Quinto día de trabajo del Real Valladolid en A Lagoa, en un entrenamiento en el que primó el trabajo físico primero y las transiciones ofensivas después. Como es habitual, Garitano utilizó parte de la sesión para dar instrucciones de cómo quiere que su equipo desarrolle un aspecto del juego. Después de ver la intensa presión plasmada en el amistoso del pasado miércoles ante el Celta B, el vasco ha prestado atención a las transiciones ofensivas. Ante los celestes, el Pucela ejerció una presión adelantada que se transformó en dos tantos a favor. Sin duda, una de las señas de identidad de Garitano. 

De esta forma, el míster albivioleta mostró las directrices para la salida del balón desde atrás. Siempre con pases en corto, buscando a los mediaspuntas o los extremos y con el lanzamiento largo como última opción cuando el rival encime al defensa central. Con esto, el Real Valladolid demuestra continuidad en la idea de tratar bien al balón, algo habitual hoy en día en el fútbol, pero también demuestra que tendrá otras opciones para no cometer errores en defensa. También hubo tiempo para la recuperación en el río Tera, en una nueva sesión de crioterapia natural

El entrenamiento, en líneas generales, transcurrió sin inconvenientes, con todos los jugadores disponibles y sin ningún problema físico. Precisamente, esta sigue siendo una de las mejores noticias en el conjunto blanquivioleta, por lo que la preparación está siendo adecuada y perfecta para los jugadores pucelanos. El sábado, último entrenamiento en A Lagoa, antes de marchar hacia Pontevedra para disputar el amistoso (XXXIX Trofeo Ciudad de Pontevedra) ante el equipo pontevedrés en Pasarón desde las 20:00 horas. Finalizado el choque, la expedición albivioleta regresará a la capital del Pisuerga para dar por terminado el stage de pretemporada.