gris de un Real Valladolid al que se le volvió a ver apático y se volvió a transformar en ese espíritu conjunto, suma de 11 jugadores, que deambulan por el terreno de juego sin saber muy bien cuál es su acometido. De nuevo los pucelanos no eran conscientes de la importancia del choque no solo por los tres puntos que estaban en juego, sino también por las sensaciones y la seguridad que daba el acumular el séptimo partido sin conocer la derrota.

El Real Zaragoza fue superior al Real Valladolid y se apuntó una victoria merecida

Pero esta racha se rompió, principal y fundamentalmente porque en el cómputo global de los 90 minutos el equipo visitante fue a más. Los de Ranko Popovic se jugaban mucho, de cara a asegurar la sexta y última plaza de playoff y aventajar lo máximo posible a sus máximos rivales, véase Ponferradina. El Real Zaragoza fue netamente superior desde los primeros minutos del choque a una escuadra, la que preside Carlos Suárez, que de nuevo se volvió a achantar cuando delante se encontraba un rival de una envergadura similar a la suya como ya ocurriera en el Benito Villamarín, en El Toralín o en Montilivi. La derrota mina, y mucho, la moral al conjunto albivioleta de cara a afrontar los dos últimos partidos de liga ante el Deportivo Alavés el próximo fin de semana y en Mendizorra y ante la Unión Deportiva Llagostera para cerrar este curso futbolístico 2014-2015, en Zorrilla.

Las lesiones y las ausencias de cara al playoff

La lesión de Marc Valiente y la más que posible marcha a la Copa América de Mojica y de Hernán Pérez van a dejar al Pucela muy tocado de cara a afrontar la ruleta rusa del playoff en la que el conjunto de ‘Rubi’ se ha metido para lo bueno, pero fundamentalmente para lo malo, porque todos confiaban por plantilla y resultados sobre todo hasta el mes de febrero, que podría lograr el ascenso de forma directa.

La lesión de Marc Valiente y las ausencias de Hernán Pérez y Mojica pueden mermar mucho al Pucela

Una vez superados los deseos y situándonos en el suelo tras la bofetada de ayer del conjunto de Popovic, hay que pensar ya en cubrir estas tres bajas de la mejor manera posible. Los recambios naturales de Hernán y Mojica son Omar y Jeffren, pues ellos tienen que disputar los dos encuentros finales de la temporada y volver a recuperar sensaciones, cosa que se presenta sumamente difícil ante lo visto esta campaña.

Lo que también hemos visto es que Jesús Rueda tampoco está bien y será el sustituto de un Marc Valiente que poco va a poder jugar ya. Si a esto le sumamos que Álvaro Rubio acusa sus 36 años, que la lesión de Alfaro está reciente, que Javi Chica también viene arrastrando molestias, los problemas se acrecientan y hace que el recambio sea difícil y baje muchos quilates con respecto a los jugadores que no se va a poder contar en el playoff.

Con un panorama muy negro

Difícil recuperar la fe tras el varapalo severo de ayer por la tarde. Difícil ya no solo para el que les escribe, sino para la afición que salió del Estadio José Zorrilla consciente de que su equipo se apaga partido tras partido, salpicado por las lesiones por un lado, con un tono físico poco deseado para un final de temporada sumamente exigente.

Con un Rubi cuestionadísimo, la cuestión es saber si el equipo se va a levantar y va a competir en los playoffs de ascenso

Los aficionados del Pucela apuntan a un hombre, el míster Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ al que le cuesta un horror mostrar su disconformidad con su equipo y dar un grito con autoridad al grupo. Si a esto le sumamos que en lo táctico, y en las últimas fechas, el de Vilasar de Mar tampoco está encontrando la tecla, obtenemos un entrenador nulo, que no sirve para el Real Valladolid.

Ya es tarde para sustituir a ‘Rubi’ y para pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. A pesar del panorama negro que el equipo tiene, hay que seguir a pesar de que el final de estar historia parece no tener un final feliz para el conjunto de la capital del Pisuerga y que el estar el año que viene en Primera se vuelve cada vez, y por sensaciones y resultados, en algo más utópico.