Segunda vez que los despachos del José Zorrilla reciben a un ex jugador de la UD Las Palmas este verano. Tras la reciente contratación de Guzmán Casaseca, el Real Valladolid ha hecho oficial la contratación de Marcelo Silva hasta junio del próximo año. El uruguayo, a sus 26 años, vivirá una nueva etapa en la Liga Adelante y con éste ya serán tres equipos del fútbol español a los que ha pertenecido.

El jugador de Mercedes parece que desde sus inicios como profesional, siempre ha tenido una lucha constante por hacerse un hueco en un once titular, sobre todo en el viejo continente. En Uruguay supo sacarse un nombre tanto en el Danubio como en el Peñarol, pero desde que llegara a tierras andaluzas para vestir la elástica del Almería, el jugador ha tenido que luchar con uñas y dientes para no estar en los banquillos.

Combina su poderío  aéreo con un buen manejo del balón con los pies

Con todo ello, el equipo blanquivioleta se hace con los servicios de uno de los defensores más completos de la Liga Adelante. Su gran envergadura, que está muy cerca de superar los 1,90 metros, le hacen ser un jugador bastante difícil de superar tanto en el uno contra uno como en el juego aéreo. Su buen juego con los pies le permite salir con el balón controlado e iniciar el mismo las jugadas ofensivas del equipo, y su olfato goleador no descansa pese a ser un central nato.

Fotografía: UD Las Palmas

En el aspecto ofensivo ha resultado ser un desatascador de partidos bastante destacado, y sus dos tantos en Gran Canaria en la pasada campaña fueron clave en las sendas victorias que cosechó Las Palmas. Primeramente en la Copa del Rey ante el Celta de Vigo, aprovechándose de su potencial aéreo para conectar un buen cabezazo clave en la victoria ante los gallegos (2-1); y ya en segundo lugar ante el Zaragoza, en un atípico encuentro donde los amarillos se quedaron con tres jugadores menos. Ahí fue donde el charrúa apareció en una segunda jugada a balón parado para fusilar a Bono con un derechazo que entraría por la escuadra.

Su gran problema ha sido, sin duda, la falta de confianza que han depositado sobre él en estos últimos años. En su segundo año como jugador del Almería apenas tuvo dos participaciones ligueras, por lo que esa falta de oportunidades le hizo abandonar tierras andaluzas para poner como siguiente destino el Estadio de Gran Canaria. A las órdenes de Paco Herrera tuvo más apariciones, llegando incluso a disputar los noventa minutos durante seis partidos consecutivos tanto en la primera vuelta como en la segunda.

Herrera llegó a asentarlo en la titularidad en varias ocasiones

De hecho, tales fueron de destacadas sus actuaciones, que Herrera tuvo que sentar en varias ocasiones a David García, mítico capitán del equipo, para dar entrada a Marcelo Silva. El técnico catalán llegó incluso a probar con los tres centrales en un mismo partido, aunque cabe decir que fue un fallido experimento que desembocó en la derrota de Las Palmas en Butarque ante el Leganés (2-1).

Sin embargo, en la parte final de la temporada y con el equipo jugándose el ascenso en los playoff, Herrera no lo dudó y optó por la veteranía, la experiencia y el peso en el banquillo de la dupla de centrales habitual en Siete Palmas: David García y Aythami Artiles. La pareja de jugadores grancanarios dio sus frutos, mientras que el gran sacrificado fue el uruguayo. Así pues, Silva tan sólo disputaría los últimos tres minutos de la vuelta de la final contra el Zaragoza, cumpliendo su misión de no encajar gol.

Su marcha del equipo amarillo ha desatado la confusión en el aficionado amarillo. Silva se había convertido en el recambio para los centrales esta última temporada, y muchos siguen sin entender el por qué de su marcha, sin ningún tipo de comunicado oficial, marchándose por la puerta de atrás. La contratación del defensa balear Pedro Bigas y el no ser convocado para el 'stage' del equipo en el sur de la isla precipitaron su salida.

Ahora, en Zorrilla, el equipo sabe que Marcelo Silva tendrá continuidad en el club vallisoletano si se cumplen dos aspectos: en primer lugar, el jugador debe tener minutos y asentarse en la titularidad, no tener el nefasto papel de aspirante que lleva arrastrando desde hace varios años; y ya en segundo lugar, el ascenso tendrá que ser una realidad para el Valladolid. Si el uruguayo ha firmado por sólo una temporada es porque sabe que si el equipo no sube a Primera, hará las maletas y dará por finalizada su etapa en Zorrilla. Así pues, jugador exigente pero de garantías el que vestirá la elástica blanquivioleta esta próxima campaña.